Suicidios en niños y adolescentes, ¿cómo prevenirlos?
En tiempos de pandemia, no solo hay que protegerse del COVID-19, también de sus secuelas psicológicas, las cuales están afectando en gran medida a los menores de edad, hasta el punto de costarles la vida
La salud mental de niños y adolescentes es un tema que preocupa cada vez más, muestra de ello son las cifras: según El Heraldo, el suicidio se ha convertido en la primera causa de muerte en los jóvenes españoles. Y aunque se trata del caso específico de un país lejano al nuestro, los especialistas de todo el mundo advierten que, en tiempos de pandemia, no solo hay que protegerse del COVID-19; también de sus secuelas psicológicas, las cuales están afectando en gran medida a los menores de edad, hasta el punto de costarles la vida.
De acuerdo con la psicóloga clínica y de la salud Paola Flaquer, los índices de suicidio en todas las edades suelen aumentar en las épocas de mucho estrés, y esta es, sin duda, una de las más importantes de este siglo, en el ámbito global. “Esto se debe a todos los cambios repentinos que ha traído la pandemia: la falta de socialización, la cual es propia y necesaria para esta etapa, el miedo a la enfermedad en sí, la angustia de perder desde seres queridos hasta su libertad y rutinas, el estrés de las clases virtuales, el aumento de tensión e incluso la violencia en las familias”, asegura la profesional.
Además de las situaciones que ha propiciado la pandemia, la especialista en psicología infantojuvenil dice que existen otros factores de riesgo para que a un niño o adolescente le pase por la mente atentar contra su vida. Entre ellos cita antecedentes de depresión o de otro trastorno mental, antecedentes familiares de suicidio, pérdidas (rupturas o muertes), historial de violencia, bullying o abuso sexual, así como problemas en las relaciones interpersonales, tendencias impulsivas o agresivas o padecer una enfermedad física. En el caso específico de los adolescentes, también agrega el abuso de alcohol y sustancias ilícitas.
En septiembre del año pasado, a propósito de la celebración del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, el Ministerio de Salud Pública dominicano dio a conocer que la depresión es la principal causa de suicidio en el país. Los datos ofrecidos en ese entonces confirmaban 349 casos entre los meses de enero y agosto: el 84.2 % correspondió a hombres, un 15.8 % a mujeres, mientras que un 2.7 % a menores de edad. A consideración de la experta en conducta humana, dicho informe reafirma que esta acción en el país es más común de lo que muchas personas creen.
Comunicación, la clave para prevenirlos
Flaquer asegura que para evitar que los hijos cometan actos que atenten contra su vida es importante escucharlos y mantener una buena comunicación. “Hay que estar al pendiente de su estado emocional y su vida en general, intentar no juzgarle ni ignorar o invalidar su malestar y sus experiencias, mostrarle apoyo y amor incondicional, fomentar un estilo de vida saludable, buena alimentación, rutinas de sueño y actividad física, indagar y buscar ayuda en cuanto note cambios repentinos o que algo está fuera de lo normal”, dice.
La principal señal de alerta de que un niño o adolescente tiene pensamientos suicidas, a consideración de la psicóloga, es la propia manifestación o expresión de ideas de malestar. Según dice, es un mito que las personas que han pensado en quitarse la vida no hablan sobre ello, “por el contrario, muchas veces intentan pedir ayuda y comunicarlo, hablan sobre el suicidio o sobre la muerte e incluso se despiden de sus seres queridos”.
Las autolesiones también son un signo de advertencia de que existe un sufrimiento emocional intenso, aunque asegura que no todo aquel que recurra a ellas lo hace con la intención de suicidarse. Sin embargo, se le debe dar prioridad de igual manera. Otras señales frecuentes son los cambios inusuales de humor o de comportamiento, la pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban y el aislamiento, cambios en el sueño o el apetito, problemas de memoria o concentración, expresión de sentimientos de ira, rabia, venganza y desesperanza. Pueden también decir sentirse atrapados e involucrarse en conductas riesgosas.
Además de buscar ayuda profesional, ¿qué debe hacer un padre al descubrir que su hijo tiene ideas suicidas? “Actuar al momento, conservar la calma y hablar sobre el tema con el niño o adolescente directa, abierta y honestamente, hacerle saber que cuenta con su ayuda”, dice. A eso añade que también se debe eliminar el acceso a cualquier método de suicidio y no dejar nunca solo al menor de edad. “Lo más importante es mantenerse involucrado en todo momento y tener a mano fuentes o números de contacto de ayuda”.
Desde su punto de vista, en el país hace falta educar a la población sobre esta problemática, para así trabajar desde la prevención e intervención temprana. “Hace falta mucha educación al respecto, los centros educativos e instituciones gubernamentales pueden empezar informando y desmintiendo mitos sobre el suicidio, instruyendo tanto a padres, profesores y compañeros sobre estas señales de alerta y formas correctas de ayudar, al igual que ofrecer programas de apoyo para toda la familia y asistencia profesional multidisciplinar para estos casos y otras problemáticas de salud mental”, concluye.
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