Fuertes combates en el sur de Gaza mientras Israel continúa su campaña con apoyo renovado de EE.UU.
Estados Unidos bloquea esfuerzos internacionales para detener los combates en Gaza
Los intensos combates continuaron durante la noche y el domingo por la mañana en la localidad sureña gazatí de Jan Yunis, mientras Israel seguía adelante con su ofensiva después de que Estados Unidos bloqueara esfuerzos internacionales para detener los combates y enviara más municiones a su aliado.
Israel enfrenta una creciente indignación internacional y peticiones de un cese el fuego tras matar a miles de civiles palestinos y desplazar a casi el 85% de los 2.3 millones de personas dentro del asediado territorio, donde según las agencias de Naciones Unidas no hay un lugar seguro donde huir.
Pero Estados Unidos ha dado un apoyo vital a la ofensiva en los últimos días al vetar una iniciativa del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para detener los combates que disfrutaba de un amplio apoyo internacional, además de aprobar una venta de emergencia de munición de tanques a Israel por valor de 100 millones de dólares.
Estados Unidos ha prometido un apoyo férreo al objetivo israelí de aplastar la capacidad militar y de gobierno de Hamás para evitar una repetición del ataque del 7 de octubre que desencadenó la guerra. Hamás y otros milicianos palestinos asaltaron el sur de Israel ese día y mataron a unas 1,200 personas, además de capturar a unas 240, de las que algo más de un centenar fueron liberadas durante un cese el fuego de una semana el mes pasado.
Israel respondió al ataque con una devastadora guerra por aire y tierra que ha matado a miles de palestinos, en su mayoría civiles, y obligado a aproximadamente 1.9 millones de personas a huir de sus hogares, según agencias de Naciones Unidas.
Apenas se permitía la entrada de un goteo de ayuda al enclave y entregarla era imposible en buena parte del territorio, y los palestinos enfrentaban una grave escasez de comida, agua y otros productos básicos.
Las fuerzas israelíes seguían encontrando una firme resistencia incluso en el norte de la Franja de Gaza, donde barrios enteros han sido destruidos por ataques aéreos y donde las tropas operan desde hace unas seis semanas.
Habitantes de Jan Yunis, a donde las tropas terrestres llegaron este mes, dijeron haber oído disparos y explosiones constantes durante toda la noche mientras aviones de combate bombardeaban zonas en y en torno a la ciudad sureña, la segunda más grande de Gaza.
“No para”, dijo Radwa Abu Frayeh, que vive cerca del Hospital Europeo en Jan Yunis. “Hay bombardeos, y entonces salen las ambulancias para traer a las víctimas”.
En el tercer mes de guerra, la cifra de palestinos muertos en la Franja de Gaza ha sobrepasado los 17,700, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud en el territorio, controlado por Hamás. El ministerio no diferencia entre civiles y combatientes muertos.
Israel responsabiliza a Hamás por las víctimas civiles con el argumento de que utiliza a los civiles como escudos humanos en zonas populosas. El ejército dijo que 97 soldados israelíes han muerto en la ofensiva terrestre. Los milicianos palestinos también han seguido lanzando cohetes a Israel.
Israel dice que ha dado instrucciones detalladas para que los civiles evacúen a zonas más seguras, aunque sigue atacando lo que describe como objetivos militares en todo el territorio. Miles de personas han huido a la población sureña de Rafah y otras zonas en la frontera con Egipto en los últimos años, una de las últimas zonas donde las agencias humanitarias pueden repartir comida y agua.
Israel ha designado una estrecha y árida franja de costa en el sur, Muwasi, como zona segura. pero los palestinos describen unas condiciones de hacinamiento con escaso cobijo y sin saneamientos. Las temperatura nocturna ronda los 11 grados Celsius (52 grados Fahrenheit).
“Estoy durmiendo en la arena. Está congelada”, dijo Soad Qarmoot, que dijo estar enferma de cáncer y que se había visto obligada a abandonar su casa en la localidad norteña de Beit Lahiya.
Mientras hablaba, sus hijos se acurrucaban en torno a una hoguera.