Saeb Erekat, el arquitecto palestino de las negociaciones con Israel
Laura Fernández Palomo
Jerusalén, 10 nov (EFE).- Saeb Erekat, fallecido este martes por coronavirus en Jerusalén, fue un político de verbo impulsivo y contenido moderado, que no faltó a una negociación de paz con Israel desde 1991, cuando se presentó en la conferencia de paz de Madrid con la 'kufiya' palestina negra y blanca sobre los hombros, y buscó la mirada del primer ministro israelí Isaac Shamir para, aseguró, decirle: 'Estoy aquí'.
'Ya no puedes negar mi existencia más', declaró entonces que pensó, en referencia a la presencia en una mesa de negociación con Israel de los palestinos, en el pasado representados por otros.
Nacido en la ciudad cisjordana de Jericó el 28 de abril de 1955, vio por primera vez a un soldado israelí a los 12 años durante la Guerra de los Seis Días, de 1967, momento en el que fue consciente de su identidad palestina, relató en sus memorias.
En su formación en el extranjero, -San Francisco y Reino Unido- pulió el inglés con el que negociaría con las delegaciones internacionales y confesaría a la BBC en 2015, en plena ola de violencia, que sentía 'había fracasado' porque (Israel) solo devolvió 'colonias' cuando le había pedido apostar por el diálogo.
Licenciado en Ciencias políticas en 1977 y con un máster en relaciones internacionales en 1979, la investigación para su tesis sobre el papel de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en el conflicto árabe-israelí le hizo desechar la vía armada.
Llamó por primera vez al diálogo entre palestinos e israelíes en un artículo publicado en 1982 en el periódico Al Quds (La Santa, nombre en árabe para Jerusalén), del que sería editor durante más de una década, lo que provocó el boicot de los alumnos a sus clases en la Universidad de An Najaf, en la ciudad cisjordana de Nablus.
Cuando en 1987 fue condenado a prisión y multa por una corte militar israelí al hallar un cuaderno en el que decía que los palestinos debían 'superar, rechazar y resistir' la ley militar en Cisjordania, declaró al New York Times: 'Si llegan al punto de multar a alguien como yo con 6.250 dólares por tres palabras escritas en inglés y enviadas al extranjero, entonces la ocupación no está funcionando y se están poniendo nerviosos'.
Reconciliado con el líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yaser Arafat, de quien se distanció por haber negociado en secreto con Israel los Acuerdos de Oslo (1993), asumió el papel de jefe negociador en 1994, fue elegido parlamentario dos años más tarde y en 2009 entró a formar parte del Comité Central del partido Al Fatah, entonces bajo la presidencia de Mahmud Abás.
Implicado en numerosas negociaciones, incluidas Camp David (2000) y Taba (2001), dimitió de su posición como jefe negociador en 2011 -para después volver a incorporarse- cuando una filtración sobre sus encuentros con Israel, denominada por los medios como 'Los papeles de Palestina', puso el foco en las concesiones que su equipo habría ofrecido en cuestiones tan polémicas como Jerusalén Este y los refugiados.
Desde que le tildaran de 'traidor' por el artículo de 1982, su figura adoleció de esa carga, aunque sin perder el reconocimiento popular con un discurso público pasional que entendían marcaba líneas rojas a Israel, como la exigencia del reconocimiento del Estado palestino en las fronteras anteriores a 1967.
Erekat, el sexto de siete hermanos y padre de cuatro hijos, pese a sus cargos en Ramala, siguió viviendo en la casa familiar de Jericó, escribió ocho libros y elaboró numerosos documentos académicos además de escribir artículos en prensa palestina e israelí.
Con la llegada al Gobierno de Israel de Benjamín Netanyahu en 2009 sus esperanzas de negociación se desvanecieron, y con el estancamiento del proceso de paz -paralizado desde 2014- dedicó más su voz a dialogar con el exterior para internacionalizar la solución del conflicto, algo que impulsó desde la Secretaría General de la OLP, a la que accedió en 2015.
'La colonización, la ocupación y el 'apartheid' han ganado', declaró el pasado marzo, cuando Netanyahu volvió a ganar unas terceras elecciones consecutivas.
Su palabra ya había quedado nuevamente malograda con la llegada a la Presidencia estadounidense de Donald Trump y su polémica propuesta de paz que rompió con el hasta entonces mayoritario consenso internacional de una solución de dos estados. 'La ley de la selva', describió Erekat la nueva situación.
Desde que comenzó la pandemia de la covid-19, Erekat, con un pulmón trasplantado en 2017 y habiendo superado un ataque al corazón en 2012, se refugió en su casa de Jericó para evitar contraer el virus.
Desde allí atendió por videoconferencia a los periodistas, sin ocultar su frustración en uno de los momentos en que más se ha sentido la soledad de los palestinos, no solo en la esfera internacional, sino en toda la región, con la normalización de relaciones de Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Sudán con Israel, que ponían la puntilla a la Iniciativa de Paz Árabe, que prometía no establecer relaciones mientras no hubiera un acuerdo de paz y un estado palestino. Un estado palestino que Erekat trató de construir durante su existencia.
No obstante, Erekat, de 65 años, informó el pasado 9 de octubre de haber dado positivo en coronavirus, nueve días después fue ingresado en estado grave en el hospital israelí Hadasah Ein Karem de Jerusalén hasta su deceso hoy. EFE
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