California: Denuncian distribución desigual de vacunas
SAN FRANCISCO (AP) — Teresa Parada es exactamente el tipo de persona que los funcionarios de California que favorecen la equidad dicen que quieren vacunar: es una trabajadora fabril retirada que habla poco inglés y vive en un área duramente afectada por el coronavirus en el condado Los Ángeles.
Pero Parada, de 70 años, lleva semanas esperando mientras otras personas de su edad acuden al Dodger Stadium a vacunarse contra el coronavirus o reciben la inoculación a través de las redes de hospitales grandes. El lugar adonde suele acudir para que la atiendan, AltaMed, apenas está recibiendo ahora suministros suficientes para vacunarla más adelante este mes.
Parada dijo que los reportes televisivos muestran a personas haciendo fila para ser inoculadas, pero “yo sólo veo vacunas que van para los anglos”.
“Es raro que vea a un latino allí para la vacuna. ¿Cuándo nos va a tocar?”, preguntó.
El gobernador Gavin Newsom ha dicho repetidas veces que la igualdad es su objetivo en la campaña para vacunar a un estado diverso de casi 40 millones de habitantes. Formó una asociación con el gobierno federal para establecer sitios de inoculación en barrios de bajos ingresos en Oakland y Los Ángeles. Y en gran parte por ello le encargó a la aseguradora Blue Shield la centralización del sistema de vacunación del estado, pidiéndole a la cadena de hospitales Kaiser Permanente que diera su apoyo.
Pero funcionarios en los centros comunitarios de salud que sirven a los pobres en Estados Unidos, enfocados en proporcionar un servicio para todos, dicen que no están recibiendo dosis suficientes para sus pacientes, los residentes en riesgo que el estado necesita vacunar.
En California, casi 1.400 de esos centros ofrecen servicios gratuitos o de bajo costo a unos 7 millones de personas, muchas en comunidades con una concentración más elevada de familias de bajos ingresos y con pocos proveedores que aceptan Medicaid, el seguro de salud para los pobres. Muchos de sus pacientes no tienen el inglés como primer idioma, trabajan horarios largos, carecen de transporte propio y quieren acudir a los profesionales médicos en quienes confían.
El doctor Efrain Talamantes, director operativo en AltaMed Health Services, dijo que es desalentador ver cómo las dosis van a otras partes mientras sus pacientes siguen dando positivo a coronavirus.
“Existe una disparidad evidente cada vez que hay un recurso que es limitado”, señaló.
La mayoría de los estados procuran hallar formas de distribuir sus limitados suministros de vacunas, lo que ha derivado en una mezcolanza de métodos en ausencia de un plan federal. Tennessee está entre los estados que están dispensando las dosis sobre la base de las poblaciones de los condados, mientras que California las asigna por grupos que considera idóneos, incluyendo maestros y trabajadores agrícolas. Este tipo de enfoque ha permitido que personas con más recursos reciban las vacunas.
La doctora Kirsten Bibbins-Domingo, jefa del Departamento de Epidemiología y Bioestadística de la Universidad de California en San Francisco, dijo que parece obvio que la mejor estrategia para llevar las vacunas a las comunidades duramente afectadas sería acudir a los sitios en los que los residentes ya reciben atención médica. Pero los administradores de instituciones grandes tienden a ver a los centros comunitarios de salud como sitios menos eficientes porque son pequeños, agregó.