Familias viven atrapadas en sus casas por laguna podrida en Guaricano
En el barrio La Mina de Guaricano algunas familias han abandonado sus viviendas
Más de 20 familias del barrio El Hoyo de La Mina, en Guaricano, municipio Santo Domingo Norte de la provincia Santo Domingo, viven atrapadas en sus propias viviendas, debido a las aguas putrefactas estancadas en la calle que, además, les está causando enfermedades en la piel.
Es una lucha que han librado desde hace más de 25 años y, aunque las autoridades municipales y nacionales tienen conocimiento del problema, no han hecho nada, informan los afectados que dicen estar cansados de promesas.
En tiempo de sequía el agua se pone de color verde porque no corre ni se filtra por ningún lugar y los mosquitos y otras alimañas no dejan vivir en paz a la gente y cuando llueve las casas se les llenan de agua, algunos las han abandonado, debido a que no tienen por donde salir.
Tito Bueno Hernández cuenta que hasta el Defensor del Pueblo fue a ver el problema hace varios meses, prometió ayudar a resolverlo y jamás han vuelto a saber de él.
“Aquí vino el síndico Carlos Guzmán y hasta un cheque dio y jamás ha vuelto, a veces vienen los “macos”, (hombres que limpian imbornales), pero no solucionan el problema", dijo.
Dijo estar cansado de promesas, lo que quieren es que se pase a solución para que la gente pueda vivir en paz y con libertad de poder salir y entrar a sus casas sin problemas.
“El hoyo por donde se iba el agua estaba tapado, pero la comunidad lo está destapando, hemos soltado los políticos en banda y nos hemos unidos en un equipo como un solo hombre para ver si resolvemos el problema, porque ya que no tenemos ayuda de nadie, aquí viene todo el mundo promete y promete y se van”.
Crucito Medrano, otro de los afectados, dijo que cuando llueve es un caos y que para entrar y salir de algunas de las casas hay que colocarse botas de goma. En otros lugares ni eso porque la profundidad del agua lo impide. Recordó que el problema es tan viejo que la acera y contenes, que no se usan ya, la construyó el primer alcalde de Santo Domingo Norte, Daniel Lois.
“Las mujeres cuando van temprano a trabajar tenemos que montarlas a caballitos para sacarlas de las casas y eso es promesa y promesa. Aquí vino el Defensor del Pueblo, Pablo Ulloa, y dijo que nos iba a ayudar con eso y no ha dado la cara”, sostuvo.
Alex Arias dijo que los niños y las personas adultas son los más afectados por las enfermedades que adquieren por el contacto con las aguas podridas. “Ahí tenemos una niña con una alergia en un brazo que se contagió con esa agua”, dijo.
Indicó que cuando los niños salen a la escuela tienen que salir enganchados por las verjas de las casas, porque la calle siempre está llena de agua, aunque llueva o no.
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