Por suciedad y pisos rotos paralizan servicios en centro de atención primaria en Los Alcarrizos
El CPN, en Los Alcarrizos, lleva más de tres meses sin un conserje
La situación no es nueva, pero desde que, hace unas dos semanas el piso se levantó en el área donde funciona la unidad de atención primaria del Centro de Primer Nivel Las Gaviotas, en Los Alcarrizos, el personal decidió dejar de ofrecer el servicio de salud.
“Las condiciones no son poco precarias, son muy precarias para seguir trabajando”, expresa la encargada del centro que, a simple vista, luce sucio, con polvo y manchas negras en el piso, muebles destartalados, abanicos (o las partes de ellos) sobre los asientos, ventanas rotas, losetas rotas o levantadas en más de uno de los consultorios.
La doctora Dorka Rodríguez es la encargada del centro. Recuerda que hace tres años cancelaron a la conserje que le ayudaba con la limpieza y a la fecha no le asignan un nuevo personal, pese a que lo han solicitado. En ocasiones le han prestado algún conserje asignado al hospital cercano, pero la última persona que enviaron está de licencia permanente por problemas de salud y desde hace tres meses no tienen a nadie que se ocupe de limpiar.
Entre el personal a cargo, que son unos 12 empleados entre médicos, enfermeras y promotores de salud, se encargan a veces de la limpieza, pero lavar baños y barrer no es tarea que pueden combinar con la atención a los pacientes, además de que no están ahí para ello, comenta Rodríguez. También se queja de que nadie les escucha en su reclamo y dice que están “desesperados”. Enfatiza esa última frase.
Otra situación es la del piso. En su propio consultorio el piso se levantó hace como dos años, sin explicación. Lo reportaron a sus superiores, quedaron de mandar a un ingeniero a evaluar, pero nada pasó. El piso siguió levantándose.
En el consultorio de la encargada del CPN el escritorio está tirado, igual que varios documentos que parecer ser los records de los pacientes. Así lo encontraron un día al llegar en la mañana, hace ya dos meses, y percatarse de que fue efecto del levantamiento del piso que se extendió a esa zona.
El riesgo de las losetas sueltas y rotas no permite que se puedan seguir recibiendo a una población de pacientes asignada, entre adultos y niños, con condiciones de diabetes e hipertensos, que supera las 1,100 personas.
“Nuestro flujo de pacientes era de 500 o 600 al mes y tenemos ahora un flujo de unos 20 pacientes, porque nos hemos visto obligados a verlos quizás cinco o 10 a la semana, en contra de nuestra voluntad, porque las condiciones no están dadas para ver pacientes”, insiste Rodríguez.
Señala que han optado por llamar a los pacientes para entregarles los medicamentos, cuando les toca, pero sin consultarlos por la falta de condiciones apropiadas.
El personal que acompaña a la directora en el centro se suma a las quejas aportando situaciones como la falta de ventilación, pues son pocos los abanicos, algunos traídos por ellos mismos luego de que esos equipos, igual que utensilios de cocina, fueran robados en por lo menos dos ocasiones.
Tampoco tiene claro que haya una seguridad, pues, si bien hay tres personas asignadas para la vigilancia nocturna, nadie en el centro tiene constancia de que estén dando ese servicio.
En el área de farmacia, un personal se ventila con un abanico sobre el mueble mientras organiza las medicinas que le acaban de llegar. La queja, sin embargo, es la falta de un aire acondicionado que ayude a mantener los fármacos en condiciones óptimas y que no se deterioren por el calor.
Rodríguez señala que las quejas han sido expuestas al coordinador de la zona de salud, que a su vez las ha encaminado a nivel gerencial, desde donde les informan que sí habrá respuesta, pero no les resuelven.
“Supuestamente el viernes viene una brigada a hacer un levantamiento, pero tenemos más de dos meses esperando”, dice la doctora que dice llevar ya nueve años luchando con las precariedades del CPN Las Gaviotas.