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Cáncer de mama
Cáncer de mama

El papel de la actividad física en la prevención del cáncer de mama

Tanto las mujeres que buscan reducir su riesgo de desarrollar cáncer de mama como las que están en proceso de recuperación pueden beneficiarse de la incorporación de ejercicio en su vida diaria

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El papel de la actividad física en la prevención del cáncer de mama
Numerosos estudios han demostrado que las mujeres que se mantienen activas físicamente tienen un menor riesgo de desarrollar cáncer de mama. (FUENTE EXTERNA)

La actividad física juega un papel significativo en la prevención y recuperación del cáncer de mama. Tanto las mujeres que buscan reducir su riesgo de desarrollar cáncer de mama como las que están en proceso de recuperación pueden beneficiarse de la incorporación de ejercicio en su vida diaria. Mira los beneficios clave de la actividad física en relación con el cáncer de mama.

Prevención del cáncer de mama

Reducción del riesgo. Numerosos estudios han demostrado que las mujeres que se mantienen activas físicamente tienen un riesgo reducido de desarrollar cáncer de mama en comparación con las que llevan un estilo de vida sedentario. La actividad física regular puede ayudar a controlar el peso, mantener un equilibrio hormonal adecuado y fortalecer el sistema inmunológico, lo que contribuye a reducir el riesgo de cáncer de mama.

Control del peso. El sobrepeso y la obesidad están relacionados con un mayor riesgo de cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas. El ejercicio puede ayudar a mantener un peso saludable o a reducir el exceso de peso, lo que puede reducir el riesgo de cáncer de mama.

Recuperación y calidad de vida después del diagnóstico

Mejora de la función cardiovascular. La actividad física puede mejorar la salud cardiovascular, que es importante durante y después del tratamiento del cáncer de mama. Algunas terapias, como la quimioterapia, pueden afectar el corazón, y el ejercicio puede ayudar a mantenerlo en buen estado.

Fortalecimiento muscular y óseo. La actividad física, incluido el entrenamiento de fuerza, puede ayudar a mantener la masa muscular y ósea. Esto es especialmente importante si se han sometido a cirugía o radioterapia, ya que estas pueden afectar la fuerza y la densidad ósea.

Alivio del estrés y mejora del bienestar emocional. El cáncer de mama puede ser una experiencia emocionalmente abrumadora. El ejercicio puede liberar endorfinas, que ayudan a reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. Además, ofrece un tiempo de distracción positiva y una sensación de logro.

Reducción de la fatiga. La fatiga es uno de los efectos secundarios comunes del tratamiento del cáncer de mama. La actividad física puede ayudar a combatir la fatiga y mejorar los niveles de energía.

Mejora de la función linfática. Algunas mujeres pueden desarrollar linfedema después de la cirugía de cáncer de mama. El ejercicio cuidadosamente supervisado puede ayudar a mejorar la circulación linfática y reducir el riesgo de linfedema.

Promoción de la calidad de vida. En general, el ejercicio puede ayudar a las mujeres con cáncer de mama a mantener su calidad de vida durante y después del tratamiento. Puede aumentar la sensación de bienestar general y la confianza en el cuerpo.

Es importante destacar que antes de comenzar cualquier programa de ejercicio durante o después del tratamiento del cáncer de mama, es esencial consultar con un profesional de la salud o un fisioterapeuta especializado en cáncer de mama. Pueden proporcionar orientación específica sobre el tipo y la intensidad adecuados de actividad física, teniendo en cuenta la etapa del tratamiento y las necesidades individuales.

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