Guardiola es único
En un contexto donde el éxito se mide únicamente por la victoria y el fracaso, Josep Guardiola y el Manchester City demuestran una supremacía indiscutible en la Premier League inglesa
En estos tiempos, parecería ser que el éxito es la medida de todo. Ganar, como único objetivo, y si no se obtiene, se apela de inmediato a una palabra gastada para dar respuesta a la derrota: el fracaso. Es como si todo fuera blanco o negro, bueno o malo; los matices, tan necesarios, se los lleva el viento. En ese ritmo tóxico e insostenible se va la capacidad de poder apreciar la dimensión de las cosas que suceden a nuestro alrededor. Este intento de reflexión, lo hago para invitarles a que juntos analicemos y pongamos en contexto a Josep Guardiola y el título de liga obtenido por el Manchester City en Inglaterra el pasado fin de semana.
Fue una carrera bien apretada que se definió en la última fecha. Por segundo año seguido el Arsenal le compitió, pero no le volvió a alcanzar. El equipo pequeño de Manchester resolvió con victoria en casa su compromiso ante el West Ham para convertirse en campeón inglés por décima ocasión en su historia, y continuar así estableciendo su hegemonía en uno de los campeonatos más exigentes del mundo.
Una supremacía que se traduce hoy en cuatro títulos de liga de forma consecutiva, y seis en los últimos siete años, una hazaña sin precedentes hasta la fecha. Sé que el nombre de Guardiola causa un poco de roncha y el rechazo que genera en una parte del aficionado al fútbol provoca en algunas conversaciones la sustracción de mérito a una carrera trascedente, exitosa y cuyo nivel de trabajo ha transformado el fútbol que se juega actualmente en todos lados.
Imagínese usted, apreciado lector, esta racha ganadora en las ligas profesionales de otros deportes como la NBA en baloncesto, o las Grandes Ligas de beisbol o usted también, “hater” de Guardiola, si todos esos campeonatos los hubiera obtenido el club de sus amores, dejaríamos a un lado la normalización de la victoria para hablar sin resentimientos de una verdadera dinastía.
Tal como lo hiciera en España y en Alemania, desde su llegada a Inglaterra Guardiola no ha dejado de tener encendida la máquina de lograr títulos, potenciando el nivel de los jugadores que se adhieren a su concepción de juego, como es el caso de Rodri, de Bernardo Silva, de Kevin De Bruyne, y la gran estrella de esta temporada Phil Foden, un joven promesa convertido ya en uno de los mejores futbolistas del presente, porque definitivamente con su forma de trabajo obsesivo eso es lo que es Pep, una verdadera máquina de ganar.
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