Filipinas relaja confinamiento gradualmente pero lo mantiene en Manila
Manila, 12 may (EFE).- Filipinas anunció este martes el levantamiento parcial del confinamiento por la pandemia de COVID-19 en gran parte de su territorio, aunque mantiene la estricta cuarentena en Manila y Cebú, las mayores áreas urbanas y densamente pobladas del país, y en la provincia de Laguna, fronteriza con la capital.
En total 16 millones de filipinos seguirán hasta el 31 de mayo en estricta cuarentena -13 millones en el área metropolitana de Manila-, aclaró hoy en rueda de prensa el portavoz presidencial, Harry Roque.
Roque explicó que la extensión de la cuarentena estricta en estas áreas después del día 15 de mayo sufrirá 'algunas modificaciones', ya que se permitirá operar a algunas industrias al 50 % de su capacidad para comenzar a reactivar la economía.
'No podemos permitirnos una segunda o tercera ola de coronavirus', señaló unas horas antes el presidente Rodrigo Duterte en un discurso televisado para explicar las nuevas medidas.
Filipinas ha confirmado 11.086 infecciones desde el inicio del brote, entre ellos 726 muertes y 2.000 pacientes recuperados.
El 64 % de los casos positivos y el 72 % de las muertes se han registrado en Manila, lo que hace de la capital un área de alto riesgo de contagio.
Es la tercera vez que el gobierno de Duterte extiende el confinamiento desde el pasado 17 de marzo, cuando declaró por primera vez en estricta cuarentena toda la región de Luzón , en la que viven unos 57 millones de personas, más de la mitad de la población del país.
El cierre en Manila comenzó el 15 de marzo, lo que significa que hasta el 31 de mayo, la capital habrá estado cerrada 78 días, dos más que la ciudad china de Wuhan, donde se inició el brote de coronavirus el pasado enero.
Sin embargo, gran parte de los territorios de la isla de Luzón comenzarán a partir del 15 de mayo la desescalada, después de que la mayoría de las provincias isleñas del centro y sur del país la iniciaran el 1 de mayo.
En esas provincias se ha reactivado el transporte público a mitad de su capacidad y se ha permitido la reapertura de la mayoría de los establecimientos y centros comerciales con mayores medidas de prevención, mientras que los restaurantes solo funcionan para pedidos a domicilio.
No se espera que el curso escolar se reanude hasta agosto en todo el país, cuando generalmente comienza en Filipinas en junio.
La economía filipina se contrajo en el primer trimestre por primera vez desde 1998, al caer un 0,2 %, debido al frenazo de la actividad económica por la COVID-19, mientras que 2 millones de filipinos ya han perdido sus trabajos.
El estricto cierre de Manila tendrá un fuerte impacto en la economía ya que concentra el 36 % del Producto Interior Bruto (PIB). EFE