El ruido
Hay que apoyar la lucha contra este mal
La lucha contra el ruido ha sido una constante de las juntas de vecinos de diferentes sectores de la capital y de Santiago. No es que los pueblos y ciudades más pequeñas estén libres de esta plaga que, como está demostrado, afecta gravemente la salud física y mental de quien la sufre.
Hasta el momento la quejas y reclamos de los ciudadanos han caído en saco roto. Operativos ocasionales de incautación de bocinas, por ejemplo, pero nada constante ni con la firmeza que se requiere.
De hecho, los ciudadanos manifiestan a menudo que ni siquiera saben a quién llamar: del 911 a la Policía, ésta remite a medio ambiente, al ayuntamiento de turno... Nadie parece asumir la responsabilidad de hacer cumplir la ley.
Ahora, la lucha contra la delincuencia pone el tema en la agenda de diferentes organismos. Y sea cual sea la razón o la oportunidad de unir los dos problemas... la medida es bienvenida.
El ruido es controlable, aunque se esgrima que nuestra cultura “es ruidosa”. Si la lucha contra la delincuencia es la manera de controlarlo, apoyemos la medida.