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Zona fronteriza
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Tiempos de esperanza en la zona fronteriza

Décadas de olvido han acompañado la zona fronteriza de la República Dominicana

Décadas de olvido han acompañado la zona fronteriza de la República Dominicana, provocando el deterioro en el bienestar de la población originaria de esta zona especial compuesta por las provincias de Monte Cristi, Santiago Rodriguez, Dajabón, Elías Piña, Independencia, Baoruco y Pedernales, ocupando una superficie de 10,823 Kms².

Este deterioro en la calidad de vida se expresa en la precariedad de los servicios básicos que acompañan la red de pequeños asentamientos humanos localizados a todo lo largo de un territorio caracterizado por la ausencia de oportunidades, lo cual expulsa una población que escapa hacia los polos de desarrollo, dejando atrás una zona fronteriza con apenas 500,460 habitantes (ONE 2021) para una densidad de 46 hab/km².

Para revertir esta condición de rezago histórica se presenta una esperanza para la zona fronteriza, por medio de una apuesta integral que busca elevar los niveles de productividad de este territorio, a través de cuatro componentes: i) la regionalización de proyectos estratégicos, ii) el fortalecimiento de los mercados fronterizos, iii) la aplicación de la Ley No. 12-21 y iv) la política de anillos de inclusión social.

En primer lugar, la regionalización de los proyectos estratégicos ubicados en las provincias de Monte Cristi y Pedernales, ha sido concebida para que las propuestas de desarrollo trasciendan el límite físico del proyecto y que por consiguiente sean catalizadores de iniciativas que beneficien la población asentada en toda la región donde se encuentran. 

En la frontera Norte, la remodelación del Puerto de Manzanillo y su entorno generara nuevas oportunidades de negocio, a partir de la instalación de un nodo logístico para la comercialización global de los productos y materia prima que se produzcan en todo el Cibao. Mientras que el proyecto turístico de Cabo Rojo ha sido concebido como la puerta de entrada para toda la Región Enriquillo, de manera que contribuya en revertir los indicadores que sitúan esta región como la más pobre del país. Ambos proyectos con una inversión ascendente a los 8,800 millones de dólares para los próximos años. 

Por otro lado el fortalecimiento de los mercados fronterizos de la República Dominicana iniciado en las ciudades de Jimaní y Pedernales, es otra de las apuestas para elevar los niveles de productividad, ya que el ordenamiento de estos espacios, los cuales tienen un flujo de comercio informal entre ambas naciones ascendente a US$429.6 (Banco Central), permitirá ampliar la oferta de los mismos siempre en el marco de la regulación lo cual permitirá generar oportunidades para la población Dominicana y contribuir en satisfacer la  demanda presente y creciente a todo lo largo de la línea fronteriza.

De igual manera el anuncio por parte del Consejo de Coordinación de la Zona Especial de Desarrollo Fronterizo, de la apertura para la recepción de proyectos de inversión en la zona fronteriza y acogerse al régimen de incentivos establecido por la Ley No. 12-21 inaugura una nueva era en la aplicación de este régimen que permita a los nuevos capitales instalar operaciones de negocio que contribuyan a la estrategia de desarrollo para la zona fronteriza impulsada por el gobierno.

Finalmente, la política para garantizar la contratación y formación de la población que reside en las provincias de la zona fronteriza, denominada Anillos de Inclusión Social, la cual contribuye en la consolidación de una nueva generación que no tendrá que migrar hacia los principales centros urbanos y que por el contrario estará preparada para hacer frente a las necesidades requeridas por las actividades productivas impulsadas en la zona.

Esta nueva apuesta al impulso de la productividad en esta zona olvidada se encuentra acompañada de una cartera de programas y proyectos para mejorar los niveles de conectividad vial, fortalecer la institucionalidad, ordenar el territorio valorando los recursos naturales y garantizar servicios básicos a quienes menos tienen; razón por la cual una población históricamente olvidada, vive hoy en día tiempos de esperanza para la zona fronteriza.

Erick Dorrejo / @erickdorrejo

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