India reconsidera lazos estratégicos tras enfrentamientos fronterizos con China
Nueva Delhi probablemente promoverá las relaciones con EEUU y reducirá la dependencia del comercio con el país vecino
Durante los últimos años, el primer ministro de India, Narendra Modi, ha cortejado asiduamente al presidente de China, Xi Jinping, dejando de lado una larga disputa fronteriza en busca de lazos económicos más estrechos. Las empresas chinas - incluidas Alibaba, Tencent y Huawei - se han afianzado en el floreciente mercado de India.
Pero, después de un enfrentamiento violento en las montañas de los Himalayas que resultó en la muerte de al menos 20 soldados indios (y un número aún desconocido de víctimas chinas) en la remota frontera chino-india esta semana, altos funcionarios del gobierno indio han indicado que Nueva Delhi reducirá sus lazos económicos con China.
India buscará más bien fortalecer otras relaciones estratégicas — especialmente con EEUU — conforme la disputa a lo largo de la frontera no demarcada de 3488 km vuelve a ocupar el centro de atención.
“En términos de opciones geopolíticas y económicas, India buscará en otro lado”, señaló uno de los funcionarios. “Nosotros intentamos ofrecerle a China una participación económica en nuestro país con la esperanza de que una relación comercial más sólida pudiera crear familiaridad y comprensión mutuas. Pero obviamente, más allá de un punto, no ha funcionado”.
Aunque tanto Nueva Delhi como Beijing buscan evitar una mayor escalada, los primeros enfrentamientos fatales entre los países vecinos — ambos poseedores de armas nucleares — desde 1975 han conmocionado a la clase dirigente política y de seguridad de India, lo cual ha llevado a que muchos crean que la situación actual es insostenible.
“Éste es un punto de inflexión; una encrucijada extremadamente seria en la relación”, comentó Nirupama Rao, la ex secretaria de Relaciones Exteriores de India y también ex embajadora en EEUU y en China. “Con lo que sucedió en la frontera en el valle de Galwan, y con tanta sangre derramada, no se puede continuar como de costumbre”.
El Sr. Modi cuenta con pocas opciones fáciles para gestionar la crisis más grave con su vecino más rico y poderoso desde la década de 1960, cuando China invadió brevemente el territorio indio antes de retirarse.
Las tensiones en la frontera aumentaron después de que el ejército indio canceló sus ejercicios anuales en la frontera del Himalaya en abril debido al coronavirus. Los analistas de seguridad indios han indicado que las tropas chinas aprovecharon la oportunidad para establecer posiciones en terreno reclamado por India, incluyendo en picos estratégicos del valle de Galwan, con vistas a una carretera india recién construida.
Una vez que se descubrieron las maniobras, las invasiones chinas condujeron a una fuerte militarización en ambos bandos, a numerosas escaramuzas no letales y, tras intensas conversaciones entre comandantes militares, a un acuerdo el 6 de junio para realizar una retirada gradual. Sin embargo, cada una de las partes afirma que la otra ha violado los términos.
Lo que no se discute es que estalló una violenta contienda que involucró peleas a puñetazos y armas improvisadas — como porras envueltas en alambre de púas — porque las armas de fuego están prohibidas en las zonas en disputa bajo un protocolo destinado a prevenir una inadvertida escalada de violencia. La confrontación mortal tuvo lugar en un sendero de montaña en la noche del 15 de junio, a más de 4,270 metros (14,000 pies) sobre el nivel del mar, durante el cual algunos hombres se despeñaron causándoles la muerte.
“Hubo un enfrentamiento y fue brutal”, comentó el funcionario indio. “Sería ridículo esperar que no hubiera consecuencias económicas o de otro tipo”.
Nueva Delhi ahora cancelará varios contratos de obras públicas pendientes con firmas chinas, mientras que a la compañía estatal de telecomunicaciones BSNL se le ha dicho que encuentre alternativas que no sean chinas para su planificada actualización de red, explicó el funcionario.
La inteligencia india también ha propuesto una prohibición o más estrictas regulaciones de 52 aplicaciones chinas, incluida TikTok, la popular plataforma social de vídeos. Las empresas tecnológicas “startup” indias que se han beneficiado de las fuertes entradas de capital de riesgo chino — incluyendo los US$1.4 mil millones invertidos durante el último trimestre de 2019 — también pudieran verse atrapadas en la acalorada disputa.
India representa una preocupación estratégica menor para China, el cual tiene una economía cinco veces más grande y un poder militar equivalente. Pero los expertos no creen que el Sr. Xi quiera una guerra fronteriza, particularmente en el contexto de las tensas relaciones de China con Washington.
Esta semana, Beijing utilizó una dura retórica en contra de Nueva Delhi, pero los analistas han indicado que se ha abstenido de publicar la cantidad de víctimas para no exacerbar el sentimiento nacionalista en China.
“China quiere mantener las cosas bajo control en lugar de intensificar el conflicto”, explicó Wang Dehua, un especialista en el sur de Asia del Instituto de Estudios Internacionales de Shanghái. “Un conflicto entre dos gigantes les hará daño a ambas potencias”, agregó.
Muchos chinos ya están convencidos de que sus tropas “ganaron” decisivamente el encuentro.
“La mayoría de las publicaciones en mi sección de noticias de WeChat son muy nacionalistas”, señaló un profesional chino, refiriéndose a la aplicación de mensajería. “La actitud predominante es ‘Somos muy superiores a India y lo que sucedió el lunes lo demostró’”.
En Washington, los analistas creen que la mortal confrontación acelerará la inclinación estratégica a largo plazo de Nueva Delhi hacia EEUU. El presidente Donald Trump no ha ocultado su hostilidad hacia China y su deseo de estrechar los lazos con India.
“Independientemente de quién comenzó esto, es posible que China le haya entregado India a EEUU durante las próximas décadas”, dijo Evan Medeiros, director en asuntos de Asia en la Casa Blanca durante la administración Obama. “Incluso a un país profundamente no alineado como India le será difícil no buscar socios para equilibrar el poder militar chino después de este evento”.
Es probable que Nueva Delhi también profundice su participación en el Diálogo de Seguridad Cuadrilateral (QSD, por sus siglas en inglés), a menudo referido como “el Quad”: una agrupación informal y naciente entre EEUU, Australia, Japón e India centrada en la resistencia estratégica frente a China.
Hasta ahora, Nueva Delhi había sido cautelosa de ser percibida como demasiado cercana a Washington para no provocar a China. Pero es probable que tales reservas — consideradas por algunos como una excesiva deferencia a la sensibilidad de Beijing —ahora se disipen, según algunos funcionarios y analistas indios.
“India necesita tomar algunas decisiones acerca de quiénes son sus amigos”, opinó Alyssa Ayres, autora de “Our Time Has Come” (Nuestro momento ha llegado), un libro sobre las relaciones internacionales de India.
“La orientación de la política exterior de India siempre ha sido tratar de retrasar la toma de decisiones. Modi habla de ‘el mundo como una familia’. Pero resulta que algunos miembros de tu familia no son tan buenos contigo”, comentó la Sra. Ayres.
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