Crisis de agua potable, caldo de cultivo para enfermedades gastrointestinales
Los niños y envejecientes conforman la población de mayor riesgo ante la presencia de parásitos
Los seres humanos no pueden negar la importancia del agua como recurso para la vida, que sirve para la hidratación, el aseo diario, cocinar los alimentos, pasando a otros usos como el riego, fines recreativos, hasta la producción de energía.
Sin embargo, cuando el agua está contaminada por parásitos, puede provocar diversas enfermedades, especialmente, en el tracto digestivo.
En República Dominicana, no resulta extraño que los cuadros de diarrea sean producidos por agentes parasitarios detectados a través de un coprocultivo.
“Convivimos con los parásitos. Es muy común en nuestro país que el paciente que venga con diarrea y con fiebre, resulte ser una infección parasitaria”, afirmó la gastroenteróloga María Alonzo.
Esto se debe, en gran medida, a cuatro razones fundamentales: impurezas que no se eliminaron en la fuente al momento de la toma de agua; falta de cloro; deficientes sistemas de almacenaje del líquido y malos hábitos de higiene por parte de los ciudadanos.
“Muchos de los cuadros que vemos en la consulta de gastro tienen que ver con aguas que no han sido procesadas adecuadamente y transmiten parásitos, bacterias y virus”, agregó.
De acuerdo con la especialista del Centro de Gastroenterología Avanzada, los reportes de parásitos más comunes que observa en su consulta son de pacientes infectados de ameba y de giardia.
Estos agentes microscópicos pueden provocar gastroenteritis aguda, compuesta por cuadros de diarrea con náuseas, vómitos, también pudiendo presentar fiebre y malestar general.
Alonzo aclara que es importante identificar cuál es ese agente parasitario que está causando la diarrea, ya que “cada uno tiene un tipo de tratamiento específico”. La automedicación queda descartada.
“Cocinamos o limpiamos con aguas no potables, contaminando así los alimentos y luego los ingerimos. También, las personas que no hacen un buen lavado de manos, al interactuar con comidas, al final se transmite de manera oral”, explicó la doctora sobre el ciclo de transmisión.
La gastro señaló a los niños y ancianos como la mayor población de riesgo, recordando que ante un cuadro de diarrea, lo principal es mantener al paciente hidratado hasta que reciba el tratamiento correspondiente, de lo contrario, pudiera desencadenar en insuficiencia renal.
Más lavado de manos
Aunque parezca una medida reiterativa, Alonzo pidió que sea más enfática la labor de educación sobre el lavado de manos, una acción sencilla con comprobados resultados en beneficio de la salud.
“La pandemia del Covid nos lo recordó, pero, cada vez, vamos siendo más laxos. Ya la gente no dura los 20 segundos que debería durar enjabonando cada mano. Solo la buena higiene previene estos casos (de parasitosis)”, apuntó.
Crisis de agua
En la actualidad, el país evidencia una escasez de agua consecuencia de la sequía, agravando los factores que conllevan a falta de salubridad, pudiendo desatarse, además de gastroenteritis, un aumento de dengue, malaria y chikungunya por el almacenamiento de agua en tanques y galones que terminan convirtiéndose en criaderos de mosquitos si no están herméticamente cerrados.
Otra enfermedad que se dispersa rápidamente ante la falta de agua es el cólera, ya que su transmisión está enteramente ligada a escasos hábitos de higiene y salubridad. Es importante denotar que los casos de cólera han mermado y en las últimas semanas, Salud Pública no ha reportado nuevas infecciones.
Una consecuencia directa de las pocas lluvias recibidas es que la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (Caasd) ha dejado de producir alrededor de un 25 % menos agua de la que ofrecía, para un déficit de 139 millones de galones diarios en el Gran Santo Domingo.