¿Tienes un niño interior herido?
Sanar a tu niño interior lleva tiempo y paciencia, pero cada pequeño avance te acerca un paso más hacia una mayor autoestima y bienestar emocional
¿Con cuál de estas frases te identificas más?
- "No confío en los demás, me pueden fallar."
- "Si no lo voy a hacer perfecto, mejor no hago nada."
- "Lo que piensan los demás es más importante que lo que pienso yo."
- "No soy capaz, no soy competente."
Si te identificas con más de una de estas frases, es muy probable que tengas el niño interior herido.
¿Qué es el niño interior?
Amas como te amaron. El amor que recibiste, la forma en que lo recibiste le dio forma a tu sistema emocional. Son esas experiencias y vivencias mientras crecíamos las que dieron forma a nuestra personalidad y que aparecen en forma de emociones, pensamientos y sentimientos ante determinadas circunstancias.
La forma en que nos trataron determina si nuestro niño interior está sano o herido.
Los abusos, el maltrato, la indiferencia de nuestros padres, el abandono o la negligencia porque nadie estuvo atento a nuestras necesidades, cualquier experiencia en la que no nos hayamos sentido amados, cuidados y protegidos se puede convertir en una herida emocional que nos acompañará hasta la vida adulta.
Estas heridas emocionales o el niño interior herido afectan tu autoestima, tu capacidad de llevarte bien con las personas, tu manera de amar y recibir amor, el sentirte capaz de alcanzar tus metas y percibirte exitosa y capaz.
Necesitas identificar cuáles heridas están activas en tu vida adulta, cuándo estás actuando como un niño herido que busca aprobación, que lo atiendan o que vive con miedo a ser abandonado o rechazado.
Necesitas sanar y hacerte cargo de darte el amor, el cuidado y la atención que no recibiste, para no seguir esperando que otros te lo den.
A medida que sanas, te tratarás con más compasión y comenzarás a rodearte de personas que te nutren emocionalmente. Se va a notar en cómo te tratas a ti mismo y cómo te relacionas con los demás.
Algunas acciones para sanar y recuperar tu amor propio son:
- Abraza tus emociones: Permítete sentir todas tus emociones, sin juzgarte.
- Practica la gratitud: Todos los días, tómate un momento para reflexionar sobre tres cosas por las que estás agradecido.
- Háblate bonito y positivamente.
- Trátate a ti mismo con la misma amabilidad y compasión que le mostrarías a un amigo querido.
- Dedica tiempo a una actividad creativa que te haga sentir vivo y expresivo.
- Celebra tus logros: Reconoce y celebra cada pequeño logro en tu camino de sanación.
Sanar a tu niño interior lleva tiempo y paciencia, pero cada pequeño avance te acerca un paso más hacia una mayor autoestima y bienestar emocional. Si en algún momento sientes que la carga es demasiado pesada, no dudes en pedir ayuda. Es un acto de valentía y sabiduría reconocer cuándo necesitas apoyo externo.