Lidom ante el mayor reto de montar el torneo, desde el huracán Georges 1998

En la nómina de Lidom hay empleados que recuerdan ese 1998 cuando a tres semanas de arrancar un torneo ya montado, con calendario, emisoras, TV y refuerzos contratados, el huracán Georges azotó la isla con vientos de hasta 200 kilómetros por hora dejando un saldo superior a los 800 muertos, 263,000 damnificados y pérdidas de casi 33,000 millones de pesos de la época.

“Va a haber pelota, no se puede dejar a la gente sin este entretenimiento. Después de esta tragedia no se le puede quitar a la gente ese bálsamo”, aseguran que dijo Leonardo Matos Berrido, entonces presidente de la liga de béisbol, tras la primera reunión para replantear el siniestro del 22 de septiembre de ese año.

Dado el deterioro sufrido por los estadios del Este se hizo un torneo con cuatro equipos. El Escogido pasó a la final al ganar la serie regular (40-21), los Gigantes fueron descartados (9-51), el “equipito” del Licey (33-27) derrotó a las Águilas (39-22) en semifinal, pasó sobre el Escogido del imbateable Anthony Chávez en nueve partidos y también obtuvo la Serie del Caribe en Puerto Rico, con nueve remolcadas de David Ortiz.

Esta vez Vitelio Mejía afronta un escenario igual de complicado, aunque si bien tiene un colchón de siete meses para maniobrar las características sin precedentes del COVID-19 le exigen otro tipo de respuesta.

Mejía, desde su hogar, abrió ayer un iPad para atender a decenas de comunicadores de la isla y del exterior en una teleconferencia en Zoom y dejó claro que la idea de suspender el torneo 2020-2021 es lo último en que se ha pensado.

En la Liga manejan un campeonato con los pronósticos económicos de hoy; modesto, posiblemente recortado en todas sus fases, comenzando a finales de octubre o principio de noviembre. No quieren imaginarse partidos a puertas cerradas o que provincias fuertemente afectadas por la pandemia como Duarte y Santo Domingo (que acogen a la mitad de los equipos) no puedan abrir sus parques.

“Estamos conscientes de que vamos a tener menos ingresos publicitarios. Dramáticamente menos ingresos por concepto de asistencia, la liga tendrá que convivir con eso. La liga tendrá que ajustar su presupuesto. El torneo se va a montar”, dijo Mejía.

Las empresas patrocinadoras tradicionales piden 90 días para replantear el tema y el escenario más probable es que la pelota arranque en noviembre.

“Cancelar el torneo siempre es un peligro que se toma en cuenta, por diferentes razones, pero creemos que esa no será la situación el próximo invierno. Vamos a jugar pelota”, dijo Mejía.

Todo condicionado a cómo evolucione la pandemia que ha puesto boca abajo cosas tan sencillas como una reunión en una iglesia hasta posponer los Juegos Olímpicos de Tokio.

Los trabajos técnicos han continuado con reuniones virtuales, si bien no hay acuerdo con el sindicato de peloteros, como lo establece el Winter League Agreement. Habrá un límite de cinco visitas del cuerpo técnico al montículo por juego y un relevista tendrá que enfrentar al menos a tres bateadores o cerrar la entrada.

“El torneo va a necesitar variaciones y ajustes con respecto al torneo normal. La junta de directores ha decidido hacer evaluaciones periódicas. La situación puede ser medida a finales de mayo. No vamos a improvisar. Habrá variación de calendario. El primer punto de análisis será la primera semana de mayo”, dijo Mejía, que fue nombrado al frente de la Lidom en el verano de 2017, tras 26 años de presidencia de Matos Berrido.

Un calendario que tenía la opción de arrancar el siete o el 13 de octubre, pero que está sujeto a la evolución del COVID-19 en el país y en el mundo.

Mejía descartó que, de momento, se contemple pedir ayuda al Gobierno para el montaje del evento. De hecho, lo consideró “una injusticia plantear eso en una circunstancia como la actual”.

Definir si habrá o no sorteo de novatos, que tiene lugar entre los meses de agosto y septiembre, figura en el tope de las prioridades para definir el próximo mes.

¿Jugar sin fanáticos?

Algunos campeonatos, como ligas europeas de fútbol, las Grandes Ligas y la NBA, entre otros, se han planteado la posibilidad de jugar sin fanáticos, algo sobre lo que fue cuestionado Mejía.

“No creo que haya una cosa más triste que jugar un partido sin fanáticos”, dijo.

Sin embargo, para estar acorde con la situación con respecto a lo principal que es la salud del fanático señaló: “La responsabilidad te obliga a ponderar esa posibilidad”.