Uso de drones para estudio de manatíes es efectivo
Luego de 2 años de estudio la población se mantiene activa
Desde el 29 de abril de 2017 se documentó utilizando drones comerciales una población de manatíes (Trichechus manatus manatus), en El Portillo al norte de la península de Samaná.
Lo que inició como un avistamiento durante un vuelo recreativo, resultó en el primer estudio de población de este mamífero marino utilizando drones, a cargo de la Autoridad Nacional de Asuntos Marítimos (ANAMAR), titulado: “Potencial ecoturístico de la observación de Manatíes en la costa norte de la Península de Samaná”.
Previo a la utilización de drones se realizaron censos de manatíes utilizando aeronaves tripuladas y observación desde tierra, que datan desde 1975.
ANAMAR resalta entre los trabajos más recientes los del CIBIMA-UASD (Domínguez Tejo 2006, 2007, 2009, 2010, 2013, 2016; Domínguez Tejo y Rivas, 2011), TNC (Domínguez et al., 2008; Domínguez 2011), CEBSE (Betancourt, 2010), MARENA (Reynoso et al., 2011), FUNDEMAR, el Acuario Nacional y el CERREA, que abordan diferentes temas sobre el manatí, como el estatus y distribución histórica y actual, el uso de hábitat, la mortalidad, los varamientos y rescates, y el análisis de vacíos de información.
Según el estudio publicado por ANAMAR La costa norte de la Península de Samaná se caracteriza por la presencia de numerosos parches arrecifales que crean lagunas someras que protegen a los manatíes del oleaje. Adicionalmente, los parches arrecifales dificultan la navegación cerca de la costa, y por lo tanto, limitan el tráfico de embarcaciones y su ruido asociado, lo cual favorece la presencia de manatíes.
La zona evaluada comprendió desde playa Cosón hasta El Estillero, se realizaron 46 vuelos y una acumulación de cerca de 10 horas entre vuelos autónomos y deliverados.
En total se lograron 8 avistamientos de manatíes, con grupos desde un solo individuo hasta siete, se observaron crías en Cosón y en el área hacia el este de Portillo entre Punta Carolina y Punta El Anclón. La distancia promedio de los avistamientos hasta la línea de costa fue de 251 m (mínima 179 m, máxima 314 m). Se observó comportamiento de reposo en el área entre Punta Carolina y Punta El Anclón. En los demás avistamientos no se pudo determinar el comportamiento debido a la corta duración de la observación, o a que se interrumpió a los animales con el ruido del dron.
Con el estudio se pudo determinar que el ruido y movimiento del dron puede perturbar el comportamiento natural de los animales. La data obtenida a diferentes alturas ha servido también para calcular la altura idónea del dron, según el modelo.
El pasado fin de semana se utilizó el recién lanzado al mercado DJI Mavic Mini el cual permitió un mayor acercamiento a los animales sin reacción alguna.
En todos los tramos de costa evaluados por ANAMAR se constató la presencia de hierbas marinas en abundancia. De las 11 fuentes de agua muestreadas, se confirmó que 8 eran de agua suficientemente dulce para ser utilizadas por los manatíes con una salinidad menor a 5 ppt (Stith et al., 2006).
En general, se observó un nivel bajo de actividad humana. Las actividades con mayor riesgo para los manatíes son el tráfico de embarcaciones pesqueras y turísticas y el uso de equipos de kitesurf, cuando navegan al interior de los arrecifes.
Estas actividades conllevan un riesgo de colisión con los manatíes, resalta el estudio. Por otro lado, en las fotografías se observaron algunos chinchorros ubicados en zonas cercanas a la costa que podrían causar muertes accidentales de manatíes por enredamiento y ahogo.
Según los resultados obtenidos hasta la fecha, los mejores lugares donde se podría desarrollar la observación de manatíes como actividad ecoturística son entre Punta Carolina y Punta El Anclón, y en la bahía de El Estillero.
El manatí antillano o del Caribe (Trichechus manatus manatus), se encuentra críticamente amenazado en La Hispaniola. La caza furtiva y muertes accidentales han mermado las poblaciones de estos mamíferos marinos por décadas.
La palabra “manatí” viene del taíno arahuaca para representar este mamífero acuático. Para los taínos, “manatí” quiere decir ¨con tetas¨, y/o pecho de mujer (Reeves et al. 1992).
En República Dominicana, los manatíes, son relativamente más abundantes en las costas noroeste, noreste y en la región sur.
Es en Estero Hondo, Puerto Plata, donde existe una población protegida en un santuario destinado a su conservación. Otros puntos identificados con presencia de estos animales son la Bahía de San Lorenzo en el Parque Nacional Los Haitises, Puerto Viejo en Azua, el Parque Nacional Cotubanamá y el Monumento Natural Isla Catalina.
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