Día Mundial de la Asistencia Humanitaria: visibilizar y reconocer la ayuda a personas vulnerables
Según la organización de las Naciones Unidas (ONU) el año 2023 fue el más mortífero para los trabajadores humanitarios desde que existen registros
Cada 19 de agosto se conmemora el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria con la finalidad de visibilizar y reconocer esta ayuda crucial para la población que se encuentra en inmersa en situaciones de guerras y otras situaciones complejas.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el año 2023 fue el más mortífero para los trabajadores humanitarios desde que existen registros.
“Este 2024 puede ser aún peor. Estos hechos ponen al descubierto una verdad evidente: el mundo está fallando a los trabajadores humanitarios y, por extensión, a las personas a las que sirven”, resaltó.
La campaña instaurada por la ONU para este año es #ActúarPorLaHumanidad y se centra en denunciar la normalización de los ataques contra civiles, incluidos los trabajadores humanitarios, y la impunidad de dichos actos bajo un Derecho Internacional Humanitario (DIH).
Asimismo, el objetivo es generar apoyo público para presionar a las partes enfrentadas y a los líderes mundiales para que tomen medidas que protejan a los civiles, incluidos los trabajadores humanitarios, en las zonas de conflicto.
La ayuda humanitaria internacional apenas se incrementó en un 1% este año
Según el informe SCORE de Acceso Humanitario, se estima que en los primeros seis meses del estallido del conflicto en Gaza hubo más de 30,000 muertes civiles, incluidos más de 150 trabajadores humanitarios, una cifra sin precedentes para un solo contexto en un período tan corto.
De igual forma, se estima que se requieren 48,650 millones de dólares para ayudar a 186,5 millones de personas necesitadas. A finales de julio de 2024, la financiación ascendía a 12,260 millones de dólares, un 11% menos que el año pasado en la misma época.
Desde el Territorio Palestino Ocupado pasando por Sudán, Myanmar y más allá, la primera mitad de 2024 se caracterizó por ataques contra centros sanitarios y educaciones, además de instalaciones de agua y saneamiento que dejaron a millones de personas sin acceso a los servicios que necesitan para sobrevivir.