Pepe dejó de comer y veterinarios tomaron una decisión
Pepe es uno de los tres manatíes que se encuentran en el Acuario Nacional y que se espera pronto sean liberados en su hábitat. Junto a Juana y Lupita están siendo preparados para ser devueltos a la vida silvestre luego de alcanzar la madurez en cautiverio.
Pepe y Juana llegaron al acuario muy pequeños, ya hace ocho largos años que han significado un reto para los veterinarios y técnicos del Acuario. Lupita tiene más de tres años y llego siendo muy joven. Todos rescatados de una muerte casi segura por diferentes motivos.
Pepe es muy activo, y se caracteriza por ser el más apegado a los humanos. Hace un tiempo, previo al plan de liberación, compartía espacio con Juana, mientras Lupita permanecía en un espacio más reducido al ser ella más pequeña.
Las cosas no marcharon bien entre Pepe y Juana. Al alcanzar la madurez sexual, que puede ser a los cuatro años, Pepe no dejaba en paz a Juana y está dejó de comer por el constante acoso de Pepe.
Decidieron que era momento de separarlos, ya Juana había sufrido dos abortos espontáneos que la ponían en riesgo. Pepe fue trasladado a la pileta donde estaba Lupita y la pequeña tomó su lugar en la pecera de exhibición junto a Juana.
Se logró la calma para los tres animales mientras el Ministerio anunciaba el proyecto de liberación de los Manatíes el pasado septiembre.
Para lograr esto debían adecuar a los animales en cuanto a dieta y comportamiento. De una dieta de frutas y verduras terrestres, se hizo necesario iniciar la sustitución de estos por yerbas marinas, thalassia y siringodium, el alimento natural de los manatíes en su hábitat. Además deben romper el vínculo humano, para que puedan ser independientes en la vida silvestre.
Juana y Lupita se han ido adaptando a los cambios, comen desde plataformas sumergidas que simulan una pradera marina, mientras el porcentaje de frutas y verduras va disminuyendo paulatinamente.
Manatíes del acuario están saludables para continuar proceso de liberación
Enseñándoles a comer y olvidar a la gente
Para Pepe fue demasiado, entro en un ayuno de unas semanas. En parte porque se restringió el contacto con los humanos y se bloqueó el perímetro del estanque para que no pudiera ver hacia afuera. Posiblemente el poco espacio y la falta de Juana le afectaron también y empezó a perder peso rápidamente.
Para el Dr. Francisco de la Rosa y personal del Acuario, fue motivo de preocupación. Una pérdida significativa de peso y no poder cambiar su dieta, puede impedir que el animal esté en condiciones para ser liberado, en parte porque cuando sean llevados al encierro al mar, perderán un poco de peso y esto puede poner en riesgo la salud de Pepe.
Luego de varias reuniones con los responsables del proyecto, el vice ministerio de Costeros y Marinos del Ministerio del Medio Ambiente, se llegó a la conclusión que Pepe debía ser devuelto a la pecera de exhibición, junto a Juana, pero está vez Lupita sería dejada con ellos, siendo la primera vez que los tres animales estén juntos.
El miércoles 25 de noviembre, a las 10 de la mañana Pepe fue sacado del estanque, en un momento tenso que puso en riesgo la vida del animal, pero luego de analizar todas las posibilidades, era lo mejor para él.
Una grúa de los Bomberos de Santo Domingo Este, sería la responsable de realizar la delicada operación, cosa que ya han hecho antes, en sus 20 años de colaborar con el Acuario Nacional.
Desde el momento de varar al animal en el estanque, debieron apresurarse a realizar el traslado, verificando sus signos vitales constantemente, sin saber la reacción del animal al estrés. Aprovecharían para tomar muestras de sangre. Además le realizaron un enema para forzar la evacuación por cambios en la consistencia de las heces en días previos, y realizar análisis para descartar cualquier problema.
Envolvieron al animal en una camilla especial, mientras los bomberos operaban la grúa para levantar a Pepe. Más de 20 personas trabajaban coordinados para sacar al manatí y llevarlo rápidamente con las dos hembras.
Pepe no opuso resistencia, en todo momento parecía relajado mientras era elevado en el aire y colocado en un camión que lo llevaría a unos 50 metros de distancia. La tensión se sentía en el ambiente, mientras monitoreaban su respiración que se hacía lenta por momentos.
El tiempo pasaba y la grúa se acomodaba para el movimiento más peligroso, levantar Pepe unos 7 metros de altura y colocarlo suavemente al borde de la pecera, sobre una delgada plancha de madera.
Había pasado 15 minutos y el manatí fue colocado sobre la plancha y desatado de la camilla. Estaba boca arriba, y con un suave giro ayudado por los técnicos, dejó caer su cuerpo suavemente sobre el agua. Nadó rápidamente hacia el fondo y luego subió con tanta fuerza que salpicó a los presentes con su cola, mientras todos aplaudían.
Dentro de la pecera había un alboroto, Pepe y Lupita se veían por primera vez... no habían pasado diez minutos y ambos ya habían copulado frente a la mirada atónita de los veterinarios del otro lado del vidrio.
En el proceso se aprovechó a pesar a Pepe, está por arriba de las 750 libras, 250 más del mínimo para seguir con el plan de liberación.
Ahora ya saben que Juanita está sexualmente madura, otra sorpresa. ¿Y sobre si Pepe ha comido estos días?, si y mucho, reporta el Dr. Francisco de la Rosa, incluso las yerbas marinas.
Por ahora los tres animales están estables y alimentándose, a cerca de dos semanas de ser llevados a un encierro en un corral en Bayahíbe y cumplir así con el cronograma del proyecto.
Al final parece que Pepe lo que quería era compañía... y un poquito más ;).
Marvin del Cid
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