Una tensa calma en la frontera pese a amenaza de cierre por construcción de canal
El comercio merma en la zona fronteriza
Se mantiene una extrema vigilancia militar
Políticos haitianos azuzan la construcción del canal en río Masacre; niegan sea ilegal
Las autoridades haitianas se mantienen en silencio, pero vigilantes, mientras actores políticos de su país continúan incitando la construcción del canal que busca el desvío del río Dajabón o Masacre.
La obra llevó al Gobierno dominicano a cerrar y reforzar su frontera con Dajabón y dar el ultimátum de que el cierre será total, si a partir de este jueves no se detiene la construcción.
Detrás del proyecto están empresarios y políticos del vecino país, según informaron el servicio diplomático en Haití y los organismos de inteligencia del Estado. Aunque los nombres no se han revelado, fuentes extraoficiales dan cuenta de que los responsables de la obra serían Jean Baptiste, Wanike Joseph y Jackito Pierre, quienes contarían con el apoyo del alcalde de Juana Méndez y otras autoridades.
Ayer, el ex primer ministro de Haití, Claude Joseph, uno de los que azuzan la construcción, aseguró que el Estado haitiano no debe suspender las obras que realiza en su territorio en virtud a una disposición de un gobierno extranjero.
En medio de la tensión, la Fuerza Élite del vecino país acudió el pasado lunes a la zona donde se edifica la obra, sin que se conocieran los motivos.
En Dajabón
Dajabón se mantenía ayer en una calma total, a ocho días de que el Gobierno dominicano dispusiera el cierre del paso fronterizo con Haití, en demanda de que se detenga la excavación para el canal.
Soldados del Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront) permanecen en la línea limítrofe para evitar el ingreso a territorio dominicano de ciudadanos haitianos.
Mientras, tropas del Ejército de la República Dominicana (ERD) recorren las calles en la provincia. Los militares utilizan armas de alto calibre, se desplazan en tanquetas de guerra, vehículos todo terreno y motocicletas.
Del río en conflicto
El río Masacre se encuentra en la cuenca del mismo nombre y recorre 47 kilómetros desde su nacimiento en territorio de la República Dominicana, en Loma de Cabrera, en la montaña Pico del Gallo, hasta desembocar en la bahía de Manzanillo. De sus 47 kilómetros, solo doce sirven de línea fronteriza con Haití, y 2,500 metros se adentran en territorio haitiano, para luego terminar su recorrido del lado dominicano.
Peligro agricultura
Gilberto Reynoso es director del Gabinete del Agua y uno de los convocados para la reunión de la Mesa Hídrica Binacional que discutirá el tema, a petición de Palacio.
Este ingeniero hídrico explica que la cantidad de líquido que distraiga el canal va a depender no tanto de sus dimensiones, sino de la toma de agua que todavía no se ha construido.
Es ahí donde, estima, se debe tener mucho cuidado para garantizar el suministro para siete canales de riego que se conectan al río después del punto donde se excava el canal.
“Lo que define la cantidad de agua que se puede sacar al río es la obra, el diseño, la capacidad que tenga la obra de toma para dejar pasar agua”, matiza.
Estos sistemas de riego abastecen a una superficie de terrenos agrícolas en el lado dominicano de 3,175 hectáreas (50,483 tareas).
Un informe presentado por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi) durante el encuentro bilateral que sostuvieron técnicos de la Comisión Mixta Bilateral (CMB), en mayo del 2021, indicaba que “las derivaciones de agua requeridas para predios de riego y cultivos en el lado dominicano es actualmente de 2.78 metros cúbicos por segundo m3/s”.
El documento establecía que “el caudal promedio en la estación hidrométrica “Don Miguel”, aguas arriba de la zona en conflicto, es de 3.28 m3/s”, lo que significa que no corre suficiente agua como para cubrir la demanda en ambos países.
Indicaba que “la mayor parte de los terrenos agrícolas que son servidos por los canales de riego dependen del río Dajabón como fuente de agua”.
La delegación de Haití planteó que el canal en construcción irrigaría una superficie de 3,000 hectáreas y demandaría un caudal de 1.5 m3/s, mientras la parte dominicana estimaba que la necesidad sería de 3.0 a 3.5 m3/s, suponiendo que sería riego por gravedad para esa misma superficie.
La conclusión de los técnicos dominicanos fue que “con la entrada en operación del canal en construcción en suelo haitiano, la presión sobre el recurso agua se incrementará significativamente y la demanda de agua no podrá ser suplida durante 3 meses del año”.
Baja en el comercio
El comercio de la parte céntrica de Dajabón se mantiene con sus puertas abiertas, aunque con una disminución considerable de compradores.
Ciudadanos consultados por Diario Libre aseguran que desde que las autoridades dispusieron el cierre del paso fronterizo todas las actividades comerciales han disminuido considerablemente.
De acuerdo a datos de la alcaldía local, el intercambio comercial entre haitianos y dominicanos genera más de 100 millones de pesos por feria, que se realizan los lunes y viernes.
Abigail Bueno, presidente de la Asociación de Comerciantes de Detallistas de Dajabón, gremio que agrupa a más de 100 mercaderes, expresó que están expectantes para que la situación se resuelva lo más pronto posible, porque, de lo contrario, el Gobierno tendría que ayudarlos.
Como plan B, los productos serán colocados en el mercado local, pero sostiene que algunas mercancías son exclusivas para Haití, como la mantequilla, jamones, jabón de lavar, cloro, galletas y algunas golosinas importada desde Centroamérica.
Mientras que los comerciantes haitianos venden a los locales productos de cosméticos, perfumes, herramientas de cocina, ropas nuevas y usadas, entre otras. Dichas mercancías, recuerda Bueno, son intercambiadas en el mercado binacional de los lunes y viernes. También, los jueves y domingos se hace un pre mercado, con buen flujo de ventas.
Cuando la pandemia del COVID-19, la inactividad comercial dejó a muchos vendedores lesionados y algunos no se recuperaron, según expresó Bueno, durante una conversación por teléfono con Diario Libre.
“De que es notoria la ausencia, es notoria. Dajabón, ahora mismo, tú lo ve y es como un cementerio”, “no hay circulante, no hay dinero”, expresó Bueno, quien espera que el inconveniente no se extienda más de una o dos semanas, porque, de lo contrario, el Gobierno tendría que ayudarlos financieramente, puesto que parte de los comerciantes están comprometidos con préstamos, según expresó.
En Buenos Aires, el ministro de Defensa argentino, Jorge Taiana, dijo ayer que se está analizando en Naciones Unidas las posibilidades de “tomar una decisión con respecto a Haití”, en el marco de un foro sobre misiones de paz que se celebra en Buenos Aires.“Ahora mismo se está debatiendo en Naciones Unidas la posibilidad de tomar una decisión con respecto a Haití. Su ministro de Defensa está aquí para pedir apoyo para formación del Ejército y Seguridad”, indicó Taiana en rueda de prensa en el marco de la II Conferencia de América Latina y Caribe sobre Operaciones de Paz de Naciones Unidas (Alconu).
Presa Don Miguel
La anunciada presa de Don Miguel será erigida en la sección que tiene el mismo nombre del proyecto, enclavada en la provincia Dajabón, justo en la cuenca alta del río Masacre.
Se trata de una obra que se viene discutiendo desde la administración de Silvio Carrasco en el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi), en la gestión gubernamental de Hipólito Mejía.
El ingeniero Rafael Méndez, director del Indrhi en el periodo 2000-2004 en Dajabón, así como en la actualidad, dijo no entender por qué no se materializó la construcción de esa presa en ese momento.
De acuerdo al estudio original, la presa de Don Miguel fue diseñada con una capacidad de 14 millones de metros cúbicos de agua, con proyecciones de alcanzar los 16 millones.
Claude Joseph dice RD reconoció en 2021 que obra hídrica en Masacre no desviaría río
A 20 años de que se discutiera esa iniciativa, la gestión gubernamental de Luis Abinader anunció un proceso de licitación inmediato, para materializar la obra.
Se trata de una “solución definitiva a largo plazo” para proteger el agua para los dominicanos, la cual surgió a raíz de la construcción del canal de riego que busca desviar el agua del río Masacre en su cuenca baja a territorio haitiano.
Se estima que la construcción llevará unos 30 meses, con un costo aproximado de 2,700 millones de pesos.
El área donde será construida la presa es una zona boscosa que no impactará ningún asentamiento humano.
RD adopta medidas
- Debido a que se mantiene el curso de la construcción del canal, el Consejo de Seguridad Nacional, en respuesta, dispuso las siguientes medidas:
- Mantener el cierre total de la frontera por Dajabón y, si el conflicto no se resuelve antes del jueves, cerrar completamente la frontera para el comercio terrestre, marítimo y aéreo.
- Suspensión definitiva de la entrada al país de todos los involucrados en el conflicto.
- Detener la emisión de visados a ciudadanos haitianos hasta nuevo aviso.
- Reactivar la Toma de la Aduana en el río Dajabón, en el inicio del canal La Vigía, como una medida a corto plazo para garantizar el abastecimiento de agua a los productores dominicanos.
- Comenzar el proceso de construcción del proyecto de la presa Don Miguel como una solución definitiva a largo plazo.
- Solicitar una reunión bilateral de la mesa hídrica binacional para acordar una solución definitiva.
Hace 94 años fue firmado el Tratado de Paz, Amistad Perpetua y Arbitraje por Haití y República Dominicana en el que ambas naciones se comprometieron a no realizar obras para desviar el curso de alguno de los ríos.
El país comparte con Haití varias cuencas transfronterizas como las de los ríos Artibonito, Dajabón, Soliette y Pedernales, así como los acuíferos Artibonito, Dajabón, Los Lagos y Pedernales.
El artículo 10 del Tratado de Paz y Amistad Perpetua y Arbitraje entre RD y Haití establece que “en razón de que ríos y otros cursos de agua nacen en el territorio de un Estado y corren por el territorio del otro o sirven de límites entre los dos Estados, ambas partes contratantes se comprometen a no hacer ni consentir ninguna obra susceptible de mudar la corriente de aquellas o de alterar el producto de las fuentes de las mismas”.