Rita Sellares y Jake Kheel: ¿Qué pasaría si República Dominicana pierde su barrera coralina?
Los arrecifes y manglares reducen las pérdidas por las inundaciones costeras hasta en 1.5 millones de dólares
El papel de guardianes de las costas contra la erosión y ante fenómenos extremos convierte a los arrecifes de coral en aliados invaluables para las naciones que son vulnerables ante estos eventos, entre ellos está el caso de República Dominicana, que recientemente sufrió los estragos de las fuertes lluvias provocadas por un disturbio tropical.
“El suelo dominicano es básicamente arrecife, las playas son arrecife, la retención de la arena de playa depende de los arrecifes”, manifestó Rita Sellares, directora de Fundemar, quien agregó que existen varios estudios que relacionan la degradación de los corales con la intensidad de un fenómeno extremo.
Uno de estos estudios es el informe “Servicios de Protección Costera que prestan los Arrecifes de Corales y Manglares en la República Dominicana”, que contó con el respaldo de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC), The Nature Conservancy (TNC) y el gobierno alemán.
De acuerdo al informe, anualmente, los arrecifes de coral y los manglares “reducen los efectos de las inundaciones costeras debido a los ciclones tropicales en más de 1.5 millones de dólares. Esta protección representa una reducción anual de 4% de los arrecifes de coral”.
Jake Kheel, de Fundación Puntacana, sostuvo que la República Dominicana es el séptimo país más vulnerable ante huracanes e inundaciones, en caso de perderse la barrera coralina, al tiempo que agregó que se gastaría el doble de los recursos ante estos fenómenos.
El rol del ciudadano
Consultados sobre cómo pueden los ciudadanos contribuir al bienestar de los corales, Rita Sellares aboga por el respeto a la naturaleza y la vida que en ella habita. “Empezando por respetar las vedas, ser más responsable en la playa, que no se vaya una bolsa de basura que quede encima del coral y lo ahogue”, señaló.
En ese sentido, aboga por que factores locales como los accidentes con anclas, zonas de sobrepesca, donde crecerán las algas, los puntos de contaminación y eventos de sedimentación por malas prácticas de los ríos sean regulados, para quitar un poco de estrés a los corales.
Para Jake Kheel, la presión política es clave. “Puede ser el político más corrupto, pero si los actores de su comunidad le presionan, ayuda”, reflexionó.
La directora de Fundemar manifestó que actualmente emplean herramientas para involucrar a los buzos y a los ciudadanos “y más ahora con la inteligencia artificial, que se pueden ir tomando fotos para registrarlas en un programa para monitorear blanqueamiento”.
La Fundación creada en 1991 por la profesora Idelisa Bonnelly, comenzó en el año 2005 su trabajo con los corales con una evaluación arrecifal, narra Sellares. “Empezamos la parte del monitoreo, pero la parte de restauración no la empezamos hasta el 2011”, señala la experta, al tiempo que recordó que el primer vivero de coral se realizó en Punta Cana con la restauración de dos especies de coral: Acropora cervicornis y Acropora palmata, las cuales habían perdido el 97% de su cobertura desde la década de los ochenta. “Por eso digo que hay esperanza. En base al 3% restante empezamos los programas de restauración. En Punta Cana se empezó el proceso en 2004. Fundemar extendió su programa y a medida que vino el efecto del cambio climático empezamos a integrar otras especies”, añadió Sellares. Actualmente las dos especies mencionadas tienen mejores condiciones, sobre el resto de ejemplares.
Zonas conservadas
Consultada sobre las zonas del mundo donde los corales están en mejor estado, Sellares manifestó que los arrecifes del mar Rojo están en mejor condición que los del Caribe y Australia, que perdió el 50% de su cobertura en 2010.
Kheel concluyó con una reiteración de la importancia que tiene de que se cree un ecosistema de entendimiento de los arrecifes y de los esfuerzos que se realizan para revertir una extinción.
La Fundación Grupo Puntacana es una organización sin fines de lucro que desde hace 30 años ha encabezado diversas iniciativas de desarrollo sostenible en la región este del país.
En el caso de la conservación de los arrecifes, Kheel recordó que desde el 2005 comenzaron a impulsar estas labores. “Ya se tenía data de la degradación del arrecife, en ese momento comienza un movimiento de restauración. Cuando comenzamos, era muy artesanal”, sostuvo.
El vicepresidente de la Fundación manifestó que actualmente, con el respaldo de Fundemar, emplean las herramientas tecnológicas utilizadas en la reforestación de árboles, en los corales.
Añadió que las labores se enfocan en trabajar en la genética de los corales, a fin de identificar características que les permitan aguantar el calor y las enfermedades.
En pro de continuar impulsando la conservación de estos animales, Kheel informó que actualmente buscan aprender cómo usar la robótica y la automatización para optimizar los trabajos.
En ese sentido, ambas instituciones se han aliado con Ocean Kind, una entidad que financia tecnología para la conservación oceánica. Otra iniciativa en la que se han involucrado es el Coral Carib, un proyecto regional que busca restaurar y conservar los arrecifes de coral en varios países de la región. El proyecto es desarrollado por The Nature Conservancy (TNC) con el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente.