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Las revistas en la historia editorial dominicana

Por muchas décadas, hemos tenido revistas políticas, religiosas, infantiles, moda, deportivas y otras

En nuestro país existe una ya larga tradición en la publicación de revistas de distintas categorías y orientaciones temáticas. Por muchas décadas, hemos tenido revistas políticas, religiosas, infantiles, moda, deportivas, de análisis de la realidad social, de salud, de arquitectura y humorísticas. Y, entre toda una amplia gama, las específicamente culturales con enfoques exclusivamente literarios o artísticos.

Me atrevería a decir que, por largos años, las revistas fueron la fuente dominante de conocimiento y de información a que tenían acceso las familias, mucho más que el libro que fue, y sigue siendo, un material de lectura fundamental pero de lectores reducidos. Antes, como ahora, las librerías han sido escasas a nivel nacional; muchas cabeceras de provincias no han poseído nunca una tienda de libros y, por mucho tiempo, solo Santo Domingo y Santiago de los Caballeros poseían librerías medianamente nutridas. En la mayoría de las comunidades existían las papelerías, donde se habituaba dedicar un rincón para unos pocos títulos, casi siempre de modo completivo, y aunque cueste decirlo, tal vez decorativo. La demanda de lectura se suplía con las revistas que sí tenían amplia circulación, tanto dentro de los diarios de la época, como por venta en los establecimientos referidos e, incluso, casa por casa. 

Hubo un tiempo, anterior al nuestro, en que las revistas cubanas Carteles y Bohemia, tenían una gran demanda. También era cubana la famosa Vanidades, fundada en 1937 por los mismos dueños de Carteles, y que luego se trasladó a México, donde todavía se edita. Cuba era la meca de las grandes revistas, porque también allí se editaba la famosa Selecciones que circulaba en toda Hispanoamérica, aunque su origen era estadounidense, de los editores de la revista Reader’s Digest. Pero, de México llegaban algunas muy buscadas. Los mexicanos han producido desde hace muchos decenios, una variedad de revistas de amplia penetración en el mercado hispano. Se sabe que, hoy en día, se editan cerca de cien tipos diferentes de revistas en la nación azteca. Muchos, ya hoy entrados en edad, recuerdan como una de sus primeras lecturas a la popular Billiken, que venía de Argentina, con carácter infantil y finalidad didáctica pues se originó para ser consumida como material docente en las aulas. Sorprenderá saber que todavía se sigue editando y que tiene 102 años de existencia. La fundó Constancio C. Vigil, que era un escritor uruguayo de literatura infantil, cuyos libros dedicados a los infantes y también los de orientación moral para jóvenes y adultos, tuvieron en su tiempo una amplia demanda.

Algunos escritores que, posteriormente, tendrían una enorme influencia en la historia literaria universal, fundaron y dirigieron revistas. Tuvieron las suyas Pablo Neruda, Octavio Paz, Manuel Gutiérrez Nájera, Apollinaire, Carlos Fuentes, Xavier Villaurrutia, por solo mencionar unos pocos. Otros muchos publicaron sus obras principales en revistas, antes de que se convirtieran en libros, esquema muy usual en épocas distantes. De modo que las revistas, como sostén de la literatura y del saber, en sentido general, han tenido desde el siglo dieciséis, según algunos estudiosos de este fenómeno cultural, una presencia ininterrumpida e influyente en la difusión del conocimiento científico, literario, político, cultural en fin. Dicen que “Discusiones mensuales edificantes”, surgida en Alemania en 1663, es la primera revista conocida, así como la primera que tuvo ilustraciones se afirma que nació en Gran Bretaña en el siglo dieciocho. Otros afirman que en 1670 nació “Le Mercure Galant”, en Francia, y que las revistas fueron, poco a poco, diseminándose en Italia y en Inglaterra en los siglos posteriores. Estados Unidos es, sin dudas, uno de los países que ha tenido por muchas décadas, hasta hoy, la mayor cantidad de revistas especializadas, en todos los géneros, aunque desconocemos si con los cambios experimentados en los últimos años la empresa editorial se haya visto obligada a retirar algunos de esos títulos de revista o a reducir sus tiradas. Por supuesto, “Playboy”, surgida en Chicago en 1953, se lleva las palmas de lectoría mundial, igual que “Rolling Stone”, dedicada a la música y la cultura popular desde 1967 y, la aclamada y prestigiosa “The Economist”, fundada en Londres en 1843.

El diario El Caribe, entre los años cincuenta y sesenta, traía cada sábado la revista “Hablemos”, una exquisita publicación en satinado y a todo color, (formato impensable entonces en República Dominicana), con material variado de lectura. Anterior y posterior a esas décadas, el país disfrutó de ediciones de revistas populares y para públicos específicos. Entre las culturales estaban los “Cuadernos Dominicanos de Cultura”, “Testimonio”, “La Poesía Sorprendida”, y entre las más divulgadas y con centenares de lectores, sobre todo en la posdictadura, estuvieron la revista “Ahora”, fundada por Rafael Molina Morillo, que marcó pautas como publicación de corte sociopolítico, y la humorística “Cachafú”, que dirigía don Francisco Álvarez Castellanos. En 1987, con el respaldo de la editorial Alfa & Omega, apareció la primera revista infantil dominicana, “Tobogán”. Desde hace años, “Mercado” es la revista líder del país, con una amplísima circulación. 

Resulta tarea difícil mencionar todas las revistas que se han publicado en el país dominicano, muchas de larga permanencia y otras que desaparecieron a los pocos números. Nada de que asombrarse porque es una dinámica similar a lo ocurrido en otras latitudes. Lo importante es saber que la República Dominicana probablemente sea la que produce y divulga en nuestros días, la mayor cantidad de títulos de revistas en Centroamérica y el Caribe. Algunas extranjeras, incluso, se producen aquí para el mercado local, como el caso de la famosa “¡Hola!” de España, aparte de que casi todos los diarios tienen dos o tres revistas que insertan en sus tiradas semanal o quincenalmente, o las producen para venta directa. Resaltemos que la mayoría de las revistas que se publican en nuestro país son de altísima calidad de edición, gracias a las buenas imprentas que poseemos, muy por encima de las de otros países cercanos y lejanos.

En este universo editorial, deseamos resaltar la existencia de revistas de matiz literario o cultural, que son dos elementos a diferenciar. Cuadernos de Poética, por ejemplo, dirigida por el crítico literario Diógenes Céspedes, fundada en 1984, dedicada a la crítica y a la creación literaria, desde el marco de la teoría del lenguaje que lidera su fundador, tuvo una presencia activa entre los decenios del ochenta y noventa, hasta entrado el siglo actual. Luego, recesó y ya tiene unos años en segunda época, con dos salidas anuales y un interesante contenido, con colaboraciones de escritores dominicanos y extranjeros. País Cultural, fundada por quien suscribe como órgano intelectual del ministerio de Cultura, camina por su tercera época, siendo dirigida originalmente por el poeta Basilio Belliard, luego por corto tiempo por la poeta Soledad Álvarez, y nuevamente en manos de Belliard. Abarca literatura y artes plásticas fundamentalmente, aunque inserta otros temas culturales. Tiene ahora salida cuatrimestral y mantiene una calidad de diseño y contenido que pocas en nuestra región pueden exhibir.

Es bueno reconocer aquí, que antes de la salida de País Cultural existía “Xsquema”, fundada por el historiador y editor Orlando Inoa y dirigida por la escritora Ángela Hernández Núñez, de notable calidad editorial y de muy equilibrado contenido. País Cultural, aunque no guarde ninguna relación de método y formato con la revista mencionada, ya desaparecida, se inspiró en ese formidable proyecto. Global es la revista de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), fundada por Leonel Fernández y dirigida en toda su primera gran etapa por Carlos Dore Cabral. Su primer número salió en abril de 2004. Luego, estuvo al frente Miryan López San Miguel, y por varios años tuvo como editor al escritor Frank Báez que realizó una labor de difusión internacional muy valiosa con escritores de distintos países. Desde abril de este año la dirige quien suscribe. Es una revista de corte plural, no partidista, que abarca los temas de actualidad (económicos, sociopolíticos, sanitarios, y toda la gama de la cultura) con la colaboración de relevantes firmas locales y extranjeras. Se difunde ampliamente en el país y en el exterior. Sale cada dos meses. Contemporanía, viviendo su tercera etapa, la fundó y dirige, desde 1988, el crítico de arte Ignacio Nova. Está dedicada exclusivamente a las artes visuales y se publica en español e inglés. Las galerías de arte tienen en esta revista su principal medio de divulgación de las obras de los pintores, dibujantes, escultores y profesionales de las artes plásticas que representan. Destaquemos la creación de revistas digitales en los últimos años, con énfasis en el análisis literario y el debate cultural. Hay varias en la red, pero mencionemos como ejemplo a Plenamar, que es publicada por el diario digital Acento y que tiene como equipo de dirección a los escritores José Mármol, Jochy Herrera, Minerva del Risco, Rafael Emilio Yunén, León Félix Batista y al periodista Fausto Rosario Adames. 

Las revistas dominicanas mantienen, con su existencia y divulgación, el legado que viene desde hace decenios, y en el caso de las culturales heredan la impronta de publicaciones que marcaron épocas y generaciones. Es de esperarse que, en el papel o en la plataforma digital, o utilizando ambos recursos a la vez, mantengan su presencia como fuente de conocimiento y debate de ideas y propuestas. 

En homenaje a la desaparecida Librería Amengual y al inolvidable Macalé, en cuyos espacios podían adquirirse, tantos años atrás, las más variadas revistas extranjeras y los “paquitos” o “muñequitos” –como se denominaban en el Cibao- ya sustituidos por comics japoneses, fundamentalmente, que los peques siguen en sus Play Station, en los móviles o en otros equipos de su tipo más sofisticados.

TEMAS -

Escritor y gestor cultural. Escribe poesía, crónica literaria y ensayo. Le apasiona la lectura, la política, la música, el deporte y el estudio de la historia dominicana y universal.

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