“Aquí estamos”, una travesía por las realidades políticas y sociales dominicanas
Este documental trae una nueva perspectiva de las agendas políticas del país
El contexto político y social que se vivió en República Dominicana en el año 2020 fue el punto de partida para la creación de “Aquí estamos” de Minervas Films RD, una productora cinematográfica con perspectiva de género y compromiso social.
Estrenado durante la más reciente edición del Festival de Cine Fine Arts Hecho en RD, este documental dirigido por Violeta Lockhart y producido por Alexandra Santana se enfoca en las realidades de la participación ciudadana en el contexto político dominicano y cuenta con la participación de distintas figuras relacionadas al activismo del país.
“Aquí estamos” celebrará su estreno en las salas de cine del país el próximo 23 de mayo, pero, mientras tanto, Lockhart y Santana comparten sus experiencias en la filmación y producción de este filme dominicano.
¿Dirían que este documental es un proyecto que fue evolucionado y cambiando desde que lo iniciaron?
Violeta Lockhart: Cuando el proyecto empezó, nosotros nos encontramos con el reto, sobre todo el tema del material de archivo.
La idea siempre fue contar lo que fue esta campaña revolucionaria ciudadana, que a raíz de todo lo que fue el movimiento de la Plaza de la Bandera, logró abrir camino para una candidatura con menos del 10% de lo que normalmente se usa a nivel de recursos para ganar una diputación y resultó ser el más votado.
¿Qué pasa? Que realmente en ese momento todas estábamos en una situación de participación en protestas, protegiendo el voto, participando activamente como voluntarias de campaña.
La idea del documental no llegó sino hasta después de ese proceso. Nos encontramos entonces con el obstáculo o dificultad de que no teníamos suficiente material audiovisual que pudiese suplir ese recorrido.
Entonces decidimos, y ahí entra un poco la parte de la visión de dirección, cómo podíamos ampliar esta historia y hacerla factible y de interés para la ciudadanía.
Así integramos la parte de entrar al Congreso Nacional y conocer cómo se desarrolla un proyecto de ley, en concreto el proyecto de ley que busca dar más tiempo de licencia de paternidad a los padres.
Son temas que son sensibles para nosotras, como realizadoras mujeres, porque tienen esa perspectiva de género, que busca tener una sociedad más equitativa, al igual que el tema dentro del Código Penal de las Causales, al igual que el tema del matrimonio infantil.
Ahí se integra también la visión de esa perspectiva de género desde Minervas. Entonces creo que realmente es ese descubrimiento, en ese proceso de realización, en las entrevistas, de tratar también de abarcar de una forma más objetiva también los distintos puntos de vista que hay dentro del Congreso.
¿Ver este documental sería como una especie de guía o de curso intensivo sobre el sistema político dominicano?
Alexandra Santana: Creo que el documental sí va a ser un recordatorio de lo que fue un proceso de movilización que por varias décadas estamos viviendo en la República Dominicana y que hasta este momento no se había documentado.
Empezando por esta experiencia que va a tener la audiencia, creemos que sí, va a ser importante a partir de ahí conocer lo que ha sido y va a ser la aspiración de la clase de representantes que nosotros queremos en la República Dominicana.
La película parte de todas estas movilizaciones y te lleva a una experiencia, como menciona Violeta, dentro del Congreso que nunca se había visto.
También es de las segundas experiencias que van a vivir viendo la película. ¿Cómo es ese día a día? ¿Cómo se realiza ese lobby? ¿Cuál es esa dinámica que pasa entre los distintos diputados de diferentes bancadas dentro del Congreso? ¿Cómo se negocian los proyectos de ley ahí dentro?
También va a ser muy consciente la ciudadanía de la clase de representantes que tenemos. O sea, ¿cuáles son las líneas ideológicas que tiene cada uno de esos representantes? ¿Y esas líneas ideológicas van alineadas a la sociedad que tenemos?
O sea, una sociedad que está mucho más avanzada probablemente que la clase de representantes que tenemos. No lo sabemos, va a ser de las cuestiones que el documental abre.
Esto pasa por poder acercarnos a comunicadores, politólogos, historiadores, que también contextualizan lo que ha sido este fenómeno político de quiebra, que lo tuvimos a partir de la manifestación de la Plaza de la Bandera, de cara a la clase de representantes que queremos como sociedad, o que como sociedad nos merecemos.
En “Aquí estamos” participan muchas figuras del activismo dominicano. ¿Cómo surgieron esas colaboraciones?
VL: Realmente fue un proceso de investigación. Vale la pena mencionar que ya han pasado casi tres años y medio del proceso de desarrollo del documental, desde la idea hasta el estreno.
En ese proceso de investigación, evidentemente, queríamos tener la mayor cantidad de voces, por decir de alguna forma, autorizadas también, dentro de lo que es ese panorama y ese espectro tanto político, activista y social.
Por ejemplo, contamos con Altagracia Salazar, Huchi Lora, Carolina Santana, Pancho Álvarez, que fue exdirector de Participación Ciudadana, entre otros, y nuevas figuras del activismo que ahora han dado el paso hacia la política.
¿Cómo se da eso? Bueno, precisamente de armar esa línea argumental del documental, sobre todo el proceso colectivo. ¿Cómo damos una visión de colectivo a través del documental? Integrando voces también de la ciudadanía.
Tenemos algunos fragmentos que son voces diversas, de jóvenes que estuvimos ahí, me incluyo porque salgo, sale Alexandra también, sale Virginia Antares, obviamente, pero estuvimos ahí y también tenemos derecho a decir lo que pensamos.
¿Quién es el protagonista del documental? Evidentemente, hay algunas personas que se destacan más, pero en general diría que es la ciudadanía. Esa siempre fue la intención. Esto tiene que ser y tiene que sentirse como un documental ciudadano, desde la realización, desde los multiformatos, desde la colaboración.
Ustedes han declarado anteriormente que, durante la filmación, tuvieron un compromiso con prácticas sostenibles, pero ¿qué implica esto y cómo tomaron esa decisión?
AS: Nosotras como casa productora, que nos constituimos a raíz de la realización de este proyecto que es nuestra ópera prima, teníamos claro que queríamos abrazar ciertos valores.
Estaba el tema de poder tener mucho más empoderamiento femenino, muchas más mujeres en la realización cinematográfica, y el tema de la sostenibilidad, pero más como un concepto amplio de poder hacer posibles los proyectos.
No solamente con el financiamiento del incentivo fiscal, sino también con otras alternativas, que fue lo que también abrazamos con el crowdfunding. Ya concretamente vinculado con lo que es sostenibilidad ambiental, creemos que las producciones cinematográficas realmente generan muchos desperdicios y esto significó una oportunidad de poder aportar en ese sentido.
Básicamente implementamos un protocolo ecológico en la realización de la película, que lo pensamos durante la fase de preproducción. Fueron medidas como el no uso de plástico ni foam. Y también compostamos gracias a una alianza con Tierra Urbana.
Se compostaron los desechos orgánicos y se convirtieron en abono, que luego donamos al Estudio Quitasueño, que fue parte de nuestros aliados en la realización de la película.
VL: Hubo todo un interés de manera particular de reutilizar y hacer lo más eficiente posible la producción, como la reutilización, por ejemplo, de material a nivel de escenografía.
En cuanto a recopilar materiales audiovisuales de otras personas que no estaban involucradas directamente con el documental, ¿cómo manejaron esa parte de la producción?
AS: Creamos una cuenta de correo electrónico para la película e hicimos un llamado a la gente que tenía material de archivo sobre las movilizaciones, lo que fue el proceso de campaña en ese año y su experiencia como guardianes de la democracia.
Varias personas nos compartieron material que tenían en distintos formatos. De hecho, parte de lo que mencionaba Violeta es que nos tuvimos que adaptar a un multiformato y abrazarlo en la misma narrativa que tenemos con el documental.
Y eso es innovador, porque al final lo que entendíamos que podía ser una dificultad ha terminado siendo un elemento a favor para poder comunicarnos con la audiencia joven.
Ese multiformato de cómo se consume el contenido digital en las redes sociales, el uso de animaciones, efectos que puedan ayudarnos a transicionar en la historia y cómo la estamos contando.
VL: Sí, también, por ejemplo, en Multimedios del Caribe nos cedieron material de archivo, pero realmente fue una dificultad porque aquí no se almacena data. Eran cosas como muy puntuales. También con Carolina Santana pudimos conseguir algunos clips y otras personas también colaboraron, fue algo bastante colaborativo.
AS: Sí, agencias internacionales también nos apoyaron a través de nuestra editora, que trabaja en agencias internacionales, como Telesur, que nos facilitó algunos materiales de protestas. Y luego la búsqueda a través de plataformas abiertas de lo que fue ese proceso.
¿Hay planes de dar algún tipo de seguimiento a los temas que se tratan en el documental?
VL: Sí, pensamos que este documental abre camino. Y abre camino no solamente para otras mujeres que quieran tocar estos temas de modo contemporáneo, sino también para jóvenes que de repente dicen que no tienen los recursos para hacer una película. Este documental demuestra que hay otras maneras de lograrlo.
AS: Y nosotras, como casa productora, podemos apoyar a una generación o una iniciativa de la que nos quieran hacer parte para darle continuidad a este documental.