VIDEO | Cómo percibe la generación Z la violencia contra la mujer
Cuatro ‘Centennials’ destacan la educación y la acción colectiva como herramientas fundamentales para reducir los casos de violencia de género
El 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una fecha que nos invita cada año a reflexionar sobre la violencia de género y la urgente necesidad de erradicarla.
Si bien es un tema que ha acaparado titulares y generado debate en el ámbito mundial durante décadas, la juventud, en especial la generación Z (o Centennials), adopta una postura cada vez más activa y comprometida frente a la denuncia y la sensibilización.
Así lo evidencian los testimonios de Paula, Philipp, Yeison y Dasmilis, cuatro jóvenes que comparten sus perspectivas sobre cómo perciben y enfrentan la violencia contra las mujeres. Ellos destacan la importancia de la educación y la acción colectiva como herramientas clave para reducir estos casos, dejando claro que no los consideran algo normal ni justificable.
Más sensibilizados
Para Paula Ureña, de 23 años, su generación está mucho más sensibilizada con el tema de la violencia contra las mujeres, sobre todo por la accesibilidad a la información a través de las plataformas digitales.
“Considero que hoy en día los jóvenes están más sensibilizados, porque tenemos muchos canales en los que nos informamos, por ejemplo, las redes sociales, y también hay muchas campañas que incentivan el tema”, sostiene.
Dasmilis Canelo, de 24 años, coincide con ella y agrega que a través de estas plataformas se comparten testimonios y consejos que contribuyen a estar más informados al respecto.
“Las redes sociales han jugado un papel importante en esto porque se han dado testimonios de chicas que han sufrido violencia y están llegando a muchísima más gente”, comenta.
Conscientes de que existen diferentes tipos de violencia hacia la mujer, ambas aseguran que la que más les preocupa es la psicológica.
“La violencia psicológica es la que es menos evidente, o sea, no se ve a simple vista, se va desarrollando con el paso del tiempo. Me preocupa más por el hecho de que suele dar partida a otro tipo de violencia, como la física o la económica”, sostiene Paula.
“Muchas veces las mujeres están pasando por este tipo de violencia y no se dan cuenta, y las personas que están a su alrededor tampoco, porque hay actitudes que se han normalizado en nuestra sociedad”, agrega Dasmilis.
El machismo y sus repercusiones
El machismo es otro tema central en la discusión de la violencia contra la mujer. A pesar de los avances en igualdad de género, los cuatro jóvenes concuerdan en que aún está presente en la sociedad y en sus círculos cercanos.
Para Paula, el machismo se manifiesta de manera cotidiana en conductas aparentemente inofensivas, pero que, en su conjunto, perpetúan un sistema de dominación masculina.
“En mi generación todavía hay machismo, tanto como en generaciones anteriores... se normaliza con ciertas conductas que parecen ser inofensivas y no lo son”, externa.
Philipp Ysenburg, de 22 años, percibe el machismo como una actitud profundamente arraigada en la sociedad, que se ha ido transmitiendo de generación en generación.
“El machismo no es solo algo natural, más que nada es algo que se enseña, que se va pasando”. Destaca que, aunque se ha avanzado en temas de género, todavía persisten las ideas de superioridad masculina, que contribuyen a la violencia contra las mujeres.
De su lado, Yeison Marte, de 21 años, reconoce que, aunque la situación ha mejorado en comparación con generaciones pasadas, el machismo sigue presente, sobre todo porque muchas veces las conductas violentas o discriminatorias son minimizadas.
“Realmente yo siento que sigue presente, tal vez menos que antes... pero en muchos casos siento que minimizamos el problema y creo que nos lleva a eso (violencia). Tal vez normalizamos algunas conductas que tenemos”, expresa Yeison.
Callan menos y denuncian más
Estos cuatro centennials están de acuerdo en que su generación tiende a callar menos y denunciar más los casos de violencia de género. Yeison destaca que las redes sociales han sido fundamentales para fomentar esta tendencia.
“Denunciamos más y estamos más dispuestos a exponer dicho problema”, dice. “Nosotros tenemos los recursos y tenemos menos miedo”, añade Paula.
¿Qué quieren y valoran las mujeres de la Generación Z?
¿Qué hace falta?
A pesar de este avance, Philipp señala que sigue siendo necesario un cambio cultural más profundo. En su opinión, el cambio debe ir más allá de la sensibilización y requiere un empoderamiento material y social de las mujeres.
“Yo creo que una mujer de clase baja siempre va a sufrir más que una mujer de clase alta y ahí se tiene que hablar no solo de ese empoderamiento cultural e ideológico, que siento que es muy importante, sino también de un empoderamiento material, financiero, de la mujer”, sostiene.
Un tema común en los testimonios es la necesidad urgente de educación en todos los niveles, no solo en lo relacionado con el reconocimiento de la violencia, sino también en torno a la igualdad de género y la cultura del consentimiento.
Paula es clara al señalar que la clave para erradicar la violencia reside en la educación desde temprana edad: “Debemos educar a las generaciones que están subiendo, debemos educarlas con, primero, identificar los tipos de violencia”.
En su opinión, es esencial que los jóvenes aprendan desde pequeños a identificar relaciones tóxicas y a saber cómo actuar si se encuentran en una situación de violencia.
Dasmilis, en un tono similar, también cree que la educación es fundamental para que las personas puedan identificar las diversas formas de violencia y sepan cómo actuar. “Para erradicar la violencia contra la mujer creo que hace falta más educación... que se creen políticas más efectivas para la erradicación de la misma”.
Visión macro de la UNFPA
Jeannie Ferreras Gómez, Oficial Nacional del Programa Género y Juventud de UNFPA, destaca que, aunque una proporción significativa de la Generación Z está sensibilizada ante la violencia contra la mujer, esto no garantiza un cambio en las normas sociales ni en el comportamiento en cuanto a la prevención de la violencia.
También se percibe un cambio significativo en la forma de abordar la violencia contra la mujer y una mayor disposición a denunciarla, en parte por el auge de la digitalización y la conciencia social.
Pero no deja de ser preocupante que, en el país, las mujeres que han reportado sufrir más violencia a lo largo de su vida corresponden al rango de 15 a 29 años, con un 76.9%, en relación al promedio nacional de 68.8%, tanto en ámbitos públicos como privados.
En otro orden, la Generación Z enfrenta nuevos desafíos, como la violencia de género en el ciberespacio, donde las tecnologías facilitan el control y la violencia en las relaciones de pareja, como el ciberacoso y la vigilancia digital.
Y es que las redes sociales, los teléfonos inteligentes y las apps de mensajería instantánea se han convertido en herramientas poderosas para ejercer vigilancia constante, manipulación emocional y aislamiento social.
En contraposición, esas mismas plataformas les permiten alzar su voz y visibilizar experiencias en torno a la violencia para fomentar el escrutinio público y alentar la denuncia.