Unesco: prohibir los teléfonos móviles en las escuelas mejora el rendimiento
La entidad presentó en Uruguay su infome global
En Asia, las leyes sobre el uso del celular son estrictas
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) presentó este miércoles en Uruguay su Informe Global de Monitoreo de la Educación (GEM 2023), un análisis de seguimiento a los sistemas educativos a nivel mundial.
El compendio, aborda en 435 páginas, temas relacionados con el acceso, la equidad y la inclusión en la educación, estudiando las formas en que la tecnología puede ayudar a favorecer la educación del alumnado más desfavorecido y garantizar el acceso a recursos de aprendizaje más baratos y atractivos.
El informe resalta que, el 87 % del estudiantado con discapacidad visual utiliza herramientas digitales y durante la pandemia, la educación online alcanzó al 31 % del estudiantado mundial.
En 2021 se registraron 220 millones de estudiantes online y, en 2022, el 50 % de los centros educativos de secundaria del mundo estaban conectados a internet con fines pedagógicos.
De acuerdo con el informe, a la fecha actual, mantener la conectividad para la educación, en los países pobres, costaría mil millones de dólares por día.
Uso del celular
La Unesco resalta que varios países están prohibiendo los teléfonos celulares u otra tecnología en las escuelas. Las preocupaciones sobre la privacidad, la seguridad y el bienestar de los datos también sustentan los debates sobre el uso de algunas tecnologías en las escuelas, especialmente por parte de estudiantes jóvenes.
“El uso de teléfonos inteligentes en las escuelas es polémico”, afirma el documento.
Si bien, bajo ciertas condiciones, el uso de la tecnología en la educación puede mejorar las oportunidades de aprendizaje de los niños, también puede poner en riesgo su integridad física y mental, su privacidad y su dignidad.
Estudios en Bélgica, España y el Reino Unido muestran que prohibir los teléfonos móviles en las escuelas mejora el rendimiento académico, especialmente para los estudiantes que habían mostrado menor nivel. En general, el 13 % de los países tienen leyes y el 14 % tienen políticas que prohíben los teléfonos móviles, predominando en Asia Central y Meridional.
En 2011, Bangladesh prohibió el uso de teléfonos móviles para los docentes en las aulas y en 2017 se extendió a estudiantes, incluyendo universitarios. En Uzbekistán, la ley exige apagar todos los dispositivos al ingresar a las escuelas.
Sin embargo, una encuesta entre 1,070 personas en Australia arrojó que 2 de cada 3 encuestados apoyaban fuertemente la implementación de programas de seguridad digital para educar a los estudiantes sobre cómo usar teléfonos móviles de manera segura en lugar de prohibir que todos los estudiantes usen teléfonos móviles en las escuelas.
Se han impuesto prohibiciones totales o parciales en Francia, Letonia, México, Portugal, España, Suiza y Estados Unidos, así como en Canadá y Escocia. Pero en la República de Corea, un organismo de control argumentó que una prohibición total infringiría los derechos básicos de los estudiantes, como la libertad de comunicación.
En Burkina Faso, una orden de 2018 prohíbe el uso de teléfonos móviles y accesorios dentro de las escuelas secundarias bajo pena de confiscación, reteniendo el equipo y no devolviéndolo al estudiante hasta el final del año escolar.
Otros países han prohibido el uso de aplicaciones específicas en entornos educativos. Un ejemplo de ello es que varias escuelas y universidades de los Estados Unidos comenzaron a prohibir TikTok. Francia decidió prohibir las versiones gratuitas de Microsoft Office 365 y Google Workspace, muy utilizadas para la creación de documentos y compartirlos.
“Prohibir la tecnología en las escuelas puede ser legítimo si la integración de la tecnología no mejora el aprendizaje o si empeora el bienestar de los estudiantes. Sin embargo, trabajar con tecnología en las escuelas y los riesgos que la acompañan puede requerir algo más que la prohibición. Primero, las políticas deben ser claras sobre lo que está y no está permitido en las escuelas. Los estudiantes no pueden ser sancionados si no hay claridad o transparencia sobre su comportamiento requerido”, destaca el informe a modo de conclusión.
Más tópicos
Entre otros temas que se analizan en el informe se pueden citar: calidad de la capacitación de los maestros, costo del desayuno escolar y los salarios.
Jeanelfred Beltré, psicóloga y presidenta de la Fundación Ciadif, explicó que el uso de la tecnología, especialmente en niños menores de seis años, limita la capacidad de crear y el efecto de la dopamina los hace querer cada vez más tiempo de pantalla, por lo que los teléfonos deberían ser eliminados del entorno escolar.“El celular hace que se olviden totalmente de los elementos que hay en la clase, principalmente, aquellos estudiantes que presentan dificultades en el aprendizaje”, señaló la terapeuta.Beltré indica que el uso de pantallas de forma recurrente afecta al sueño, la concentración, vuelve al niño ocioso, pudiendo desarrollar obesidad y poca socialización. Propone un límite diario de dos horas de tiempo de pantalla.
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