La DGAPP y el ahorro nacional
La DGAPP presenta pocos logros fehacientes mientras crece el endeudamiento externo para financiar proyectos que pudiera asumir el ahorro nacional, o que no debieran financiarse
Las alianzas público-privadas (APP) colegian el conocimiento, financiamiento y experticio del sector público y privado. Esta cooperación tiene como objetivo lograr la realización de proyectos de interés social cuyos requerimientos técnicos exceden las capacidades del Estado o cuyos montos de financiamientos exceden sus posibilidades presupuestarias.
La figura jurídica se popularizó en la década de los noventa a raíz de los fracasos de las privatizaciones propulsadas durante la era de la liberalización económica. Muchas privatizaciones, que según J. Stiglitz adolecían frecuentemente de conflictos de intereses, incentivos mal guiados e ineficiencias del sector privado, resultaron en proyectos cuyos beneficios y pérdidas se repartían de manera asimétrica entre inversionistas y Estado. En algunos casos implantaron virtuales monopolios.
Nuestra ley 47-20 crea la DGAPP y contempla la exoneración del ITBIS por cinco años y un esquema de depreciación acelerada. Desde su incepción solo se han aprobado el plan maestro turístico Proyecto Turístico de Cabo Rojo en Pedernales y el puerto turístico de Arroyo Barril en Samaná.
Otros proyectos aprobados, el Sistema Electrónico de Garantías Mobiliarias y la autopista del Ámbar Santiago-Puerto Plata por US400.0 millones han quedado desiertos. El programa Nacional de Inspección Vehicular, declarado de interés nacional, aunque no presenta requerimientos técnicos ni financiamientos que exceden las capacidades del Estado, espera inversionista.
En el actual banco de proyectos de DGAPP hay 27 propuestas rechazadas, no admitidas, no viables y no elegibles que abarcan desde el uso de torres residenciales no vendidas como sede de oficinas gubernamentales hasta cotos de caza. Solo el tren metropolitano y el soterrado de servicios públicos (USD 179 millones) presentan un estatus favorable.
Recientemente, el Senado aprobó nuevos endeudamientos extranjeros por USD225.0 millones (BIRF) para mejorar las redes eléctricas y normalizar el servicio y USD300.0 millones para Acción Climática para un Crecimiento Económico Sostenible (BID).
Prestamos anteriores por más de USD1,500.00 millones fueron destinados a temas indefinidos como políticas de desarrollo, reforma del sector eléctrico, fortalecimiento tecnológico del sector agropecuario, ‘inclusión productiva de jóvenes rurales y protección social inclusiva’ o cuestionables como USD100.0 millones para SUPERATE. La menor parte fue para mantenimiento de la estructura vial y el saneamiento pluvial de Guajimía que podrían considerarse de interés y ejecución público-privado.
A dos años de iniciada la DGAPP, diciembre 2021, y octubre 2024, el endeudamiento externo ha aumentado en USD7,310.0 millones mientras los valores en circulación del Banco Central, que recogen el ahorro sobrante del sistema bancario y lo remunera a pesar de no tener uso productivo, han aumentado en el equivalente de USD3,249.7 millones, o 44.5% del valor de los nuevos endeudamientos.
¿Por qué apelamos a fondos externos si sobra ahorro nacional?
Se hace necesario diseñar mecanismos efectivos para que el ahorro fluya hacia proyectos de importancia, evitando recurrir innecesariamente a un endeudamiento que solo encarece el crecimiento económico y terminará por requerir mayores impuestos.
Resultará menos costoso promover el uso productivo del ahorro nacional que incurrir en costosas maniobras para mantener un equilibrio macroeconómico crecientemente minado por un endeudamiento externo que evita enfrentar los verdaderos escollos al desarrollo.