El Lago Enriquillo: los límites de la contaminación

El Lago Enriquillo es uno de esos lugares únicos y emblemáticos que tiene la isla y que resalta en todo el caribe, es que son muchos los factores que lo hacen irrepetible: No sólo es el cuerpo de agua interior más grande de todas Las Antillas, es el punto más bajo del caribe y también el más hipersalino (sus aguas poseen hasta tres veces la salinidad del mar).

Como Ecosistema tiene una importancia Invaluable: forma parte de la Reserva de Biosfera de Jaragua-Bahoruco-Enriquillo, es un humedal RAMSAR y está resguardo como Parque Nacional el sistema de áreas protegidas.

Históricamente ha sido el epicentro de poblaciones que han construido su modo de vida alrededor de sus aguas: Desde que el cacique Enriquillo se sublevó contra los colonizadores españoles en el siglo XV hasta nuestros días, gran parte del modo de vida y la cultura de los habitantes de la región depende del lago.

Y precisamente ahí radica el poder de atracción lo que hoy en día está poniendo en peligro la calidad de sus aguas y el equilibrio de sus ecosistemas: La contaminación por residuos sólidos. Que es una dramática realidad que ha encendido las alarmas entre organizaciones locales y organismos internacionales.

Desde el año 2010 un estudio del PNUD identificó la preocupación y la documentó, llamando la atención de un modo particular sobre la acumulación de residuos depositados en vertederos improvisados, debido mayormente a la falta de recursos de los ayuntamientos para la recogida y tratamiento adecuado de los mismos.

En el año 2019, una Asociación sin fines de lucro con sede en el municipio de la Descubierta presentó un proyecto que busca el “Saneamiento ambiental para 3 municipios aledaños al Lago Enriquillo”.

Es así como el CENTRO DE INVESTIGACION Y EDUCACION POPULAR (CIEPO) concitó el apoyo del Programa de Pequeñas Donaciones para la Participación Pública en la Protección Ambiental del DR-CAFTA y El Departamento de Estado de Estados Unido, que bajo la administración de HELVETAS Guatemala, pretende sensibilizar sobre el tema a los residentes y las autoridades en los pueblos de La Descubierta, Postrer Río, Jimaní, El Limón, Boca de Cachón y El Guayabal.

Como parte de la iniciativa, han realizado un diagnóstico que revela la presencia de 11 vertederos municipales reconocidos y varios improvisados, todos a cielo abierto y desprovisto de cualquier tipo de manejo técnico.

También han desnudado una realidad que se hace cada vez más común en diversas poblaciones de la isla: la costumbre de quemar la basura y verter de forma indiscriminada y sin tratamiento alguno los residuos, incluyendo desechos hospitalarios.

En el marco de ese proyecto se identificaron que varios vertederos están ubicados a una distancia mínima del lago Enriquillo, como caso especial se reseñan los de Jimaní y La Descubierta, que son los mayores de la provincia y se encuentran a menos de 500 metros de la orilla del lago: en caso de lluvias y hasta por acción del viento los residuos son arrastrados al gran cuerpo de agua.

La contaminación del lago es una amenaza catastrófica para el Ecosistema y afecta de modo significativo la belleza escénica peculiar de la zona, la cual constituye uno de los mayores atractivos para el Ecoturismo.

De ahí la importancia de que se pongan en práctica las acciones necesarias para remediar la situación, de modo que la iniciativa encaminada por CIEPO y que ha incluido -además del diagnóstico- una serie de charlas, cursos, campañas de sensibilización e incluso la elaboración de varios planes de gestión, podría ayudar al tejido social de estos municipios a tomar acciones que acordes con el manejo adecuado de los residuos sólidos.

Pero también es obvio que para lograr hacer frente a este desafío hará falta mucho más apoyo del Gobierno Central, toda vez que la capacidad financiera de las alcaldías locales difícilmente alcanza para manejar el actual sistema, mucho menos para impulsar medidas que pudieran ser más sostenibles en el tiempo.

Por ejemplo, la necesaria reubicación de los botaderos a cielo abierto hasta lugares menos vulnerables y la construcción de sistemas de relleno sanitario.

Del mismo modo, es perentorio lograr un incremento en la eficiencia del servicio de recolección, lo cual va de la mano con elevar los niveles de educación hacia una cultura del reciclado que induzca al menos un mejor aprovechamiento de los residuos que están yendo a parar al vertedero, en especial los orgánicos que pueden ser aprovechados en labores agrícolas.

Hace falta mucho acompañamiento para evitar impactos mayores, puesto que aun cuando CIEPO y las instituciones de la Provincia logren guiar la población hasta un escenario de recuperación de materias primas como el vidrio, los plásticos, cartones y papel, para que no lleguen al vertedero, los costos para enviar estos productos hasta sus mercados de procesamiento son tan altos, que ponen aún más lejana la meta de ese “escenario ideal” para el máximo aprovechamiento y mínimo desecho.

EL lago Enriquillo está a más de 200 kilómetros de la capital, pero esto no impide que los plásticos que se producen aquí terminen flotando en sus aguas...es por ello que insistimos en que -si de verdad queremos mejorar el ambiente de estos escenarios idílicos tenemos que esforzarnos más, mucho más.

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