Vinci paga impuestos en Chile y solo recibe el 22% de las tasas aeroportuarias
El gobierno chileno exigió la formación de una empresa nacional
Contrario a su concesión de los aeropuertos estatales dominicanos y cuya extensión busca sin una nueva licitación, en Chile, Vinci, donde la empresa francesa es parte de un consorcio que gestiona las instalaciones aeroportuarias de la capital, paga todos los impuestos y solo recibe el 22% de las tasas que abonan los pasajeros mientras que el Estado se queda con el 78% restante.
En sociedad con la también francesa Aéroports de Paris y la italiana Astaldi, Vinci ganó en 2015 la licitación de la obra pública fiscal aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez, en Santiago de Chile, mediante el consorcio Nuevo Pudahel y por un periodo de solo 20 años. Desde 2016, Vinci es en República Dominicana la propietaria de Aeropuertos Dominicanos Siglo XXI (Aerodom), concesionaria de todos los aeropuertos estatales, y busca una extensión del contrato por 30 años cuando aún le restan siete del vigente.
Para la adjudicación, el gobierno chileno exigió la formación de una empresa nacional con un mínimo de capital de aproximadamente ocho millones de dólares y numerosos requerimientos para asegurarse el cumplimiento del contrato que incluye la construcción de una nueva terminal, diseñada por el Estado chileno pero sufragada por Nuevo Pudahel. Incluso, exigió la permanencia en la sociedad, durante todo el tiempo de la concesión, de una empresa de comprobada experiencia en el manejo de aeropuertos. Antes de que Vinci la comprara y muy pronto al inicio de la concesión, Aerodom despidió a sus socios conocedores de la gestión aeroportuaria.
En los términos de la licitación se establece que “el concesionario deberá cumplir con todas las leyes, decretos y reglamentos de la República de Chile vigentes a la fecha del perfeccionamiento del Contrato, que se relacionen con él y con todos aquellos que se dicten durante su vigencia. De igual manera, será de su entero cargo, costo responsabilidad el pago de todos los derechos, impuestos, tasas, contribuciones y otros gravámenes y cualquier otro desembolso que fuere necesario para la contratación de las obras y su explotación”.
En el contrato suscrito entre Aerodom y el Estado, del 1999, se eximen de cargo impositivo todas las operaciones de la concesionaria y luego, mediante adenda, se aumentaron las tasas que se cobran a los pasajeros para beneficio de aquella. Vinci compró la concesión por una suma indeterminada. Los equipos y materiales para la nueva terminal que Aerodom construiría como parte del nuevo contrato estarán libres de gravámenes.
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