Redes sociales, ¿cómo afectan la autoestima de los jóvenes?
Las personas se empeñan en mostrar solo su mejor lado en el mundo digital, sin pensar en que con eso causan daños a la salud mental de muchos
Viajes a destinos espectaculares, cuerpos perfectos, logros profesionales, relaciones exitosas... Eso es solo un poco de lo que abunda en Instagram, TikTok o Facebook, y si eres usuario asiduo ya te habrás dado cuenta de ello. Las personas se empeñan en mostrar solo su mejor lado en el mundo digital, sin pensar en que con eso causan daños a la salud mental de muchos.
Tal y como explica la psicóloga clínica Paola Flaquer (@psic.paolaflaquer), las redes sociales están afectando cada vez más la autoestima de los usuarios. La razón es sencilla: en estas plataformas se vende una falsa idea de vida perfecta que crea estándares irreales de belleza y felicidad que hacen sentir a los demás que siempre necesitan más para estar ‘bien’.
De acuerdo con la especialista en psicología infantojuvenil, son precisamente los niños y adolescentes los más afectados, por el hecho de ser nativos digitales. “Los niños, adolescentes y jóvenes de hoy en día no conocen un mundo sin redes sociales, por lo que estas cada vez tienen mayor peso en sus vidas”, comenta. A eso agrega que los cambios físicos y psicosociales que se atraviesan en esas etapas también incide en que sean la población más vulnerable. “Están definiendo su identidad. Buscan aprobación de sus iguales y son más sensibles a las críticas y comparaciones”, asegura.
Lo que no se muestra
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Incluso detrás de los perfiles más envidiables de Instagram o TikTok se esconden seres humanos que pasan por momentos difíciles, con la única diferencia de que no lo comparten. “Lo que no se muestra son las dificultades cotidianas normales, los días de rutina, lo que nos puede hacer comparar y hacer sentir cada vez más insatisfechos con lo que es la realidad”, dice Flaquer. Hace énfasis en que solo mostrar el lado ‘bonito’ responde a la búsqueda de aprobación y sentido de pertenencia que predomina en estos tiempos.
El crecimiento del marketing de influencers también tiene mucho que ver con esa falsa idea de perfección que se promueve en redes. “Como el trabajo de estas personas consiste en vender productos, lugares o experiencias para motivar a los demás y hacerlos creer que lo necesitan, te crean una ilusión de lo que ‘deberías’ tener o hacer, sin mostrar los momentos en medio que constituyen la realidad”, dice. En ese sentido aclara que, por suerte, ahora muchos influencers también se preocupan por exponer las partes humanas y no tan buenas de sus vidas, con las que los demás sí pueden sentirse identificados.
Las consecuencias
Aunque navegar por las redes da una aparente sensación de felicidad, la realidad es que estas fueron diseñadas para producir tristeza, ansiedad y hacernos dependientes, según destaca el profesor de investigación sobre medios interactivos Geert Lovink en una entrevista para La Vanguardia.
Esa es una premisa que confirman investigaciones recientes. Tal y como reseña el Child Mind Institute, los usuarios adolescentes y adultos jóvenes que pasan más tiempo en Instagram, Facebook y otras plataformas muestran una tasa de depresión sustancialmente más alta (del 13 al 66 por ciento) que aquellos que las usan con menos frecuencia. Otros estudios relacionan el uso de medios sociales con trastornos de ansiedad, incluyendo fobia social.
“El aumento de aislamiento social, la necesidad compulsiva de estar conectados, el FOMO (fear of missing out), que no es más que la preocupación de que eventos sociales puedan tener lugar sin que estemos presentes y, por último, la baja autoestima al compararse con las imágenes editadas o no cumplir con los estándares, son la evidencia de que las conexiones electrónicas no son tan satisfactorias como en persona”, señala la psicóloga.
Instagram empieza a tomar medidas
El pasado mes de septiembre, Wall Street Journal (WSJ) publicó un artículo sobre el impacto de Instagram en la salud mental y física de los adolescentes. Según el periódico estadounidense, la red es consciente del problema a través de su propia investigación, pero está minimizando su influencia en la psicología de las decenas de millones de jóvenes que se conectan todos los días.
En respuesta a dicha acusación, Instagram anunció que planea motivar a sus usuarios a que no solo vean contenido que promueve el prototipo del cuerpo femenino delgado y atlético. “Estamos trabajando cada vez más en las comparaciones y la imagen negativa del cuerpo”, resalta un comunicado enviado en ese entonces por Facebook. La plataforma dijo que está pensando en formas de reaccionar cuando ve “que la gente se concentra en ese tipo de imágenes”.
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