Ñasingbé busca nuevo mandato en presidenciales de Togo precedidas de polémica
Noël Tadegnon
Lomé, 21 feb (EFE).- Unos 3,6 millones de electores están llamados a las urnas este sábado para votar si Faure Ñasingbé, presidente de Togo desde 2005, continúa en el poder pese a un polémico cambio constitucional sobre el límite de mandatos que dejó graves protestas populares el año pasado.
De resultar reelegido, Ñasingbé, de 53 años y aspirante por la oficialista Unión por la República (UNIR), accedería a un cuarto mandato quinquenal con la promesa de seguir en la 'vía del desarrollo' económico y de aumentar la descentralización, según ha venido anunciando durante la campaña electoral.
'Debemos continuar en nuestro camino y decirnos (a nosotros mismos) que estamos en el camino del progreso. Estas cuestiones políticas no pueden ocuparnos veinte años, hemos hecho ya suficiente política', afirmó recientemente el presidente durante un acto en la localidad de Kpalimé (120 kilómetros al noroeste de la capital, Lomé).
'La construcción del país, el desarrollo del país, no es tarea de una persona, ya sea alguien ganador (de elecciones) o no, es asunto de todos los togoleses', recalcó.
Ñasingbé sucedió en el poder a su padre, Ñasingbé Eyadéma, quien gobernó el país desde un golpe de Estado cometido en 1967 hasta su fallecimiento en 2005.
Unas elecciones ese mismo año -convocadas en medio de fuertes protestas populares por la sucesión directa y con una gran presión internacional- refrendaron el poder del actual presidente, con un 60,15 % de apoyo, aunque no sin denuncias opositoras de fraude.
Ñasingbé sería después reelegido en 2010 y 2015, aunque los comicios tampoco estuvieron exentos de acusaciones similares.
De hecho, en las últimas elecciones presidenciales, el principal líder opositor togolés, Jean-Pierre Fabre -presidente de la coalición Combate por una Alternancia Política (CAP)-, denunció 'fraude masivo' y se produjeron disturbios con medio millar de muertos y miles de desplazados que se refugiaron en los vecinos países vecinos de Ghana y Benín.
El año pasado, pese a las quejas opositoras y las manifestaciones multitudinarias desatadas en las calles, el Parlamento togolés aprobó una reforma constitucional que limitaba a dos mandatos de cinco años el tiempo máximo que un presidente podía permanecer en la jefatura del Estado.
Pero ese cambio no se aplicaba de forma retroactiva, con lo que a Ñasingbé le quedaba el camino legalmente abierto para, en teoría, poder continuar en el poder hasta 2030.
En estos comicios, el mandatario se enfrenta a seis candidatos opositores, incluido el propio Jean-Pierre Fabre.
Otro rival destacado es el ex primer ministro Agbéyomé Kodjo (2000-2002), quien tuvo que pasar un tiempo en el exilio tras dejar el cargo por un grave conflicto con Eyadéma.
Durante la campaña, que comenzó el 6 de febrero y culminó este jueves, la oposición defendió una renovación del poder tras más de medio siglo y una nueva línea económica que permita a Togo mejorar los escasos avances actuales en materia de crecimiento o eliminación de la pobreza.
Según datos del Banco Mundial, esta pequeña nación del África Occidental, que se independizó de Francia en 1960 y cuenta con unos ocho millones de habitantes, vio declinar la pobreza un 6 % entre 2006 y 2015.
Sin embargo, durante el último mandato de Ñasingbé, la inestabilidad política perjudicó la economía y sólo en 2018 el crecimiento recuperó el ritmo y marcó un 4,9 %. Esos resultados se han visto, no obstante, lastrados por la alta inflación.
En ese contexto, la desigualdad y la pobreza siguen muy extendidas en Togo, especialmente en las áreas rurales, y casi la mitad de la población vive por debajo de la línea de la pobreza, con menos de dos dólares al día.
La elección de este sábado se desarrollará bajo la mirada de 280 observadores internacionales, entre los que destacan los miembros de una misión de la Unión Africana encabezada por el expresidente de Madagascar Hery Rajaonarimampianina, de otra de la Unión Europea y representantes de embajadas como la de Estados Unidos en Togo.
También se han dispuesto fuertes medidas de seguridad, incluido un cuerpo especial de 10.000 policías y gendarmes creado para la votación, denominado Fuerza de Seguridad de la Elección Presidencial (FOSEP).
En total, habrá 9.389 centros de votación repartidos por todo el país, que estarán abiertos entre las 07.00 y las 16.00 horas (local y GMT). EFE
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