Una simpleza que terminó en tragedia, con un policía y un civil muerto en Villa Mella
Un agente y un comerciante se batieron a tiros en una gasolinera
Dos hombres jóvenes, padres de familia y productivos, perdieron la vida la mañana de ayer cuando el destino los juntó en una estación de combustibles de la avenida Charles de Gaulle, y, por una irracionalidad, se batieron a tiros.
Jhon Abenicio Rodríguez, de 27 años, y Santo Nicolás Camacho, de 47, salieron temprano de sus viviendas en Santo Domingo Norte a buscar el sustento de sus familias: Camacho, a hacer negocios con la venta de utensilios para el hogar en las provincias, y Rodríguez, a cumplir su misión de proteger y cuidar a ciudadanos y propiedades como policía.
Cuentan que el policía rozó la guagua de Camacho cuando ambos se disponían a abastecerse de combustible en la estación TotalEnergies Las Piñas, de la avenida Charles de Gaulle, en Santo Domingo Norte.
El padre del policía, Daniel Abenicio de Jesús, narra la versión que recogió en la escena: que el comerciante le disparó a su hijo, y este, desde el suelo, alcanzó a Camacho con varios disparos. Ambos cuerpos quedaron boca abajo en medio del olor a combustible y de dos charcos de sangre.
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De igual manera, estuvieron juntos, quizá al lado uno del otro, en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses, donde los cuerpos fueron llevados para las investigaciones de ley.
No hubo tiempo para mediación de los demás compradores ni de los empleados de la estación. La vida se apagó para ambos en un instante, sin haberlo propuesto, por una simpleza que pudo resolverse con la palabra, pero prefirieron el mortal ruido de las balas.
Ambos dejaron familias con dolor, pero sin ánimo de venganza, pues al final el luto llegó a ambas. Jhon Abenicio Rodríguez dejó a un niño de seis años y a una esposa viuda; y Santo Nicolás Camacho, a dos hijos: una jovencita de 16 y un varón de 25, además de sus mercancías y préstamos sin cobrar.
Dos trabajadores
De acuerdo con parientes de Camacho, este era un hombre muy trabajador, que se iba a las provincias los lunes a vender sus utensilios y regresaba a la ciudad los viernes.
Mientras tanto, el policía, además de su trabajo en esa institución, hacía “chiripas” de pintura con un amigo de la familia.
La reflexión de la Policía
La Policía Nacional, a través de su vocero, coronel Diego Pesqueira, lamentó la tragedia y aprovechó para llamar a la ciudadanía a fomentar la convivencia pacífica y el respeto mutuo.
“Lamentamos que una sola vida se pierda. Esperamos que este tipo de incidentes haga reflexionar a toda la sociedad… Debemos apelar a la socialización y a la convivencia pacífica para evitar este tipo de hechos tan lamentables, que llenan de luto y dolor a estas dos familias, pero también a todo un país”, dijo Pesqueira.
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