Masculinidad frágil: el dilema de los hombres de hoy
Estamos viendo una crisis de masculinidad donde muchos hombres no saben exactamente cómo encajar
“Los hombres no lloran”, “los hombres tienen que ser fuertes”, “eres un macho, no te puedes quebrar”... Sé que has escuchado estas frases alguna vez, te las dijeron a ti o a tus hermanos, a tus amigos o a los primos.
Esta idea de ser hombre los ha colocado por mucho tiempo en una posición de inhumanos, sin inteligencia emocional para conectar con sus emociones y entender que llorar está bien si duele, y no te hace menos hombre.
En este tiempo ser hombre puede ser complicado. Estamos viendo una crisis de masculinidad donde muchos hombres no saben exactamente cómo encajar. Porque o están en el papel del tradicional de “macho alfa y dominante”, o en el de un hombre que no tienen identidad ni autoridad.
¿Por qué es una crisis?
Porque la sociedad está diciendo que esas características que te hacían único, como ser fuerte, proveedor, líder, está mal. De igual forma que era antes, cuando decían que mostrar emociones era signo de debilidad.
Es una crisis, porque los hombres están perdiendo su lugar en el mundo. Se sienten desorientados y hasta resentidos porque las reglas del juego han cambiado. No es raro ver hombres luchando por mantenerse en el modelo que aprendieron de sus padres, aunque, fuera atropellante, abusivo e impositivo.
Por otro lado, vez a hombres sin identidad ni liderazgo, que no se hacen responsable de su vida y mucho menos de su familia, que es un eterno “Peter Pan”, buscando a una “Wendy” que le resuelva todo.
¿Qué es una masculinidad frágil?
Es aquella que te hace vivir esclavo de las demandas de una sociedad con unos valores y principios tan cambiantes. Y se manifiesta cuando:
- Evitas mostrar emociones para no parecer débil, como cuando te pones demasiado competitivo para demostrar que eres mejor, o rechazas colaborar en casa porque esas son cosas de mujeres.
- Se ve cuando no asumes tu rol de proveedor, sueltas tu responsabilidad, esperas que otros te resuelvan la vida.
- No sabes estar presente en la vida de tus hijos y no tratas a tu esposa con respeto.
- Cuando la fuerza y la violencia son la forma de ser validado y respetado.
- Cuando pones en riesgo tu salud mental, tus relaciones y tu bienestar por no pedir ayuda.
- Cuando has perdido tu liderazgo, tu autoridad y tu capacidad de ser un referente masculino positivo para las nuevas generaciones.
- Cuando pierdes tu identidad y vives sin iniciativa, sin madurez, emocional y ya no sabes lo que eres.
Muchos hombres están tratando de adaptarse a los nuevos tiempos, pero a veces se sienten perdidos, no saben si llorar o luchar, porque en ambos casos son juzgados, y sin un modelo claro a seguir.
Quieren ser vulnerables y auténticos, pero no siempre saben cómo hacerlo sin sentirse juzgados o rechazados y sin perder su autenticidad masculina.
Entonces, ¿qué hacemos? La clave está en mantener una masculinidad auténtica, sana, y para esto debes emprender ese viaje de conocerte. Esto significa aceptar y expresar tus emociones, ser vulnerable y buscar un equilibrio entre fuerza y sensibilidad.
Hombre, tu familia, tus hijos y la sociedad te necesitan fuerte, con valores y principios que no cambien, entregado e integrado en tu labor de liderar a los tuyos por un camino que construye.
Te necesitamos claro, decidido, vulnerable, permitiéndote sentir, reconociendo tus emociones como válidas. Y esto significa, dejar de lado la fachada de dureza y permitirte ser real, con todas tus emociones y debilidades.