Cuba pretende modernizar sus finanzas con la bancarización de su economía
Incluir a Cuba en la economía electrónica es uno de los nuevos objetivos del gobierno del presidente cubano Miguel Díaz-Canel, según se dijo a través un comunicado
A principios de agosto, el gobierno cubano lanzó su “Programa para la bancarización del país”, con el cual pretende incentivar las trasferencias electrónicas para así reducir el uso de efectivo. Estrategia moderna, pero la población cubana, acostumbrada a salir con bolsas llenas de billetes para pagar sus cuentas, desconfía del funcionamiento de la bancarización dadas las deficientes infraestructuras, la falta de educación financiera y la escasez de modernos celulares entre los habitantes.
Incluir a Cuba en la economía electrónica es uno de los nuevos objetivos del gobierno del presidente cubano Miguel Díaz-Canel, de acuerdo con un comunicado. Con esta estrategia, se podría también aliviar la presión sobre los bancos, donde son normales las largas colas de personas esperando para poder sacar su dinero, y se podrá tener un mayor control de las transacciones. El Banco Central de Cuba ha dado un plazo de seis meses para crear las condiciones necesarias para esta bancarización.
Y aunque esta acción es positiva teóricamente, el economista cubano Omar Everleny explicó a RFI que la Isla no está preparada para un cambio tan rápido debido a la deficiente infraestructura técnica. “Es un proceso en el que Cuba está atrasado desde hace mucho tiempo. Las personas no usan las tarjetas para los pagos”, aseguró Everleny. “Muchos locales no tienen terminales para utilizarlas”.
Además de dicho impedimento material, el economista cubano asegura que una parte de la población cubana carece de educación financiera pues, “la población cubana está envejecida, no todo el mundo sabe usar las tarjetas y, sobre todo, los Smartphone (teléfonos celulares)”, necesarios para este tipo de transferencias. “No todo el mundo tiene un buen teléfono”.
Everleny destacó que dicha estrategia financiera “no se puede hacer por decreto, aunque teóricamente bancarizar es muy bueno porque puedes realizar todas las transacciones por vías electrónicas”.
Desde que el gobierno implementó una reforma monetaria en enero de 2021, cada vez es más común que los cubanos lleven consigo fajos de billetes en bolsas o mochilas para pagar una simple cuenta de restaurante o un servicio en un taller mecánico.
Controlar el efectivo
"Hay hoy un nivel de efectivo importante que está fuera del sistema bancario. Ese dinero no circula en los circuitos lógicos de la economía y solamente se transa entre personas naturales", explicó el lunes Joaquín Alonso, presidente del Banco Central, en un programa de la televisión estatal.
No obstante, limitar el flujo de efectivo puede tener un impacto en la producción de bienes, ya que las empresas no podrán importar los elementos necesarios para ello, principalmente las pequeñas y medianas empresas (PyMES), obligadas a utilizar dólares para este tipo de acciones.
De acuerdo con Everleny, las autoridades cubanas no venden las divisas por canales oficiales a las PyMES, por lo cual tienen que adquirirlas “por la vía informal, y la vía informal te exige el pago en efectivo. Si tu presionas al privado para que no importe ahora porque no puedes sacar efectivo para comprar la divisa, [el privado] va disminuir las importaciones, y si disminuyen las importaciones disminuyen las producciones. Entonces en un mundo donde hay una escasez de productos no puedes tomar unas medidas que afecten la producción”, explicó.
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Incentivar la educación financiera
Omar Everleny considera que la bancarización sí puede funcionar, siempre y cuando no se imponga, y esté acompañada de estrategias para promoverla. “¡Que no sea por decreto!”, exclamó. “Mejor que si se paga la electricidad o el teléfono mediante una transacción, se obtenga un descuento”, puso como ejemplo.
El gobierno cubano aceptó en un comunicado que lleva años de retraso en la bancarización y que aún es largo el camino para normalizar en la ciudadanía las transferencias electrónicas. “¿Qué actividades son las que más demanda la población y cuánto se ha avanzado en la bancarización de ellas?, ¿qué queda por bancarizar?, ¿qué servicios u ofertas se brindan sin que medie el efectivo?”, son algunas de las preguntas que se hace el gobierno cubano.
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