15 consejos para criar niños emprendedores
Carlos H. Brandt comparte su experiencia, aprendizajes y buenas prácticas en el proyecto más importante de su vida, la crianza de sus hijos
Tengo más de 20 años dedicado al mundo del emprendimiento, puedo afirmar que soy muy exitoso en lo que hago, y con los años me he vuelto realmente bueno, pero nada de lo que había hecho o aprendido en mi vida me preparó para el rol de ser papá.
Como se imaginarán, soy bastante adaptativo, proactivo y recursivo y no me amilané ante el tremendo reto de criar. Y, como en cualquier otro proyecto, que había trabajado antes, estudié, investigué, e ideé soluciones “innovadoras”.
También realicé planes estratégicos, muchas lluvias de ideas, entrevisté, practiqué, realicé muchas pruebas y tuve que ajustar mucho, pero hasta ahora, puedo decir sin temor a equivocarme, que mis hijos son mi “empresa” más exitosa, más rentable, y con mayor potencial.
Padres presentes
Mi intención es acortar la curva de aprendizaje y ayudar a otros padres que comienzan este camino y compartir los resultados de mi intencionalidad de criar y sembrar competencias, herramientas y comportamientos “emprendedores” en mis hijos, sabiendo que los resultados hasta ahora, son dignos de compartir.
También quiero celebrar y reconocer a todos esos padres súperpoderosos que han sabido combinar su vida productiva con la paternidad, que se han reinventado para no descuidarla y que entendieron que lo que más vale para sus hijos es estar presente, vivirlos, darles el ejemplo y las enseñanzas.
No el dinero, empresas, regalos o legado material que les dejemos, en nuestra ausencia “productiva”.
¿Cómo criar hijos emocionalmente inteligentes?
La práctica hace al maestro
Nadie aprende a manejar bicicleta en Youtube. La mejor manera de aprender es haciendo, pensando, cayéndose, explorando, aventurándose. Acompáñalos, protégelos, pero déjalos aprender con sus pasos, ritmos y experiencias propias.
El fracaso es lo que enseña, desarrolla la resiliencia y la fortaleza de persistir. Equivocarse es una oportunidad para aprender y desarrollar competencias. Recuerda que la práctica hace al maestro. Desde hablar, caminar, correr, hasta comunicarse, todo es práctica.
Herramientas para tus hijos
- El ritmo de aprendizaje de tus hijos no es el tuyo. Puede ser más rápido o más lento, no importa, es su ritmo. Tampoco dejes que tus hijos sean una nota o una foto. Son especiales como sean, dale su espacio, su tiempo y te sorprenderás lo que avanzan. No midas ni compares con otros, si tienes dudas contacta especialistas, pero rechaza la comparación. Los genios son personajes que tienen orígenes muy humildes, sencillos y fuera de “lo normal”. Así que construye seguridad alrededor de tus hijos, ellos van a su ritmo.
- Recuerda que las mentes más brillantes e innovadoras de hoy en día, no fueron los mejores estudiantes, ni tuvieron todas las calificaciones perfectas. Sí tuvieron mentores, ejemplos familiares y experiencias retadoras de niños y adolescentes. El mundo es de los que se atreven, se rebelan, proponen, innovan y emprenden, enseña esas actitudes y estarás cambiando el mundo.
- Tus hijos nacieron creativos, no les anules sus ideas por locas que sean. Ayúdalos a pensar que sus ideas y visiones son posibles. De la creatividad y curiosidad nace el talento de hacer. Fomenta sus experimentos y sus juegos imaginativos ya que son indispensables para su crecimiento y madurez. Construye prototipos, mundos, artefactos y juguetes con ellos. La felicidad no se compra, recuerda eso.
- En algún momento descubrirán que toda la información del mundo está disponible en una pantalla, enséñales que no todo es entretenimiento, y que tampoco todo es educación. Investiga con ellos, provoca su curiosidad, incentívalos a hacerse preguntas y a obtener respuestas. Te sorprenderás lo que puede aprender y absorber esta Generación Alfa. El mundo está exigiendo para los profesionales y trabajadores del futuro, competencias como creatividad, análisis crítico, resiliencia, resolutividad, trabajo en equipo, herramientas de venta, que manejen y toleren el estrés, que sean automotivados, que aprendan activamente, que sean flexibles, incluyentes y tecnológicos. Eso no se aprende en la universidad ni en el colegio tan bien como se aprende en casa contigo. No tengas miedo a aprender con ellos.
- Así como somos seres racionales, también somos animales emocionales, necesitamos juego físico, actividad de potencia muscular y de velocidad. Corre, juega y pelea con ellos. Estarán practicando para la vida. Enséñalos a caer, a nadar, a trepar, a silbar, a gritar. Y si no sabes de estas cosas, revisa youtube, hay muchos tutoriales.
- Necesitan desarrollar la adopción y aprendizaje temprano de tecnologías, por lo que debes dejar que usen teléfonos, tablets, software, webs, redes. Que aprendan sobre todo esto, qué hacen y cómo funcionan. Será tu decisión cuando los dejes empezar a generar - compartir contenido y participar socialmente en el mundo, pero deben tener un correo, identidad digital, desde que puedan escribir.
- Enséñales a valorar el talento de otros, que aprendan a reconocer cuando alguien es muy bueno o destacado en algo, y a celebrarlo. El respeto por los demás empieza por conocerlos. Sentirse orgullosos de sus logros y de los de otros también se enseña y ayuda a crear seres más sociables. No enaltezcas la mediocridad y el peor esfuerzo, pero tampoco seas indiferente antes los avances e intentos. “Vas muy bien, te felicito” es mucho mejor que “'¡Eres lo mejor que existe en el mundo!”.
- Enséñales el hábito de la lectura y que aprendan a asombrarse con letras no sólo con imágenes o videos. Así abrirán su cerebro a la imaginación e ideación.
- Enséñales con el ejemplo, no con la imposición, así tendrás líderes que inspiran y motivan. La excelencia se obtiene con la práctica y la persistencia. Demuéstrales que estás acompañando su crecimiento recordando de dónde arrancaron y hasta dónde han llegado.
- Mientras más temprano aprendan a manejar dinero, mejor. Eso fomentará estructura económica, conceptos de valor, precio y ganancia. Les servirá para toda la vida saber que con poco dinero compraban muchos dulces en un lado y pocos en otro. Aprenderán de oferta y demanda y entenderán muy pronto el valor del dinero y del esfuerzo de ganárselo.
- Háblales del propósito personal y que aprendan a descubrir el propósito como conductor de su vida. Y si quieren ser barrenderos, que sean los mejores barrenderos del mundo. No les conduzcas sus vidas, enséñalos a conducir. No les enseñes tu versión del éxito, deja que ellos construyan su propia versión.
- Mientras más exploren más amplios serán sus parámetros. Está muy bien que un día quieran ser artistas, otro día veterinarios, otro día magos, otro día astronautas, otro días cocineros. Enséñalos y que profundicen en sus intereses. Dedica tiempo a aprender con ellos sobre lo que se les antojó ser tal día. Muéstrales ejemplos reales, gente que vive de su talento y propósito.
- Defiende su inocencia y sus creencias pero no les mientas. No les impongas tus creencias ni tus límites, hay más de 4000 religiones en el mundo; la verdad que te sirvió a ti hasta hoy puede que no sea la que les sirva a ellos en el futuro. No dejes las cosas trascendentales al profesor de ciencias, de religión o de lenguaje. Enséñales sobre la vida y la muerte, tu historia, tu familia, raíces y costumbres, pero también enséñales que hay otras maneras de pensar.
- Recuérdales siempre que lo más valioso en la vida es el tiempo que tenemos, la salud y la libertad. Tendrás a futuros líderes conscientes, respetuosos y solidarios.
- Y lo que a mí más me ha funcionado es hacer proyectos con ellos: vamos a empezar y terminar algo, si nos gusta lo repetimos. Vamos a aprender algo nuevo, hacer el cubo Rubik, tocar un instrumento, cantar una canción, probar una fruta, cocinar un plato, coser una camisa, explorar un lugar, llamar a alguien, aprender un idioma, hablar con las manos, etc.