Así impacta el acoso sexual en la salud laboral
Hay acciones que crean un entorno laboral hostil
Una mirada, una palabra o una acción de naturaleza sexual que no sea consensuada en el entorno de trabajo es considerado acoso sexual laboral.
Según la psicóloga industrial Odeliza Mera, las acciones (verbales, físicas o no verbales) que cruzan la línea y se convierte en acoso son todas aquellas que no son correspondidas, que resultan desagradables para la víctima y que ofenden.
Acoso laboral
El acoso laboral y el acoso sexual en el trabajo no son lo mismo: el primero hace referencia a las situaciones en las que un individuo es sometido a persecución. Este tipo de acoso por lo regular persigue hostigar, limitar y presionar psicológicamente a otro individuo.
Este acoso laboral puede realizarse por una o varias personas y según la especialista: “Las acciones pueden ir dirigidas a impedir que la víctima se comunique, ignorar al trabajador, descalificar su trabajo o no reconocer sus éxitos, atacarlo y criticarlo tanto en temas laborales como personales”.
Acciones que alimentan el acoso laboral
- Limitar las relaciones laborales.
- Difundir rumores a espaldas del trabajador.
- Bloquear las vías de comunicación con compañeros.
- Privarle de información relevante para la realización de su trabajo.
- Ridiculizarlo y burlarse de su aspecto físico.
- Ridiculizarlo y burlarse de sus creencias religiosas.
- Ridiculizarlo y burlarse y de su estilo de vida.
- Encomendar trabajos en plazos imposibles de cumplir.
- Asignar tareas para las que el trabajador no está calificado.
- Desacreditar su rendimiento.
“Para que se considere acoso laboral o mobbing debe cumplir con el criterio de frecuencia y duración. Este criterio establece que debe presentarse por los menos una vez por semana durante mínimo seis meses. Con este tiempo y frecuencia se pueden generar consecuencias dañinas para la salud metal, física y social del trabajador”, dice Odeliza Mera, representante de Smart Prevention.
Acoso sexual en el trabajo
El acoso sexual en el trabajo es toda conducta de naturaleza sexual (verbal, físico y no verbal) que no sea consensuada por la persona que la recibe, que resulta ofensiva y atenta contra la dignidad del trabajador o trabajadora, explica la psicóloga Mera.
Estas acciones no pueden ser esporádicas para ser consideradas acoso sexual. Según la profesional, para que se hable de acoso sexual en el trabajo, deben ocurrir al menos tres elementos de forma consecutiva en el tiempo:
- Solicitud o propuesta de carácter libidinoso referida exclusivamente al sexo y sin carácter afectivo.
- Rechazo, que no necesariamente tiene que ser inmediato.
- Persistencia, si es conocido el rechazo y desagrado, y a pesar del rechazo se sigue insistiendo con acciones.
Tipos de acoso sexual
Según la especialista de la conducta laboral existen dos tipos de acoso sexual en el trabajo, uno se diferencia del otro por la jerarquía o la intención, pero todos hacen referencia a la sexualidad de la víctima.
Acoso sexual por chantaje o de intercambio (quid pro quo): este se caracteriza por ser realizado por trabajadores con jerarquía superior a otros (sea mujer u hombre). Este acoso condiciona directa o indirectamente el acenso o mantenimiento del empleo a la propuesta sexual. Este puede ser explícito, cuando la propuesta es clara, directa e implícita, o indirecto, cuando la propuesta es más sutil y solamente se insinúa.
Acoso de ambiente de trabajo hostil: se da cuando la víctima sufre un entorno laboral intimidatorio o humillante, con comentarios y ofensas de carácter sexual, que incluyen bromas persistentes y graves, o hasta comentarios groseros sobre la vida íntima del trabajador. Por ejemplo, sugerencias para que lleve ropa insinuante, para que use ropa femenina o por el contrario lleve un aspecto más varonil.