Piden a Tailandia y Malasia que acojan a los barcos con rohinyás a la deriva
Bangkok, 12 jun (EFE).- La ONG Human Rights Watch (HRW) solicitó este viernes a las autoridades de Tailandia y Malasia que acojan a los barcos que se encuentran a la deriva con refugiados rohinyás en medio de condiciones precarias y falta de alimentos y agua.
En un comunicado, HRW afirmó que desde el pasado mayo las autoridades malasias han bloqueado la llegada de 22 barcos con inmigrantes irregulares y se estima que al menos un centenar de rohinyás hayan muerto debido a las malas condiciones en las embarcaciones.
Los rohinyás, una minoría musulmana apátrida de Birmania (Myanmar), huyen de la persecución en su país y de las malas condiciones de vida en los campamentos de refugiados que acogen a unos 900.000 miembros de esta comunidad en Bangladesh.
BARCOS A LA DERIVA DURANTE MESES
El último barco llegó a Malasia el pasado lunes con 269 rohinyás a bordo, pero las autoridades no pudieron devolverlo a alta mar porque tenía el motor dañado.
Solo 70 de los ocupantes podían andar por si mismos debido a la falta de alimentos y agua y todos fueron detenidos en la isla de Langkawi, en el noreste malasio.
Otra embarcación que sí fue rechazada por Malasia se encuentra a la deriva cerca de las aguas territoriales de Tailandia, aunque las autoridades de este país niegan haber avistado ningún barco.
Ambos barcos partieron de Bangladesh el pasado febrero, por lo que llevan unos cuatro meses en precarias condiciones en alta mar, con falta de alimentos y agua.
Las autoridades malasias y tailandesas detienen a los rohinyás al considerarlos inmigrantes ilegales y la situación se ha complicado aún más después de que los países de la región cerraran sus fronteras debido a la pandemia de la COVID-19.
'Los Gobiernos del Sudeste Asiático están pasándose cruelmente la responsabilidad de proteger a los refugiados rohinyás en busca desesperada de refugio y un futuro después de que el Ejército birmana los echara de sus hogares con atrocidades en masa', señaló Brad Adams, director de HRW para Asia.
'Mientras que Birmania es básicamente la responsable de los apuros de los refugiados rohinyás, Malasia y Tailandia deberían de quitarse las orejeras y ver los riesgos y el sufrimiento que afrontan en el mar', agregó Adams.
LEYES DEL MAR
El pasado mayo, la Unión Europea pidió a los países del Sudeste Asiático que rescaten a los rohinyás a la deriva en alta mar y varias agencias de la ONU afirmaron que los Gobiernos de la región están obligados a hacerlo por respeto a los derechos humanos y a las leyes internacionales sobre el mar.
La inmensa mayoría de los rohinyás son apátridas a los que el Gobierno birmano arrebató la ciudadanía a principios de los noventa y ha sometido durante decenios a un régimen de discriminación por considerarlos inmigrantes ilegales de Bangladesh, a pesar de llevar generaciones viviendo en el estado Rakáin (en el oeste de Birmania).
PRESUNTO GENOCIDIO
En agosto de 2017, el Ejército birmano lanzó una campaña militar contra los rohinyás en el norte de Rakáin (Arakan), tras varios ataques de insurgentes del Ejército de Salvación Rohinyá de Arakan (ARSA) contra puestos policiales y militares.
El brutal operativo militar, por el que el Gobierno birmano se enfrenta a una acusación de genocidio ante la Corte Internacional de Justicia en La Haya, provocó el éxodo de unos 725.000 rohinyás a la vecina Bangladesh, donde continúan hacinados en el mayor campo de refugiados del mundo. EFE