VIDEO | “Cuarencena”, una disolución de la armonía social a cinco tiempos en la gran pantalla
Cuando siete amigos se reúnen en plena pandemia viven una caótica noche de verdades y locuras
Escrita y dirigida por David Maler y con un elenco que incluye talentos como Frank Perozo, Nashla Bogaert, Luis José Germán y Elizabeth Chahín, “Cuarencena” es un filme que utiliza el caótico ambiente que se vivió durante la pandemia como trasfondo para contar una historia muy peculiar con un estilo que refleja las armonías del jazz. En esta película que se estrena el 16 de marzo vemos como siete amigos se reúnen para disfrutar de una deliciosa cena en plena cuarentena, pero lo que inició como una agradable velada se convierte en un oscuro y gracioso descenso en el que descubren la verdadera esencia de ellos y su amistad.
¿De dónde surge la idea de este filme?
DAVID MALER: La idea de “Cuarencena” nace en la misma cuarentena. Tenía una conversación con un amigo, ya llevábamos como seis meses en cuarentena y decíamos que estábamos locos por juntarnos a cenar y hacer un coro con un grupo de amigos, pero era imposible. De ahí surge la idea de qué hubiese pasado si nosotros, en medio de esa cuarentena, nos hubiésemos juntado para trancamos en un solo lugar y pasar la noche en toque de queda. Eso fue evolucionando y terminó en esa idea de un grupo de amigos que se organizan bajo esas condiciones, un poco exageradas en la ficción de nuestra película, pero no muy lejanas de lo que estaba pasando realmente. Es como jugar con el declive de la civilización a lo largo de una noche con un grupo de mejores amigos.
Parece ser una historia oscura que refleja, a través de sus personajes, las frustraciones que algunas personas vivieron durante la cuarentena. ¿Cómo fue la experiencia de canalizar esas frustraciones?
FRANK PEROZO: Lo que pasa es que, con lo que nos pasó a cada uno dentro de la pandemia, fue mucho más fácil el proceso, porque de una forma u otra todos vivimos esa época de encerramiento donde no sabíamos qué podía pasar. Entiendo que eso nos ayudó muchísimo como intérpretes para llevar esas emociones a la película, pero, aunque la película te habla de la pandemia, eso no es la película. La película es lo que hacen estos personajes dentro de ese ambiente después de tener mucho tiempo sin verse y cómo empiezan a salir un sinnúmero de secretos y otros elementos dentro de la historia sobre cada uno de ellos. David, como guionista, logra que en esta historia lo más suave sea el ambiente de la cuarentena. Los conflictos internos de cada personaje son la locura de la película.
Ya han colaborado en muchos proyectos, ¿esa familiaridad ayuda en la creación de la química o la dinámica de la relación entre sus personajes?
NASHLA BOGAERT: Por supuesto. Realmente es un privilegio hacer lo que amamos, trabajar en ello y dedicarle tiempo. La película se filmó en pandemia, en diciembre del 2020. Ya era en el tramo final, pero se filmó en esa histeria y creo que fue hermoso poder vivir ese viaje con mis amigos, con personas muy cercanas, gente que admiro y que respeto mucho. Siento que cada uno le inyectaba cosas a los demás personajes. El grupo de actores, junto a todos los artistas que trabajaron detrás del lente, hicimos una sola tribu. Creo que es uno de los grandes privilegios que nos podemos dar como actores también, tener la oportunidad de crear juntos, crecer y madurar juntos. De reírnos de la misma cosa y llorar también.
LUIS JOSÉ GERMÁN: Si bien es cierto que la mayoría de nosotros hemos trabajado juntos, de manera particular, creo que ha sido un proyecto donde todos nos hemos sentido en sintonía, a gusto y con un lenguaje propio. Aunque estábamos interpretando personajes, tenía un lenguaje que podíamos dominar bastante bien, dentro de las frustraciones y de las características de cada cual. Creo que eso lo hizo muy especial y que la química se notará aún más en la pantalla.
ELIZABETH CHAHÍN: Por mi lado, solo había trabajado con David anteriormente, así que yo era la nueva del grupo, pero nunca me sentí excluida, fue precisamente ese sentimiento de tribu que me alentó muchísimo. Yo estaba como una esponja que absorbía todo de todo el mundo. Nunca me sentí excluida, al contrario, me sentí parte del equipo. Me sentí muy apoyada y realmente quiero aprovechar para agradecerles a todos.
¿Cuándo trabajabas en el guion ya tenías pensado quiénes interpretarían los personajes?
DM: En algunos casos sí, en otros no y al final fue lo mejor que pudo haber pasado, porque terminó siendo mucho mejor de lo que pudo ser. Como director tuve un trabajo muy fácil. Realmente tenía la mitad de la batalla ganada porque todo el mundo venía con propuestas y eso se dio también por esa complicidad, la cual era muy importante. O sea, al final es cuatro paredes y siete personajes que están metido ahí adentro. No hay nada de lo que nos pudiéramos esconder si algo no funcionaba, todo era la química entre ellos. Eso está frente a la cámara y es increíble. La química que lograron y cómo dieron vida a esos personajes realmente fue espectacular.
Luis José, tu personaje parece ser un chef meticuloso, obsesivo e intenso, ¿cómo te preparaste y en quién te inspiraste para interpretarlo?
LJG: David me había hablado sobre ese personaje. Lo que descubrí es que ser chef es una profesión muy apasionante y muy artística que va combinando el talento con el descubrimiento y despertar del paladar. Cada plato que se sirve en la película el chef lo prepara a propósito con una historia, con una intención y un trasfondo. De hecho, la película se divide por etapas, por platos, por tiempos y cada tiempo es representado por un plato del chef que, más o menos, va envolviendo lo que se va a desarrollar en ese tiempo.