Max Puig: Mitigación y adaptación, claves para hacer frente a vulnerabilidad climática en RD
El vicepresidente del Consejo Nacional para el Cambio Climático resalta el impacto de las iniciativas para la transición energética desarrolladas en el marco de la COP28, desarrollada en Dubái
Fortalecer la mitigación y la adaptación de la República Dominicana para reducir su vulnerabilidad climática es el punto de partida de las acciones que desarrolla el gobierno dominicano ante la crisis del clima y sus impactos económicos, sociales y ambientales.
En este objetivo coincidieron Max Puig, vicepresidente del Consejo Nacional para el Cambio Climático, y Milagros De Camps, viceministra de Cambio Climático y Sostenibilidad del Ministerio de Medio Ambiente, quienes detallaron por separado en el Diálogo Libre, iniciativas sobre el clima desarrolladas a nivel internacional, a propósito de la recién concluida Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023 (COP28).
Puig explicó que el entendimiento de los fenómenos extremos que han afectado el país y que agudizan su vulnerabilidad, es un tema de gran interés.
En ese sentido, detalló que el Consejo trabajó junto al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) un proyecto de data hidrometeorológica, a los fines de determinar cómo se puede dotar al país de un sistema de prevención moderno y eficiente. El estudio contó con un financiamiento de 150,000 dólares.
“Algo que hemos detectado es que República Dominicana ha tenido un proceso de desinversión en materia de data meteorológica en los últimos 20 años. A raíz del ciclón George (1998) se crearon la Ley de Riesgo y el COE, pero después hubo un descuido y deficiencia en la data del país. Hay que hacer una reforma”, señaló el exministro de Medio Ambiente.
La descarbonización
El vicepresidente del Consejo Nacional de Cambio Climático manifestó que uno de los eventos más sobresalientes durante la cumbre de la ONU por el clima fue la selección de República Dominicana, junto a Filipinas, Chile y Nigeria, en el piloto del programa Acelerador de la Transición Energética (ETA, por sus siglas en inglés), propiciado por Estados Unidos.
El programa establece “un sistema de venta de bonos de carbono, entre las principales corporaciones de EE.UU. para que desde esas ventas poder obtener los recursos para trabajar la transición energética”. Puig indicó que los desarrolladores del programa calculan la obtención de entre 70,000 y 207,000 millones de dólares de aquí al 2025.
El funcionario citó otras iniciativas en pro de la transición energética, como una que involucra un respaldo del BID para hacer un análisis sobre las implicaciones económicas del cambio climático, concluido en 2023.
Puig sostuvo que en ese análisis “se estudiaron los escenarios posibles de la descarbonización de República Dominicana, entendiendo por descarbonización no solamente el uso del carbón en la generación eléctrica, sino también el no uso de combustibles fósiles en sentido general”.
Explicó que en este proyecto se analizaron cuatro escenarios, incluyendo qué efecto tiene que la central Punta Catalina continúe operando durante cinco años o hasta 2035. “El escenario más favorable para el país es tener un programa de descarbonización lo más proactivo posible y con ese escenario no solamente reduce el combustible el uso de combustible fósiles, sino que el país ahorraría 2, 000 millones de dólares”, sostuvo, al tiempo que indicó que este tipo de iniciativas denota una “voluntad de trabajar con rigor” y llamó la atención de Estados Unidos para el proyecto ETA.
Las “plantas obsoletas”
Puig sostuvo que otros proyectos en los que trabaja el Consejo abarcan conversaciones con el sector privado, a los fines de modificar, en la medida de lo posible, las operaciones a base de carbón, además de financiar estudios para establecer qué acciones tomar ante las centrales energéticas que emplean este combustible.
Señaló que Punta Catalina no es la única planta a carbón del país, citando los casos de las de Itabo y Barahona, las cuales calificó de “superadas u obsoletas... Ya deben salir de circulación, pero no es un asunto de decirlo a la ligera, esto implica estudios y financiamientos para que sean transformadas, si pueden serlo, o compensar en la medida de lo posible a los inversionistas para que pasen a otras formas de generación”.
Impulso a la caña de azúcar
Max Puig indicó que en una de las iniciativas durante la COP28, República Dominicana formó parte del lanzamiento de la Alianza Internacional para la Circularidad de la Caña de Azúcar, una iniciativa que busca fomentar las aplicaciones de este insumo para la fabricación de diversos productos, un campo en el que el país es pionero.
Puig recordó que República Dominicana es “uno de los primeros países que empezó a producir furfural, que sirve como combustible para los cohetes interplanetarios”. Añadió que la Alianza, integrada por 80 países, busca ver los desechos de la caña “no como algo a descartar, sino como un insumo para otras producciones”.
A juicio del funcionario la COP fue exitosa, debido a la búsqueda y acceso a fondos prácticos, una labor en la que resaltó la articulación con otras entidades públicas.
La viceministra Milagros De Camps manifestó que las estimaciones manejadas por las autoridades reflejan un aumento importante en el costo que representa el cambio climático en el Producto Interno Bruto (PIB) del país. En ese sentido, detalló: “El costo actual que representa el cambio climático en el PIB es de un 1.8%. Según las proyecciones que hicimos, para el 2030 se estima que ese costo será de un 5 % y para el 2050 un 15 %”. Añadió que aumentar la resiliencia en el país ante la vulnerabilidad climática es clave, pues las estimaciones sobre los efectos de la crisis climática se agudizarán. “La brecha hídrica se ha ido aumentando. Lo que nos dicen los escenarios climáticos es que habrá una escasez de agua de mitad de siglo para adelante, que puede causar migración poblacional de la ciudad hacia las zonas rurales por olas de calor y escasez”, sostuvo.