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Los más felices

Me cuesta creer que Finlandia sea el más feliz del mundo

Me cuesta creer que Finlandia, ese país frío, gris y topográficamente accidentado, sea el más feliz del mundo, según el Reporte Mundial de la Felicidad, que cada año dan a conocer la ONU y la firma Gallup. Y es más increíble todavía que seis de los primeros siete países en esa lista de la felicidad nacional, sean de esa región nórdica de Europa.

A Finlandia la acompañan Dinamarca, Islandia, Suecia, Países Bajos y Noruega en los primeros siete puestos. Sólo Israel, que se metió en la quinta posición, quebró el dominio nórdico en los índices de felicidad colectiva. ¿Será eso cierto? ¿Cómo es posible?

Sepa que Finlandia llega primera por séptima vez seguida en ese índice, por lo que su éxito no es casual. Radio Francia Internacional le preguntó a Jennifer De Paola, investigadora en la Universidad de Helsinki, cuál es la fórmula. Ella respondió: “Hay un gobierno que funciona bien y en el que los finlandeses confían. Hay un estado de bienestar que lo cubre todo, desde la sanidad pública, hasta la educación, ya seas un niño pequeño o un estudiante de doctorado. El nivel de corrupción es muy bajo en comparación con otros países. Además, en la sociedad finlandesa hay mucha libertad, hay confianza social y un alto sentido de la autonomía”.

Cabe destacar que este informe anual nada tiene que ver con risas o llanto, más bien mide la satisfacción que tiene la gente con los niveles de calidad de vida. Se imaginan lo que pasaría si en nuestros países caribeños los gobiernos funcionaran bien, hubiera poca o ninguna corrupción y pudiéramos confiar en los políticos. Esa lista, indudablemente, estaría dominada por las Antillas Mayores. Pero estamos muy lejos de eso. No tenemos ni de cerca una clase política confiable, porque hay demasiada corrupción. Nuestro estado de bienestar está lejos de cubrirlo todo y nos dirigimos al modelo contrario, a uno en el cual el ciudadano debe procurarse solo los servicios primarios, con un sueldo que no da. Me encantaría que los caribeños logremos sólo una de esas cosas que hace Finlandia, que es una buena educación, porque con esa desatamos una reacción en cadena que acabará en una clase política honesta, lo cual nos hará muy felices.

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Periodista puertorriqueño y subdirector de Diario Libre. Ganó el Premio Nacional de Literatura Puertorriqueña, Categoría Periodismo, en 2018, por sus columnas en el periódico El Nuevo Día, del cual fue director asociado.

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