Submarinos nucleares
Flota rusa en La Habana: cooperación militar y tensiones globales
En Cuba hay un clásico animado que se llama “Vampiros en La Habana”, un filme de Juan Padrón muy divertido, repleto de esa picardía que caracteriza a los cubanos. El título de la película es tal cual, pues trata de un conflicto entre vampiros en las calles habaneras.
Por estos días, podríamos cambiar el título de esa película por “Submarinos en La Habana”, dado que un submarino nuclear ruso, parte de toda una flota de la Armada rusa, ancló en la bahía capitalina cubana, provocando todo tipo de especulación dentro y fuera de la isla.
Como saben, fui corresponsal en Cuba por más de cinco años. Lo primero que puedo decir es que esta visita de “cortesía” de los rusos no es nueva, ocurre periódicamente. De hecho, pude cubrir una en persona y me impresionaron mucho esas máquinas de guerra. También puedo decir que los vínculos de cooperación entre Rusia y Cuba se han mantenido y solidificado, a pesar de la caída del bloque comunista encabezado por la Unión Soviética.
Ahora, también puedo contar que la llegada a Cuba de esta flota naval en medio de la guerra con Ucrania es muy sospechosa. Añado, igualmente, que dejar al descubierto la presencia de un submarino nuclear en el centro de la Bahía de La Habana, envía un mensaje sonoro, tanto a los cubanos, como a los Estados Unidos.
Amigos cubanos me aseguran que no recuerdan haber visto cosa semejante por allá. Aunque siempre se sabía de la presencia de submarinos rusos en el litoral cubano, lo cierto es que se limitaba a bases militares. Para los cubanos, es un mensaje del apoyo de Rusia al gobierno, a pesar de la difícil situación económica que vive la isla y que se especula podría causar una explosión social inédita. Mientras, a los estadounidenses les exhibe una muestra de poder soberbia, al dejar por sentado que en medio de una guerra pueden prescindir de toda una flota naval y enviarla “de paseo”. Les recuerdan a Estados Unidos que están a sus puertas y que defenderán a Cuba ante todo.