Cooperativas eléctricas en riesgo de que cesen sus servicios a Edeeste

Las cooperativas eléctricas que ofrecen servicios técnicos, de corte y reconexión a la Empresa Distribuidora de Electricidad (Edeeste) podrían ver culminadas todas sus operaciones contractuales con la entidad, a menos que la compañía estatal las recontrate mediante lo que establece la Ley General 340-06 sobre Compras y Contrataciones Públicas.

Así lo informó por escrito el Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (CUED) a Diario Libre. En el texto, explicó que aprobó la extensión de los contratos con las cooperativas de Edeeste hasta el 28 de febrero del 2023.

Luego, puso en marcha “un programa de desmonte del modelo basado en las cooperativas, contratándose los servicios necesarios con un proceso basado en las normas de la Ley de Compras y Contrataciones Públicas, ignorada hasta el momento, y se suscribieron dos acuerdos para saldar los servicios prestados pendientes y cesar sus actividades”.

El órgano supervisor de las EDE reconoció que las cooperativas surgieron “de una propuesta originalmente interesante” entre Edeeste y la Comunidad Europea con el objetivo de normalizar y regular el servicio eléctrico en las zonas precarias dentro de la concesión de Edeeste.

Sin embargo, señaló que al día de hoy han representado “un alto costo, sin aportar avances reales en el incremento de las cobranzas y en la calidad del servicio”.

Esto debido a que, cuando se agotó el financiamiento externo “se comenzó a subvencionar a las cooperativas con recursos de Edeeste, amparado en contratos informales al margen de la ley”.

Impacto de la decisión

Días previos a la opinión por escrito enviada por el CUED, una comitiva de la Federación Dominicana de Cooperativas de Producción, Trabajo y Servicios Eléctricos (Fedocoope) declaró, en visita a este periódico, que se encuentran “en el limbo” desde el 28 de febrero, porque han seguido “trabajando sin contratos” desde entonces.

Su presidente, Tito de los Santos, explicó que han seguido operando porque habían sostenido un acuerdo verbal con Edeeste de que serían recontratadas mediante un proceso de excepción como lo establece la Ley 340-06, un llamado que todavía no ha sucedido.

Sostuvo que han visto una reducción paulatina de sus relaciones contractuales con la empresa, ya que cada una de las 27 entidades que agrupa su gremio contaban con un promedio de tres contratos cada una con Edeeste. Para este año, ese número fue llevado a uno y ahora ninguno de los contratos ha sido renovado.

Afirmó que Fedocoope ha notado que el CUED busca cesar sus operaciones, pero no han sido formalmente notificadas al respecto por parte de este órgano supervisor. “Suponemos que existen intereses personales (en esta decisión)”, dijo de los Santos.

Explicó que, en conjunto, la contratación de las 200 brigadas que suplen a Edeeste tienen un valor de 30 millones de pesos mensuales, que suponen unos 360 millones de pesos al año.

Temen que la decisión ponga en peligro los 665 empleos directos que genera en las comunidades y que esto impacte a 1,475 familias de comunidades como Villa María, Las Cañitas, 24 de Abril, Los Frailes, San Antonio de Guerra, Las Cañitas, Quisqueya, Villa Hermosa, entre otros 27 sectores y subsectores donde operan.

¿Cómo inician estas cooperativas?

Las cooperativas eléctricas surgen como resultado de un contrato de subvención de ayudas exteriores entre la Comunidad Europea y Edeeste en diciembre del 2007.

Este compromiso comenzó el programa denominado “Conformación de Cooperativas Eléctricas para la Gestión de Servicios en Barrios Pobres de la Zona Este de República Dominicana”, con el objetivo de normalizar y regularizar el servicio eléctrico en zonas precarias dentro de la concesión de Edeeste.

En un contexto donde las pérdidas de Edeeste rondaban “entre un 80 y un 90 %” y donde hacer gestión en estos barrios carenciados era difícil por la falta de consciencia de pagar la energía eléctrica, se inició este proyecto con la creación de unas primeras 15 cooperativas, explicó Guillermo Rodríguez, vicepresidente de Fedocoope.

En el 2009 empezó su conformación y, para el 2012, arrancó la parte operativa de estas instituciones. 

“Los primeros seis meses de operación de estas cooperativas le pudieron recuperar al Estado alrededor de 900 millones de pesos, pero no solamente eso. Su impacto en términos de desarrollo de estos sectores fue tan bueno, que el propio Edeeste comenzó a formar otras cooperativas en otros barrios de su área de concesión”, agregó.

De esta manera, se formaron 27 cooperativas en la región Este que son contratistas de la estatal eléctrica. 

Financiamiento deficitario

Las cooperativas eléctricas operan bajo una tipología de producción y trabajo. Esto significa que, contrario a una cooperativa de ahorros y créditos, estas instituciones otorgan servicios de corte y reconexión de las transmisiones eléctricas a través de sus brigadas. También, desarrollan actividades educativas para las comunidades en las que operan.

No están enfocadas en manejar y hacer crecer, como tal, una cartera de créditos, aunque Fedocoope dijo que cada empleado de la cooperativa aporta un capital de un 5 % como lo establece la Ley 127-64 sobre las Asociaciones de Cooperativas, lo que les permite hacer préstamos menores.

“La mayoría de las cooperativas hacemos prestamitos de 10,000 o 20,000 pesos. Algunas cooperativas han recurrido al banco para hacer préstamos mayores, pero eso es prácticamente incurriendo a un crédito”, precisó Tito de los Santos.

A nivel económico, estas entidades dependen de los contratos realizados con Edeeste. La comitiva que visitó Diario Libre explicó que los retrasos de hastas “tres y cuatro meses” en los pagos de las facturas en los servicios prestados ha hecho que sean los propios miembros quienes “financien” los pagos a técnicos y trabajadores.

Esto ha generado “un círculo vicioso” que consideran ha impedido ofrecer sus servicios a otras distruiboras o actores privados del sistema eléctrico. Por eso, consideran que el cese de sus operaciones con la estatal eléctrica implicaría “la desaparición” de estas instituciones.

“Nosotros no hemos podido avanzar en el tiempo por los atrasos que las distribuidoras nos tienen. Si nosotros tenemos una ganancia de 50,000 pesos de una factura, pues eso tenemos que pagárselo al usurero que nos paga el combustible”, explicó la miembro de Fedocoope, Martha Canaán.