Tecnologías importadas

Al concluir la Segunda Guerra Mundial, la devastación resultante del conflicto creó una inusual oportunidad para Japón y los países europeos.

Al concluir la Segunda Guerra Mundial, la devastación resultante del conflicto creó una inusual oportunidad para Japón y los países europeos. Como no disponían de un amplio suministro de bienes exportables, tampoco contaban con medios para pagar por las importaciones. Sus carencias y necesidades eran agudas y numerosas, pero no estaban en condiciones de adquirir en el extranjero, principalmente en los EE.UU., todo lo que su población requería. En esas circunstancias tuvieron, con el apoyo de programas del gobierno estadounidense, que desarrollar su oferta doméstica basada en sus propias tecnologías.

Dado que la guerra mermó su inventario de bienes de capital, las tecnologías que emergieron en esas naciones estuvieron adaptadas a la composición de sus factores productivos. Los bienes de consumo duradero, por ejemplo, eran más rudimentarios, diseñados de forma más simple que los fabricados en los EE.UU., y en muchos casos su vida útil esperada era más prolongada. Sólo después de superadas las precariedades derivadas de la conflagración, fue la tecnología siendo modificada hacia la producción de bienes más complejos y sofisticados.

Los países subdesarrollados, carentes de tradición industrial y tecnológica, no han seguido un proceso similar. La tecnología que utilizan está incorporada como parte de los bienes importados, no desarrollada localmente, y está adaptada a las características estructurales de las economías avanzadas.

Lo que esa discrepancia provoca es que los bienes industrializados empleados o consumidos en las naciones pobres contengan un elemento de costo oculto, que se refleja de diversas maneras. Una de ellas es que fuera de los sectores básicos, la tecnología usada sea más intensiva en capital que lo que le corresponde ser en función de la dotación nacional de factores productivos. Y otra es que bienes como vehículos, computadoras y electrodomésticos exhiben altas tasas de obsolescencia incoherentes con el bajo poder adquisitivo promedio.

Doctor en Economía de Columbia University especializado en empresas, mercados, pronósticos y riesgo.