Crimen de niña de cuatro años en Santiago levanta voces críticas hacia Código del Menor

Sugieren juzgar como adultos a los adolescentes en determinados delitos. Llaman a vigilar con responsabilidad a los menores

El cuerpo de la niña Yaneisy Rodríguez fue sepultado ayer. Hubo llanto y resentimientos. (Aneudy Tavárez)

A pesar de lo horrendo de algunos crímenes cometidos por niños, niñas y adolescentes, el llamado Código del Menor establece que los que cometan una infracción penal deben ser juzgados respetándoles todos sus derechos, sin ser sometidos a tratos crueles, inhumanos o degradantes. Tampoco pueden ser sometidos a tratos que atenten contra su dignidad.

En el caso de imponerle una medida de coerción, el artículo 286 del Código del Menor establece que la prisión debe ser la excepción y sólo por 30 días, y que podría ser prorrogada por 15 días en casos justificables.

Cuando el menor tiene menos de 14 años, generalmente se implementa como medida cautelar el cambio de residencia para la protección personal; la obligación del adolescente de presentarse periódicamente al tribunal o ante la autoridad que le designen; la prohibición de salir del país o de la localidad; la prohibición de visitar y tratar a determinadas personas, entre otras, como retención en el propio domicilio.

Cinco años de prisión

A propósito del crimen cometido contra una niña de cuatro años de edad en Santiago de los Caballeros, varios sectores han reaccionado pidiendo penas más drásticas para los adolescentes involucrados en estos casos.

Trajano Vidal Potentini, presidente de la Fundación Justicia y Transparencia (FJT), opina que no es posible que el Cogido de Niños, Niñas y Adolescentes solo contemple un máximo de hasta cinco años por la ocurrencia de un crimen por grave que sea.

Considera que el menor de edad de ahora no es el mismo menor de edad de otros tiempos: “El adolescente de ahora tiene mayor desarrollo y más conocimientos por el asunto del acceso a las tecnologías de la información y comunicación”.

Sugiere hacer una revisión de lo que ocurre a nivel internacional con casos similares y evaluar al menor imputado para, si se comprueba “que actuó con algún discernimiento o conocimiento de causa de la maldad de lo que está ocasionando, se le juzgue como mayor de edad”.

En ese sentido, el obispo auxiliar de la arquidiócesis de Santo Domingo, monseñor Jesús Castro Marte, pidió todo el peso de la ley contra los responsables del crimen, al tiempo que calificó como “deplorable” e “indignante” la muerte de Yaneisy Rodríguez. En un mensaje en su cuenta de Twitter, expresó que el crimen “pone en evidencia la irresponsabilidad de algunos padres ante las obligaciones para con sus hijos”.

Mientras que la presidenta de la Asociación de Abogados de Derecho de Familia de la República Dominicana (Adadef), Dilia Leticia Jorge, dijo que la lamentable muerte de la niña Yaneisy revela la necesidad de una mayor vigilancia que deben tener las autoridades del Sistema de Protección a la Niñez, Niños y Adolescencia sobre los menores que habitan en el territorio dominicano.

En tanto que el diputado perremeísta por la provincia El Seibo, Jean Luis Rodríguez, reprochó que los proyectos de ley de castración química para violadores y el que crea un registro nacional de agresores y violadores, sigan paralizados en el Congreso.

Los imputados

El menor de 16 años implicado en el asesinato de la niña Yaneisy Rodríguez tiene un proceso judicial abierto por violación sexual, según informó la regional de la Policía en Santiago. Por el crimen de la niña también fue apresado Franklin Fernández Cruz, quien según las autoridades tiene 31 años.

Yaneisy Rodríguez fue sepultada ayer en medio de tristeza y resentimientos de los miembros de su familia, quienes se señalan unos a los otros por negligencias cometidas en el cuidado y crianza de la pequeña.

Momento antes de darle sepultura al cuerpo de la menor, su padre, Ramón Pérez Espinal, exclamó: “Me mataron a mi pequeña por un descuido de esa mujer”, refiriéndose a Yanery Altagracia Rodríguez, quien es la madre de la niña.

Según testimonios, Pérez Espinal llevaba más de un año separado de ella. Mientras estuvieron juntos procrearon tres hijas.

La madre no asistió al cementerio para darle el último adiós a su niña, ya que supuestamente estaba recibiendo amenazas del padre, y se informó que ha sido apresada nuevamente.

La abuela de la pequeña Yaneisy Rodríguez dijo que la noche del sábado la madre de la niña la envió a comprar algo al colmado, mientras compartía con amistades en la comunidad, pero cuando la niña retornó sin el mandado y sin 200 pesos que le había dado para pagar, la regañó y le ordenó buscar el dinero. Posteriormente el cadáver de la menor fue hallado cerca de un vertedero, en el sector Barranca, en Santiago, donde residían la niña y sus verdugos (uno menor y otro identificado como Franklin Fernández Cruz).

La Policía Nacional dio con el cuerpo, luego de que los detenidos llevaran a los investigadores al lugar donde lo dejaron abandonado, tras de quitarle la vida.

El adolescente vinculado al asesinato de la niña Yaneisy Rodríguez, habría confesado que llevó de brazos a la niña a la casa del segundo de los implicados, donde ambos “la abusaron sexualmente y luego la golpearon de forma contusa, hasta provocarle la muerte”, indicó en una nota informativa la Policía Nacional.

Franklin Fernández Cruz reconoció que abusó sexualmente de la menor bajo los efectos del alcohol y alega que la niña estaba muerta cuando llegó a sus manos.

Dijo que sí intentó violentar sexualmente a la niña, al ser preguntado por periodistas sobre lo acontecido.

“Intenté penetrarla, pero no pude. Yo estaba borracho cuando él me la llevó”, dijo Franklin, refiriéndose al otro imputado.

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