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La última frontera

Ahora medio mundo vive pendiente de los turistas que en un sumergible se aventuraron a bajar más de 3,600 metros en las profundidades del océano para ver un pecio

La historia del Titanic es la historia de un fracaso naval que ha cautivado a generaciones por todo lo que envuelve. El barco más impresionante de su época, el lujo que cargaba, la literatura que envolvió su hundimiento, los testigos que sobrevivieron,  lo que contaron. El hallazgo, en 1985, de sus restos lo sacaron a flote de nuevo para la imaginación popular.

Ahora medio mundo vive pendiente de los turistas que en un sumergible se aventuraron a bajar más de 3,600 metros en las profundidades del océano para ver un pecio. El pecio de todos los pecios, en realidad. 

Unos se sumergen hasta lo más profundo, otros pagan por ir al espacio. Se requiere mucho valor y bastante dinero. Vivir la experiencia, ese mantra escuchado hasta el hastío, válido en cualquier entorno o situación, se convierte en el motor capaz de correr este riesgo.

El planeta se nos está quedando pequeño, quizá. Apenas queda nada por explorar, todo está visto, o eso creemos. Y hay turistas hasta en la sopa. La humanidad necesitó hace siglos caminar más allá de lo conocido, siempre en rumbo hacia un finisterre, el fin de la Tierra.  Hoy las fronteras y las rutas inalcanzadas requieren bastante más que una sencilla carabela o un caballo y poca prisa.

Todo lo que la tecnología permita se hará realidad. Y lo que conocemos y usamos ya fue inventado hace unos años. Lo que hoy está al alcance de unos pocos será después de uso común. Pero... ¿dónde estará la próxima frontera?

Mientras unos pioneros traten de llegar a Marte, otros asuman el reto de volver al Titanic, los chinos traten de llegar al centro de la Tierra en busca de la energía ilimitada... quizá el mejor destino sea la butaca de casa y asombrarse de lo que son capaces los demás. 

El reto mayor en este siglo 21 es lograr escuchar el silencio y según amigos astrónomos, un punto alejado para poder volver a ver las estrellas.

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Inés Aizpún es una periodista dominicana y española. Ha recibido el premio Caonabo de Oro, el Premio de la Fundación Corripio de Comunicación por su trayectoria, y el premio Teobaldo de la Asociación de Periodistas de Navarra.