Sí, hay que pagar
Para solucionar el problema de la recogida de la basura
Hablamos de la basura con la resignación de quien sabe que es un problema desparramado por el país. No se le ve solución inmediata así que la sociedad ha desarrollado una extraña tolerancia a vivir rodeada de ella sin alarmarse demasiado.
Hablan los alcaldes de la compra de camiones o de deudas por pagar, en un discurso al que ya ni prestamos la atención que merece el asunto, de tan viejo y conocido.
Pero Carolina Mejía, alcaldesa del Distrito Nacional ayer, y Armando Paíno Henríquez, director del Fideicomiso Do Sostenible, en el Diálogo Libre de esta semana, han tocado el punto clave: hay que pagar la recogida de basura o seguiremos conviviendo con la suciedad. Es un tema de emergencia sanitaria, o lo sería si no nos hubiéramos habituado a verla, olerla y tenerla amontonada a la puerta de la casa y si fuéramos más conscientes de sus efectos para la salud... y para la economía.
La basura genera pobreza, no es al revés. Ahuyenta la inversión, deprecia los inmuebles, inhibe cualquier proyecto de inversión, degrada los vecindarios, acaba con la sana convivencia... Más: afecta los ecosistemas, no hay más que ver el estado de los ríos. Degrada el medio ambiente y en el mar, termina con la fauna y flora marítima. Y eso, en una isla... es algo más que muy mala noticia.
Pagar la recogida de basura es imprescindible. No hay otra salida y no es una excentricidad. Lo inadmisible es no hacerlo y que hayamos permitido llegar hasta estos extremos la degradación de los entornos urbanos (y playas, ríos, montes, carreteras, autopistas...) La solicitud de Mejía y Henríquez debe ser apoyada por todas las instituciones que tengan la potestad de hacerla una realidad.
(Una o dos cervezas menos al mes y su calle, su barrio, limpios. ¿Se apunta?)