Santiago merecía un pedazo del pastel de juegos de la MLB
La Ciudad Corazón lo tiene todo como para que se lleven partidos, más allá del Quisqueya
Grandes Ligas y el Gobierno acordaron traer a Santo Domingo la serie de dos juegos entre Tigres de Detroit y la novena dominicana que va al Clásico Mundial de Béisbol (3 y 4 de marzo). Esto no es un negocio privado, el Ejecutivo dispuso de 500 mil dólares.
La respuesta del público con la liquidación en horas de casi 24 mil boletas a precios de Spring Training (entre 26 y 119 dólares) ratificó el entusiasmo y adelantó el éxito que tendrá el evento, cuyos beneficios se donarán a la Cruz Roja Dominicana.
La MLB vuelve a suelo quisqueyano y, nueva vez, lo hace a la misma sede, como si no hay alternativas. Creo que ese pastel se pudo repartir y llevar un pedazo a Santiago de los Caballeros como justicia a la gran afición que reside en el Norte, hogar de 3,567,689 de personas o el 33 % de la población según el Censo de 2022.
El Estadio Cibao es el mayor aforo de béisbol del país (supera las 18,000 butacas); a Santiago le sobra historia y cultura beisbolera (casa de las Águilas, tierra de Luis Polonia, Miguel Diloné y Willy Adames), es el centro político, industrial, económico y logístico de 14 provincias y dispone de una infraestructura envidiable por capitales de decenas de países.
El Cibao produce la mayoría de productos que consumimos los residentes y los 11 millones de turistas, de allí sale el grueso del oro, cacao y tabaco que se exporta. Una región demasiado estratégica.Desde que el primer equipo de la MLB llegó al país (1936) y hasta la más reciente visita (2024) son nueve las ocasiones en las que el público dominicano ha visto a clubes del mejor circuito del planeta.
- Siempre hubo juegos en Santo Domingo y solo en una ocasión se compartió con Santiago (Dodgers vs Mets en 1977).
Mejores condiciones
El obstáculo que representaba el déficit de hospedaje de la Ciudad Corazón ya ha sido superado. Entre 2024 y 2025 se sumaron 591 habitaciones repartidas en cinco nuevos hoteles para bordear las dos mil unidades, de acuerdo a Asonahores.
Históricamente Santiago ha reclamado una inversión pública en función de su peso en el PIB, como el resto de las provincias. En deportes no es una excepción. En casos puntuales con razón.
Desde la hidalga se mira con impotencia cómo el Quisqueya exhibe la magia de las luces LED desde 2022. En 2023 comenzó la promesa de llevar ese moderno sistema de iluminación al parque Cibao y no termina de llegar. En abril pasado el presidente Luis Abinader lo reiteró. Todo luce indicar que terminará la temporada otoño-invernal y no llegará.
Santiago nunca entra en la ecuación cuando se plantea un estadio moderno para acoger paradas del Clásico o juegos oficiales de la MLB. La Serie del Caribe se jugó allí por última vez en 2008 y el país no la acogerá, mínimo, hasta 2033. Entonces, la opción volverá a ser el Quisqueya.