La brujería en el mercado Modelo: una estructura de la dictadura

Es el mercado más grande del Distrito Nacional y cada vez hay más presencia de curanderos, brujos y productos que prometen enamorar, curar o traer buena suerte

Fachada del Mercado Modelo de la Mella. (Diario Libre/Matías Boncoski)

El mercado Modelo, ubicado en la avenida Mella, fue levantado bajo las órdenes de Rafael Leónidas Trujillo en 1942 y fue diseñado por el arquitecto Henry Gazón Bona. Surgió durante la oscuridad de la dictadura. Ahora, más de cinco décadas después, sigue teniendo oscuridad, pero de otro tipo: Supersticiones y brujería.

Su estructura, ya desgastada, necesita de una remodelación. La luz entra por sus ventanas en vertical e ilumina un entorno mágico. Durante muchos años, ha sido el centro del comercio en el Distrito Nacional. Un lugar en el que mucha gente aprovecha para pasar la mañana y comprar.

Desde ropa, hasta comida, pasando por pinturas y plantas. Sin embargo, poco a poco se ha ido llenando de productos de dudable eficacia que caen en un vacío entre el catolicismo y la brujería. El mercado Modelo se ha llenado de colonias, líquidos y supuestos brujos que garantizan enamorar, hacerte rico o tener buena suerte.

El mercado Modelo, construido durante la dictadura de Trujillo. Por (Matías Boncosky)
Productos supersticiosos en el mercado Modelo. Por (Matías Boncosky)
Productos supersticiosos en el mercado Modelo. Por (Matías Boncosky)
Productos supersticiosos en el mercado Modelo. Por (Matías Boncosky)
Productos supersticiosos en el mercado Modelo. Por (Matías Boncosky)
Productos supersticiosos en el mercado Modelo. Por (Matías Boncosky)
Productos supersticiosos en el mercado Modelo. Por (Matías Boncosky)
Productos supersticiosos en el mercado Modelo. Por (Matías Boncosky)
Productos supersticiosos en el mercado Modelo. Por (Matías Boncosky)

También hay curanderos que dicen sanar sinusitis o paperas, entre otras cosas. Allí, la presencia del denominado "pequeño Haití" tiene su influencia.

El mercado Modelo esconde unos pasillos oscuros y solitarios. Caminos estrechos donde el agua de la lluvia se cuela y moja los suelos. Allí, Diario Libre llega hasta Rodolfo, que a cambio de unos pesos, promete tirar las cartas y leer el futuro. El sitio es pequeño y el techo de hojalata. Tan solo caben dos personas sentadas.

Un altar lleno de velas adorna la parte principal de la pequeña estancia. El agua de la lluvia, sin embargo, se cuela por los agujeros de las paredes.

El curandero Rodolfo, antes de leer las cartas. Por (Matías Boncosky)
Miguel Caireta, caminando con el curandero Rodolfo. Por (Matías Boncosky)
El curandero Rodolfo leyendo las cartas en el mercado Modelo. Por (Matías Boncosky)
La mesa con velas del curandero Rodolfo, en el mercado Modelo. Por (Matías Boncosky)
Las cartas encima de una mesa de vidrio. Por (Matías Boncosky)
La estructura del mercado Modelo. Por (Matías Boncosky)
Un hombre, sentado a contraluz en el piso superior del mercado Modelo. Por (Matías Boncosky)
Un cartel de "salida", iluminado por una bombilla, en el mercado Modelo. Por (Matías Boncosky)
El curandero Rodolfo, caminando antes de leer las cartas, bajo unas letras en la pared que indican: "curandero". Por (Matías Boncosky)

El mercadoModelo de Santo Domingo esconde unos pasillos laberínticos en los que uno puede perderse entre creencias poco fiables y curanderos que prometen leer tu futuro. Una realidad que recuerda a los rituales africanos y los de Haití.

Periodista español y escritor. Se graduó en la Universidad de Navarra.