VIDEO | Especialistas enumeran retos y desafíos para la eliminación del cáncer cervicouterino
Según el Observatorio Global de Cáncer (Globocan), en 2020 se diagnosticaron 3,412 nuevos casos de cáncer de cérvix en la República Dominicana
Las mujeres juegan diversos roles: son madres, son cuidadoras, son trabajadoras pero también son pacientes y como tal, deberían preocuparse más por mantenerse al día con sus evaluaciones médicas de rutina.
Se estima que en el mundo, ocho de cada diez personas han tenido una infección por papiloma, virus que provoca la ocurrencia de lesiones que luego podrían evolucionar y convertirse en cáncer de cuello uterino.
Junto al cáncer de mama, ocupan los dos primeros lugares en cuanto a diagnósticos oncológicos en mujeres, con la diferencia de que el cáncer cervicouterino es prevenible con la aplicación de una vacuna.
Según el Observatorio Global de Cáncer (Globocan), en 2020 se diagnosticaron 3,412 nuevos casos de cáncer de cérvix en la República Dominicana y 1,577 personas murieron a causa de esta enfermedad en el país, una realidad que se repite en otros países de la región como en México, donde fallecen cuatro mil damas al año o en Chile donde cada día mueren dos mujeres por esta patología.
Durante la presentación del panel “Por ellas, para ellas: Cerrando la brecha de salud en atención primaria y secundaria para mujeres”, dentro del marco del encuentro latinoamericano del Roche Press Day, diferentes especialistas plantearon los retos y desafíos para la eliminación de este cáncer que actualmente afecta a 604,127 mujeres a nivel mundial.
“Hoy, como sociedad, no podemos aceptar que una enfermedad prevenible, mate mujeres”, expresó Álvaro Soto, gerente de Roche para América Central, El Caribe y Venezuela.
Para Soto, lo esencial es invertir en más educación en salud, que junto a la introducción de tecnologías innovadoras, mayor inversión y un seguimiento adecuado a los resultados a través de alianzas público-privadas se puede lograr la meta de erradicar el cáncer cervicouterino.
Olga Martínez, representante del Instituto Mexicano de Seguridad Social, explicó que “le cuesta más al país que una mujer enferme y muera que su prevención”.
Martínez apuesta a un mejor uso de la tecnología: vacunas, pruebas de detección del virus del papiloma y marcadores biomoleculares que midan el riesgo mucho antes de que el cáncer se desarrolle.
“No hemos educado a nuestras mujeres la importancia de hacerse los exámenes”, intervino Paula Daza, exministra de Salud en Chile.
Daza pidió acercar la salud preventiva a la población, especialmente aquella que vive en áreas más remotas, que por distancia, por compromisos laborales o familiares no sacan tiempo para hacerse controles médicos.
“Si va a un control por hipertensión, preguntarle por su Papanicolau (PAP) y educarla”, sugirió.
En ese mismo orden, Sabine Zink, fundadora de la empresa de soluciones médicas SAS Smart Brasil, apoyó la idea de Daza y propuso que las Unidades de Atención Primaria (UNAP) laboren en un horario extendido y los fines de semana, para que así, ninguna mujer se excuse de no poder someterse a evaluaciones rutinarias.
Una técnica que SAS Smart está implementando en Brasil, donde el 70 % de la población vive en zonas rurales, es entrenar a las enfermeras a tomar imágenes del cérvix, evitándole a la paciente un nuevo viaje a la UNAP y obteniendo así un diagnóstico más rápido que se le entrega al sonografista o radiólogo para su descripción.
Otro factor que los panelistas mencionaron que influye en el retraso de las visitas de las mujeres a los consultorios es el miedo a que le cuestionen su sexualidad e incluso, vergüenza al tratarse de un virus de transmisión sexual.
Factores de riesgo
Martínez indicó que las mujeres con sobrepeso, con diabetes y con los triglicéridos altos tienen mayor probabilidad de desarrollar cáncer y que estas cifras han ido en aumento tras la pandemia por COVID-19 cuando los controles médicos se pusieron en pausa a nivel mundial.
De su lado, Daza criticó que no haya campañas masivas con testimonios de figuras públicas con cáncer cervicouterino, dándole la misma visibilidad que se le da al cáncer de mama.
Como parte de la innovación, en Perú se está educando a las mujeres para que se hagan autotoma de muestras con un hisopo, sin necesidad de espéculo.
Las pruebas piloto han demostrado que resulta “menos invasivo, más íntimo, menos incómodo y vergonzoso” que cuando lo hace un ginecólogo, con resultados igual de confiables.