El Tour revive la hazaña Luis Ocaña en Orciéres Merlette
Sisteron (Francia), 31 ago (EFE).- La cuarta etapa del Tour de Francia llega este martes a la cima de Orciéres Merlette, lugar de culto porque allí nació la leyenda del legendario Luis Ocaña, la indomable leyenda española que en 1971 se enfundó el maillot amarillo tras destrozar a Eddy Merckx, su rival y obsesión.
Tras dos años de dictadura de Merckx en 1969 y 1970, el 71 sería el elegido por Ocaña (Priego, Cuenca, 1945 -Mont-de-Marsan, 1994) para saldar deudas deportivas y de orgullos.
Maurice de Muer, el director deportivo del equipo Bic, le pidió a Ocaña que se reservara en las carreras para llegar a tope al Tour de Francia. Pero el español no era de obedecer, por lo que venció a Poulidor en la Vuelta al País Vasco y durante el Dauphiné comprobó que Merckx no era imbatible, a pesar de que venció el 'Canibal'.
La primera etapa de montaña del Tour de 1971 fue un 5 de julio entre Nevers y Puy de Dôme. Ese día, en pleno dominio de Merckx, llegó el primer aviso de Ocaña con triunfo por delante de Zoetemelk, Agostinho y Merckx, quien cruzó la meta a 15 segundos.
Dos días después, la décima etapa entre Saint Etienne y Grenoble tuvo como protagonista al Bic de Ocaña, aunque la ganó el francés Bernard Thévenet, escapado con G. Petterson, Zoetemelk y Ocaña. Ese día Merckx volvió a mostrarse mortal cediendo 1.30 minutos y el maillot amarillo al holandés Zoetemelk.
La etapa de aquel 8 de julio de 1971 quedó en la leyenda de todos los Tours de Francia y del ciclismo mundial. Fueron 134 kilómetros entre Grenoble y Orcières-Merlette, con los puertos previos de Laffrey (2a), Col du Noyer (2a) y la subida a Orcières-Merlette (1a) a 1.880 metros de altitud.
Era el 'Día D'. Ocaña tenía planeado atacar de lejos, al pie del Laffrey, un puerto de pendientes muy pronunciadas, pero se anticipó el portugués Agostinho, quien se llevó a rueda al español, al líder Zoetemelk y al belga Van Impe. Se quedó clavado Merckx, en una escena poco frecuente del campeón.
El cuarteto supero el Col de Noyer con Ocaña de locomotora, desatado y a por todas. Sus compañeros de fuga cedieron impotentes ante el ritmo del español. Una gran hazaña nacía en ese momento entre los ánimos de un público entregado, jaleando al héroe hasta la cima instalada a 1.664 metros. El asalto endosó 4 minutos en el puerto al grupo de Zoetemel. Merckx pasó a 5 acompañado de cinco compañeros del Bic de Ocaña y ninguno del Molteni.
El monstruo estaba herido y Ocaña olía sangre. El campeón español continuó su esfuerzo en solitario para afrontar la subida a Orciéres Merlette con el estímulo de humillar a su rival y enemigo. Se dejó el alma y entró en la meta como vencedor y nuevo maillot amarillo.
El golpe de Ocaña a la general fue tremendo. Aventajó en 5.52 minutos a Van Impe y en 8.42 a Merckx, segundo y tercero. Pero lo más significativo fue que la organización tuvo que aumentar los tiempos de llegada del 12 al 15 por ciento, ya que de lo contrario se habrían quedado en carrera solo los primeros 38 corredores clasificados.
Ocaña se vistió de amarillo con margen para soñar con llegar a París como vencedor. Zoetemelk se quedó a 8.43 minutos, Van Impe a 9.20 y Merckx a 9.46.
Muchos pensaron que el Tour había terminado y que Luis Ocaña sería el sucesor de Merckx en el palmarés, pero tres días después, en la decimocuarta etapa entre Revel y Luchon, y bajando el Col de Menté, el infortunio volvió a visitar al español. Una terrible caída le quitó el maillot amarillo y el sueño de París. Eddy Merckx continuó el reinado. EFE
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