Reclusos asisten a la misa por el tercer aniversario de la Ley 113-21 del Sistema Penitenciario
El sacerdote Fray Arístides Jiménez habló de la dignidad y la misericordia en su homilía
Con motivo del tercer aniversario de la Ley 113-21, que regula el Sistema Penitenciario de la República Dominicana, este sábado se celebró una misa en la catedral Castrense de Santa Bárbara.
Tras una ofrenda floral en el Altar de la Patria, la policía y militares acompañaron a los reclusos hasta la catedral, lugar donde empezaron a llegar antes de las 10:00 a.m. para celebrar la misa.
Un autobús con la inscripción de “servicios penitenciarios y correccionales” llegó antes de las 10:00 a.m. a la catedral. Uno a uno fueron saliendo los reclusos, esposados. Antes de entrar a la catedral, los agentes les quitaban las esposas, para luego acompañarlos al interior.
La ceremonia
La misa se celebró en un ambiente de respeto y solemnidad. Con el sacerdote Fray Arístides Jiménez a la cabeza de la ceremonia, las autoridades del sistema penitenciario y gubernamentales, junto a los reclusos, escucharon la palabra de Dios en la eucaristía.
Todos los asistentes prestaron atención durante toda la celebración, con respeto y participando, más aún cuando llegó el momento de la homilía, cuando el sacerdote se dirigió a los fieles con algunas palabras.
La homilía empezó con un gran aplauso, luego de que Fray Jiménez dijera: “Salud y paz para ustedes. La palabra de Jesús llena nuestros corazones y nuestras vidas. Vamos a darle un aplauso a la palabra del Señor”. Tanto autoridades como reclusos aplaudieron de manera efusiva.
Tras esto, procedió a dar gracias a Dios “por el don de la vida, de la familia, de la existencia. Nos hace capaces de reconocer la dignidad humana”.
Fray Jiménez desarrolló la idea de la dignidad humana, explicando que “la misericordia es el grado más elevado de la justicia”. Hablando de justicia, citó una reflexión de Nelson Mandela. “¿Quieres saber si una población es civilizada? No visites sus museos, visita sus cárceles”, explicó el sacerdote, en honor a Mandela.
La Ley 113-21
En la homilía también se habló de la Ley 113-21, que celebra su tercer año. “Es el resultado de muchos años de trabajo y podríamos decir que aún le falta más”, expuso el sacerdote, haciendo referencia al avance positivo de la ley penitenciaria.
A su vez, declaró que “la reforma penitenciaria no es de una persona. Todos nosotros, dialogando y respetándonos, podemos llegar a conclusiones en defensa de la dignidad humana de los sistemas penitenciarios”.
No terminó la homilía sin antes hacer una reflexión sobre la rehabilitación de los presos. “El ser humano detenido debe retornar con la sociedad, con su conciencia, con Dios”. Tras estas palabras, continuó la celebración.
El resto de la misa se celebró también desde el respeto y la solemnidad. Al acabar, los reclusos fueron acompañados al salón de eventos de la Catedral Castrense de Santa Bárbara para el acto de reconocimiento a colaboradores.