Red Bull y la Fórmula 1, entre la espada y la pared

Desde que se abrió en febrero la investigación interna por “comportamiento inadecuado” a Christian Horner, que acabó a finales de febrero con una exoneración total, la parrilla de Red Bull se enfrenta a una posible ruptura, o así lo ponen algunos. 

El caso de Horner ha derivado a "una clara venganza de alguien de dentro del propio Red Bull para echar al director y desacreditarlo”, como dicen varios medios que tuvieron acceso a documentos con material sensible sobre el caso nada más saber la sentencia.

Con la carrera del sábado y el primer y segundo puesto conseguidos por su equipo, en Red Bull parecía ir todo bien; Horner entró de la mano de su mujer y estuvieron arropados del dueño del equipo, Charlem Yoovidhya; y celebró debajo del podio la victoria de sus corredores.

Entonces entró en escena Jos Verstappen, el padre de Max, quien aprovechó su momento en pantalla en el medio Autosport.com para declarar que el equipo está en peligro de partirse y que las cosas no podían seguir así: “va de víctima cuando él es quien está causando problemas. Hay tensión mientras él siga en el puesto”, refiriéndose a Horner. 

Desde fuera se percibe que no está contento con cómo ha terminado el caso Horner y que pide su salida. 

Ésto es lo que pone entre la espada y la pared a la Fórmula 1, pues el futuro de su hijo también dependerá de cómo evolucione el tema. Hay algunos quienes dicen que irá a Mercedes, aprovechando el espacio que deja libre Lewis Hamilton, pues es de los pocos equipos que podrían permitirse tener a un 3 veces campeón en sus garajes.

¿Saldría Max de Red Bull a un equipo con peor coche? Nadie sabe qué opina el holandés, pues el único que ha dado su opinión es el padre, y es quien ha prendido la mecha a un problema que desde afuera no parecía existir.